Universalismo es el término que identifica, por ejemplo, a una doctrina de carácter filosófico que postula la existencia de una verdad objetiva, única, perpetua y universal capaz de determinar la realidad.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE), en tanto, presenta a este vocablo como una palabra que describe la primacía, respecto a lo particular, de aquello que se considera universal. Y en el ámbito religioso, además, esta noción se reserva a la creencia acerca de una expiación ilimitada que representa la salvación para todos, sin excepción.
Hay, como se advierte con sólo repasar los significados teóricos, múltiples interpretaciones y usos en relación a la idea de universalismo. Las aplicaciones y los alcances de este concepto son múltiples, al igual que los debates y las críticas focalizados en él. Por ese motivo, a continuación compartiremos información precisa y detallada en cuanto a principios básicos y clasificaciones desde una mirada lo más abarcativa posible.
Tipos de universalismo
En primer lugar es enriquecedor saber que se pueden identificar numerosos tipos de universalismo, cada uno de ellos con características específicas según el contexto.
El universalismo religioso (como el universalismo cristiano y el islámico) y el universalismo filosófico anteriormente señalados son apenas dos modalidades. También es necesario conocer los lineamientos del universalismo político (el cual propone que todos los poderes sean unificados e impere un único sistema de organización) y del universo cultural (postura que sostiene que hay normas universales y que, en ese marco, los derechos humanos y los valores se aplican – o deben aplicarse y respetarse – más allá de la cultura que se posea), por ejemplo.
El universalismo moral, el universalismo abstracto, el universalismo jurídico y el universalismo abordado desde la bioética son otras variedades que extienden y diversifican el sentido y el aprovechamiento de esta noción.
Fundamentos, características y aplicaciones
Al analizar el denominado universalismo kantiano se desprende un planteo de un criterio único a la hora de analizar y considerar si la intención o el propósito de cada acción personal es compatible o acorde a leyes o principios morales. Desde la perspectiva de Immanuel Kant (pensador promotor del kantianismo, tal como se define al sistema filosófico que supo crear), es fundamental revisar qué motivaciones hay detrás de un acto y darle carácter universal a las normas morales para que alcancen a todos por igual, sin restricciones ni condicionamientos.
Al investigar las bases y teorías que le dan sustento al universalismo, dicen los expertos en el tema, es constructivo instruirse en materia de teorías y principios relacionados a los derechos humanos y al utilitarismo, por ejemplo.
Suma, asimismo, interiorizarse respecto a las posturas enfrentadas, conclusiones, tensiones y controversias que surgen en base al contenido y los lineamientos del universalismo, el cual presenta puntos encontrados con, por señalar un caso concreto, el relativismo cultural.
Por otra parte, también hay que saber qué relevancia tiene el universalismo en campos como la justicia social, la economía y la educación para saber cómo se aplica esta doctrina a realidades marcadas por la desigualdad social, la pobreza, la inmigración y las crisis globales.
Ejemplos de universalismo
Al tomar conocimiento sobre qué y cómo es el universalismo y comprender sus posturas es sencillo encontrar ejemplos que invitan a apreciar cómo este concepto se lleva a la práctica.
Como la Declaración Universal de Derechos Humanos respaldada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) posiciona a los seres humanos como sujetos que, sin importar credo, nacionalidad, edad, género ni raza, tienen derechos y libertades por igual, suele señalársela como una muestra de universalismo.
De hacer foco en el universalismo entendido desde la esfera cultural y/o política, por agregar otras posibilidades a modo de referencia, salen a la luz como modelos de esta doctrina los califatos y distintos sistemas o estilos de organización gubernamental que han ido desarrollándose a escala global desde tiempos remotos.
Es interesante orientar la atención, de igual manera, hacia el concepto de ecopersonalismo, un pensamiento que concibe a los bienes propios del entorno natural como bienes de carácter social a los cuales, por lo tanto, cada individuo tiene derecho a acceder. Aquellos que adoptan esta postura abrazan el universalismo ético y se inclinan por atribuirle la culpa o responsabilidad de la crisis medioambiental que atraviesa nuestro planeta a las modalidades de consumo y producción del sistema tecnocrático.
Tampoco se puede ignorar la tendencia a presentar a la fe cristiana como un ejemplo evidente de universalismo religioso. Esta consideración nace de los deberes espirituales, culturales y sociales del buen creyente, quien debe amar y respetar a todos por igual. También hay un convencimiento, desde este credo, sobre la salvación de toda la humanidad, un pensamiento que da por cierto que cada persona, finalmente, será perdonada y cobijada por Dios.