La etimología de runa nos lleva al término nórdico rūn, vinculado a los misterios y los secretos. El concepto se emplea con referencia a los caracteres que utilizaban los antiguos escandinavos para escribir en lenguas germánicas.
Las lenguas germánicas pertenecen a la familia de las indoeuropeas y las usan fundamentalmente los pueblos germánicos, un grupo de pueblos que surgieron en el norte del continente europeo. Las letras llamadas runas también se utilizaron en las islas Británicas; por otro lado, a lo largo de la Antigüedad clásica y el Medioevo e incluso antes y durante el fenómeno conocido como cristianización (en el cual muchos europeos fueron convertidos a la religión cristiana), los alfabetos rúnicos también fueron usados en Europa oriental y central.
Las runas como caracteres
En los alfabetos rúnicos, por lo tanto, cada carácter se conocía como runa. Las distintas runas, de este modo, permitían formar palabras. Las variantes de los alfabetos escandinavos que empleaban runas reciben el nombre de futhark (futhark joven, futhark antiguo, etc.).
La palabra futhark, que se pronuncia como si se tratara de una palabra grave con una «z» en lugar de la «th», se originó a partir de las primeras seis runas (las cuales se pueden apreciar en la segunda imagen), cuya transliteración se acerca a las siguientes letras de nuestro alfabeto: F, U, Z (con la pronunciación típicamente usada en España, que la diferencia de la «s»), A, R y K. Dado que dichas letras atravesaron cambios entre el inglés antiguo y el moderno, la variante anglosajona del futhark recibe el nombre de futhorc.
Inscripciones hechas con estos alfabetos
Es posible encontrar testimonios de alfabetos rúnicos en la Piedra de Noleby (grabada alrededor del año 600) y en la Piedra de Rök (año 800), por citar dos ejemplos. Ambas se encuentran en Suecia y presentan textos escritos con runas.
Sin embargo, las inscripciones de origen más remoto pueden provenir del año 150. En pocas palabras, este alfabeto fue reemplazado poco a poco por el latino a través de la conversión al cristianismo, aproximadamente en el siglo VIII en el centro de Europa y, cuatro siglos más tarde en Escandinavia, cuando finalizó la época vikinga. A pesar de dicho fenómeno, Escandinavia continuó utilizando las runas hasta principios del 1900, principalmente en las zonas rurales de Suecia con fines decorativos y en la elaboración de los calendarios rúnicos.
El calendario rúnico (también denominado bastón rúnico) es un escrito que puede encontrarse tallado en báculos de diversos materiales (como ser madera, cuerno, piedra o hueso) o bien en pergaminos y se considera una creación medieval sueca. Se trata de un calendario perpetuo, o sea que brinda al usuario la posibilidad de saber qué día de la semana corresponde a una fecha cualquiera, que se encuentra en un rango de varios siglos.
Cuando el alfabeto rúnico se encuentra encriptado a través de la sustitución de las runas por otros símbolos, a estos caracteres se los denomina runas crípticas o runas cifradas.
Adivinación con runas
Los antiguos escandinavos sostenían que las runas tenían un origen divino. Por ese motivo, las runas también tienen una connotación esotérica y se emplean para la adivinación.
Se denominan piedras rúnicas o simplemente runas a elementos que disponen de runas grabadas sobre su superficie. El adivinador arroja las runas sobre una mesa, haciendo que las piedras se orden al azar. La persona, de este modo, lee las runas y puede predecir el futuro.
Es importante destacar que la lectura de las runas en sentido esotérico no está avalada por la ciencia. Se trata de una práctica que apela al misticismo y a lo sobrenatural para anticipar eventos futuros: no existe ningún criterio científico o racional que corrobore la posibilidad de saber qué ocurrirá en el futuro leyendo las runas.