La reproducción vegetal es el mecanismo o proceso a través del cual, según explican los expertos en botánica, las diferentes clases de plantas (gimnospermas, angiospermas, pteridofitas, briofitas, etc) consiguen multiplicarse. Al profundizar los saberes en torno al universo conformado por helechos, traqueofitas, musgos y otros tipos de componentes de la flora es posible advertir que se van expandiendo y aumentando en cantidad tanto por reproducción asexual como por reproducción sexual.
En el último caso, tal como ocurre en la reproducción sexual de los animales, se necesita que un gameto femenino (producido en el gineceo, también conocido como pistilo) se una con un gameto masculino (surgido en el órgano llamado androceo que se conforma por más de un estambre).
Más allá de estructuras y fenómenos que intervienen en la adaptación, la supervivencia, las características, la dispersión y la evolución de las plantas, es muy interesante tener presente que muchas especies del reino animal adquieren un rol clave para la reproducción vegetal.
Clases de reproducción vegetal
Existen dos clases de reproducción vegetal, tal como señalamos líneas arriba.
Como alternativas nucleadas en la modalidad asexual aparecen la apomixis (basada en semillas), la propagación vegetativa (impulsada desde un órgano, tejido o de una célula de una planta), la esporulación (propia de helechos y otras especies que, al carecer de flores o de semillas, se multiplican mediante esporas) y la gemación (segmentación desigual en base al desarrollo de protuberancias en la estructura del progenitor). También hay que considerar en este conjunto a la técnica orientada a obtener un organismo genéticamente idéntico a otro: la clonación. Lo mismo con el cultivo de tejidos, el injerto, el acodo y la multiplicación vegetativa a través de un esqueje.
La reproducción sexual de las plantas con flores, por señalar un caso específico, abarca al proceso de polinización. En ese marco se transfiere polen desde el estambre hacia el estigma. Este caso, cuando el grano de polen termina fecundando a una misma flor, se conoce como polinización directa o autogamia. En cambio, si los involucrados son ejemplares separados y distintos en materia genética, entonces hay alogamia o polinización cruzada.
Si hay seres vivos de múltiples especies interviniendo, por detallar otra posibilidad, el fenómeno recibe la denominación de polinización biótica. La polinización por animales, asimismo, puede ser entomófila (polinización por insectos), zoófila (polinización por animales que, por lo general, son invertebrados), polinización por murciélagos o polinización ornitófila (polinización por aves). La polinización abiótica, por su parte, admite las alternativas de la polinización por agua y de la polinización por viento. Antes de dar por concluida la enumeración de tipos de polinización resulta interesante hacer foco en el proceso denominado como polinización por engaño. Así se ha bautizado a un mecanismo propio de ciertas plantas angiospermas que consiguen confundir o engañar a polinizadores sin experiencia al transferir polen evitando recompensar a quien actúa como polinizador.
Otro dato más: para que la polinización resulte más eficiente y se consiga constancia floral hay síndromes florales tanto bióticos como abióticos que apuntan, valiéndose de alguna apariencia, tamaño, época de floración u otra variable, a despertar atracción en un tipo específico de polinizador.
Conservación y biodiversidad
En conservación y biodiversidad de plantas es esencial la colaboración de múltiples seres vivos que pueblan el planeta y de condiciones favorables para la expansión de especies. Hay, en el fenómeno evolutivo que busca la supervivencia de ejemplares y en las estrategias orientadas a evitar la extinción de especímenes de flora y fauna, un gran impacto del accionar humano.
La selección artificial y la selección natural influyen y condicionan, por ejemplo, la diversidad genética de plantas de cultivo. Hay que considerar, frente a este panorama, que el genoma resulta afectado por diferentes factores (la variabilidad a nivel genético depende de cómo se altere el cariotipo, las recombinaciones y las mutaciones), de ahí que hay que informarse y actualizar conocimientos si uno se dedica a la agricultura a fin de lograr el mejor rendimiento posible en relación a los cultivos.
La domesticación de plantas, asimismo, es una estrategia que le da al hombre el control de la reproducción, la adaptación y la sobrevida de un vegetal con el objetivo de sacarle provecho a los recursos generados a partir de dicho ejemplar, asegurando al mismo tiempo la conservación de especies.
La dispersión de semillas por acción humana, del agua, del viento o de otros animales, en cambio, promueve la expansión de plantas por diversos territorios. El resultado es exitoso, de todas maneras, siempre que la semilla llegue a un suelo fértil donde pueda germinar y desarrollarse.
Claro que el accionar de la gente también tiene efectos negativos sobre el medioambiente. Ya sea para tratar de contrarrestar las consecuencias perjudiciales de ciertas actividades humanas y para proteger especies de distintos reinos siempre es conveniente implementar estrategias y desarrollar proyectos o iniciativas de conservación de plantas.