En el diccionario de la Real Academia Española (RAE) se mencionan ocho acepciones del término carambola. La primera de ellas hace alusión al fruto que produce el árbol conocido como carambolero o carambolo.
Este fruto, de color amarillento, se caracteriza por las crestas que presenta. Debido a su particular forma, al ser cortado de manera transversal, se parece a una estrella.
Un árbol nativo del continente asiático
Antes de avanzar con la definición de carambola, es interesante centrarse en su árbol, que fue descrito por el sueco Carlos Linneo en su célebre obra “Species Plantarum” de 1753. El carambolero o carambolo es una especie perenne que pertenece al grupo familiar de las oxalidáceas.
De nombre científico Averrhoa carambola, el carambolero es una planta fanerógama (sus órganos reproductivos pueden verse como flores), angiosperma (sus carpelos adoptan la forma de un ovario cerrado, el cual contiene los óvulos) y dicotiledónea (sus embriones disponen de dos cotiledones o primeras hojas). Exhibe hojas alternas y flores con cinco sépalos y cinco pétalos.
Originario de India y del sudeste asiático, el carambolero puede medir hasta cinco metros de altura. La carambola, como ya indicamos, es su fruto: crece en racimos y cada una puede alcanzar un largo de unos 15 centímetros.
Características de la carambola
Cuando está madura, la carambola es anaranjada o amarilla. Su piel es lisa y fina, mientras que su carne resulta translúcida y jugosa.
Cada carambola alberga entre diez y doce semillas. Es posible diferenciar entre dos variedades del fruto: las carambolas más pequeñas tienen un sabor agrio, mientras que las más grandes son dulces.
Potasio, fósforo y vitaminas C y A son algunos de los minerales y nutrientes que pueden encontrarse en la carambola. Cabe destacar que este fruto es comestible y puede ingerirse cocido o crudo según las preferencias individuales.
Su uso culinario
La carambola puede comerse de múltiples formas. Con ella pueden prepararse mermeladas, por ejemplo.
También se emplean como acompañamiento de escabeches, camarones y pescados. En algunas regiones se someten a un proceso de secado y se utilizan como condimento.
En cuanto a su jugo, suele beberse bien frío. Hay países donde es embotellado y se lo comercializa de este modo.
La toxicidad de la carambola
Por contener ácido oxálico y caramboxina, la carambola tiene un nivel de toxicidad que puede resultar dañino para quienes sufren distintas patologías en los riñones. En dichos sujetos, el consumo del fruto puede producir desde náuseas y vómitos hasta, en casos extremos, el fallecimiento.
En una situación de intoxicación aguda, el tratamiento suele consistir de hemodiálisis. Esta terapia permite minimizar la cantidad de elementos tóxicos en la sangre, reemplazando al riñón en esta función de limpieza.
El concepto en el billar y en la caza
En el billar, la carambola es un lance que consiste en lograr que la bola golpeada toque a otras dos. Para que la jugada sea válida, la bola en cuestión tiene que tocar, al menos, tres bandas antes de impactar a la segunda bola.
En una partida de caza, en tanto, la carambola supone dar muerte a dos piezas con un mismo disparo. No hay que confundir la carambola con el doblete, que supone realizar dos disparos sucesivos para matar dos piezas.
La carambola como casualidad o efecto
En el lenguaje coloquial, por último, se llama carambola a un resultado doble que se consigue con una sola acción y a la casualidad positiva. Además se denomina carambola a un timo o un enredo que se desarrolla para confundir a una persona.
Si un futbolista patea y la pelota rebota en dos rivales antes de ingresar en el arco del oponente, puede decirse que el jugador anotó de carambola. Lo mismo puede afirmarse de un basquetbolista que intenta pasar el balón a un compañero y, sin proponérselo, termina encestando.