El capital riesgo es un tipo de inversión que consiste en financiar compañías o proyectos con un importante potencial de crecimiento pero también con un alto grado de incertidumbre. Esta clase de actividad financiera se lleva a cabo en empresas que no cotizan en la bolsa de valores.
Antes de avanzar, es necesario mencionar que el concepto puede hacer referencia a diferentes estrategias de financieras. En su sentido más amplio, la noción alude tanto a la inversión en etapa temprana (early-stage investment) como a la inversión en etapa avanzada (late-stage investment), con lo cual abarca lo que en inglés se conoce como venture capital y private equity.
Características del capital riesgo
Más allá de la amplitud que se le pueda dar a la expresión, lo habitual es que el capital riesgo consista en la financiación de un emprendimiento o una compañía no cotizada con la intención de impulsar su crecimiento. Se trata de una participación temporal que se basa en la compra de un porcentaje elevado de acciones para lograr la toma de control. Con esa participación mayoritaria, los accionistas del fondo de inversión de capital riesgo pueden involucrarse en la dirección.
Hay que tener en cuenta que, cuando la empresa ya incrementó su valor y alcanzó la rentabilidad buscada, se pone en marcha la estrategia de salida para terminar transfiriendo la participación. Esto puede darse en el mediano o el largo plazo.
Su funcionamiento
Lo más frecuente es que el capital riesgo funcione a través de fondos de inversión, cuya administración depende de una sociedad gestora. Aunque la regulación depende de cada país, generalmente estas sociedades tienen que encontrarse registradas en un organismo oficial que supervisa el mercado de valores. Para entrar en el capital, la sociedad de capital riesgo elige la compañía en la cual invertir, recauda los fondos entre sus socios y finalmente concreta la inversión mediante un fondo.
Otra posibilidad es la intervención de los denominados inversionistas ángeles (angel investors), que financian startups o empresas emergentes (scale-ups) para lograr una participación en ellas. Estos inversores actúan por su cuenta, sin enmarcarse en una sociedad.
Una vez que se decide la desinversión (exit strategy), la salida puede plasmarse de distintas maneras. Las acciones pueden venderse en la bolsa si la compañía optó por salir al mercado bursátil con una IPO (oferta pública inicial) o ser transferidas a un tercero a través de una operación privada. En algunos casos, existe la posibilidad de que los socios fundadores de la compañía decidan recomprar las participaciones que habían cedido cuando se produjo el ingreso del capital riesgo.
Tipos de capital riesgo
Como ya hemos indicado, la estrategia de inversión del capital riesgo puede llevarse a cabo en diferentes instancias o etapas.
La inversión semilla (seed investment) posibilita la adquisición de un porcentaje del capital de una empresa que está dando sus primeros pasos. Cuando la compañía continúa en su etapa inicial pero ya evidencia un elevado potencial de crecimiento, el capital riesgo es mencionado como venture capital.
Una posibilidad más es que se realice una inversión en fase de expansión: en este caso, se habla de growth capital y se apunta a sustentar el plan de desarrollo. A diferencia de lo que ocurre generalmente con el capital riesgo, en la metodología del growth capital se contempla una participación minoritaria.
La inversión
Dado que habitualmente el capital riesgo busca obtener el control de la empresa que financiará, la inversión mínima tiende a ser muy alta. Por eso se dice que el capital riesgo es una alternativa orientada a inversores de tipo institucional.
Existe la chance de realizar una inversión en activos de capital riesgo recurriendo a un fondo de fondos, que reparte el capital en distintos fondos. Esto aporta dos grandes ventajas: por un lado, se diversifica la inversión, reduciendo también el riesgo; por otra parte, la inversión mínima resulta inferior. No obstante, sigue tratándose de una operatoria para quienes disponen de un patrimonio amplio.
Otra cuestión a considerar es el plazo. El capital riesgo nunca opera en el corto plazo, sino que se maneja con periodos de cinco años o más. Incluso la estrategia de desinversión puede extenderse un lustro.
No puede dejar de mencionarse, asimismo, la poca liquidez del capital riesgo. Luego de la captación de los recursos, se produce el cierre del fondo y se fija un plazo en el cual no hay reembolsos. Normalmente recién a partir del cuarto año el fondo comienza a pagar al inversor con el dinero derivado de la venta de otras participaciones o de dividendos.
Beneficios del capital riesgo
De acuerdo a los expertos en finanzas, el capital riesgo ayuda a impulsar el crecimiento de la economía. Al financiar compañías que no cotizan en bolsa, promueven su desarrollo, propiciando un incremento de la productividad y las ventas.
De igual modo, el capital riesgo contribuye a la creación de puestos de trabajo. Cuando una compañía en fase inicial accede al capital, dispone de los recursos necesarios para agrandar su plantilla. Otro beneficio del capital riesgo es que favorece la innovación. Por todas las características mencionadas a lo largo de este artículo, es usual que el capital riesgo se destine a compañías tecnológicas que presentan un modelo de negocio original o que crean productos o servicios rupturistas.
Al financiar empresas con mucho potencial de crecimiento pero a la vez con un alto riesgo, esta estrategia suele propiciar el progreso de nuevos sectores económicos. Por esto también incentiva otras inversiones, ya que más inversionistas o fondos desean intervenir en estos sectores en crecimiento.