Autostop es un término que procede del francés auto-stop, a su vez formado con el elemento compositivo auto- (que refiere a un “automóvil”) y el vocablo inglés stop (traducible como “parada”). El término también es aceptado por la Real Academia Española (RAE) como autoestop.
Así se llama a una manera de viajar que consiste en pedir traslado gratuito a los automovilistas. Quien desea hacer autostop, por lo tanto, se ubica a un costado de la carretera y hace señas a los vehículos que pasan con la esperanza de que algún conductor se detenga y le permita subir.
Cabe destacar que esta práctica recibe distintas denominaciones según el país. Dependiendo de la región, puede hablarse de pedir aventón, hacer dedo o coger botella, por ejemplo.
El autostop es una manera de viajar sin pagar.
Características del autostop
El autostop supone una forma de conseguir transporte sin pagar nada a cambio. Una vez que se logró que un automovilista pare, lo habitual es que se le comente adónde se desea llegar, para ver si los rumbos coinciden. Si el conductor del automóvil va hacia el mismo lugar, o al menos avanza en esa dirección, el autostopista se sube e inicia el recorrido.
En ocasiones, alcanza con hacer autostop una sola vez para arribar al destino. Supongamos que un joven se acerca a la carretera que pasa por el ingreso a su pueblo con la intención de realizar autostop para que alguien lo lleve hasta la ciudad vecina, distante a 30 kilómetros. Si un automovilista que se dirigía justamente a dicha localidad lo levanta, el autostopista habrá cumplido su objetivo.
Otras veces, en cambio, se debe hacer autostop repetidamente para llegar al destino. Un individuo que quiere cubrir una distancia de 500 kilómetros puede completar un trayecto de 40 km en un automóvil, otro de 300 km en un coche diferente y los 160 km restantes, en un tercer vehículo.
Para solicitar autostop, es habitual que se extienda un brazo y levante el pulgar.
Cómo se realiza
La forma más habitual de solicitar autostop es estirando un brazo y levantando el pulgar. Cuando un automovilista observa que alguien hace esa señal, entiende que está pidiendo autostop.
De todos modos, existen otros mecanismos, cuyos usos dependen de cada nación. Hay regiones donde se enseña el índice levantado, mientras que en otras zonas se agita una palma hacia abajo.
Otra posibilidad es anotar en un cartón o papel el destino al cual se pretende ir. Así, se muestra la leyenda a los conductores.
Ventajas y peligros del autostop
El autostop puede aportar varios beneficios, ya sea para el autostopista o el conductor. Quien realiza autostop viaja gratis: no debe comprar un pasaje ni pagar el combustible. El conductor, en tanto, consigue compañía, algo que puede ser importante cuando se suelen recorrer grandes distancias en soledad.
El autostop, por otro lado, ayuda a minimizar las emisiones contaminantes. El autostopista no usa su propio automóvil, sino que se suma a un vehículo que ya estaba circulando. Así, en lugar de dos coches en funcionamiento, hay solo uno.
No se puede obviar, de todos modos, que el autostop acarrea riesgos. Se trata de desconocidos compartiendo un mismo espacio que, además, tiene un cierto aislamiento. Tanto el autostopista como el conductor pueden ser víctimas de un delito sin que nadie, en un principio, lo advierta.
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