Definición de

Celdas de combustible

Vehículo eléctrico en plena carga de su batería

Las celdas de combustible son esenciales en la transición a vehículos eléctricos.

Las celdas de combustible son dispositivos basados en electroquímica que generan electricidad a través de una reacción química, generalmente entre hidrógeno y oxígeno, sin combustión. En una celda de combustible, el hidrógeno se oxida en el ánodo y el oxígeno se reduce en el cátodo, lo que produce agua, calor y electricidad como subproductos. Este proceso es eficiente y emite solo agua como residuo, por lo que se considera una tecnología limpia y sostenible para la generación de energía.

Tipos de celdas de combustible

Las celdas de combustible se clasifican en varios tipos según el tipo de electrolito que utilizan y la temperatura de operación. A continuación, se describen los más comunes.

Pilas de combustible de membrana de intercambio de protones (PEMFC)

También conocidas como celdas de combustible de polímero, utilizan una membrana de polímero sólido como electrolito. Operan a temperaturas bajas (alrededor de 80 °C) y son ideales para aplicaciones en vehículos y dispositivos portátiles debido a su rápida respuesta y alta eficiencia. Sin embargo, requieren hidrógeno puro como combustible, lo que puede complicar su uso.

Pilas de combustible de óxido sólido (SOFC)

Utilizan un electrolito cerámico sólido que conduce iones de oxígeno a temperaturas muy altas (500-1,000 °C). Son eficientes y pueden funcionar con una variedad de combustibles, incluidos hidrógeno y gas natural. Su aplicación se encuentra principalmente en generación de energía estacionaria debido a las altas temperaturas necesarias para su operación.

Pilas de combustible de ácido fosfórico (PAFC)

Emplean ácido fosfórico como electrolito y operan a temperaturas intermedias (alrededor de 200 °C). Son robustas y se utilizan en sistemas de energía estacionaria, como en hospitales y grandes edificios, donde la eficiencia y la fiabilidad son cruciales.

Pilas de combustible alcalinas (AFC)

Utilizan un electrolito alcalino, como el hidróxido de potasio, y operan a bajas temperaturas. Son conocidas por su alta eficiencia en aplicaciones espaciales, como las utilizadas en el programa Apolo. Sin embargo, son muy sensibles a la contaminación por dióxido de carbono, lo que limita su uso a aplicaciones específicas.

Pilas de combustible de metanol directo (DMFC)

Utilizan metanol líquido como combustible, que es directamente convertido en electricidad en lugar de hidrógeno. Operan a bajas temperaturas (alrededor de 60-120 °C) y emplean una membrana de intercambio de protones similar a la de las PEMFC. Las DMFC son ideales para dispositivos portátiles y aplicaciones donde el almacenamiento de hidrógeno es complicado. Aunque son menos eficientes que otros tipos de celdas de combustible, su facilidad de manejo y la disponibilidad de metanol hacen que sean convenientes para aplicaciones específicas, como cargadores portátiles y pequeños sistemas de energía.

Electrolito, ánodo y cátodo

El electrolito es una sustancia que conduce la electricidad al permitir el movimiento de iones en su interior. En las celdas de combustible, facilita el flujo de iones entre el ánodo y el cátodo, lo que es esencial para la generación de electricidad.

El ánodo (a veces escrito sin tilde, anodo) es el electrodo donde ocurre la oxidación, es decir, la reacción química en la que se pierde electrones. En las celdas de combustible, el ánodo es donde el hidrógeno o el combustible se descompone en protones y electrones.

El cátodo es el electrodo donde ocurre la reacción redox, es decir, la reacción química en la que se ganan electrones. En una celda de combustible, el cátodo es donde el oxígeno reacciona con los electrones y protones para formar agua.

Iphone enchufado a una fuente de energía

Diversos dispositivos electrónicos pueden cargarse con celdas de combustible.

Tecnologías relacionadas

Las celdas de combustible están estrechamente relacionadas con varias tecnologías que permiten su operación eficiente y sostenible.

Producción de hidrógeno

El hidrógeno se puede producir a partir de diversas fuentes, como la reformación de gas natural, la gasificación de biomasa, y mediante la electrólisis del agua. Su producción limpia, usando fuentes renovables como la energía solar o eólica, es clave para reducir el impacto ambiental de esta tecnología.

Almacenamiento de hidrógeno

El almacenamiento seguro y eficiente de hidrógeno es un desafío tecnológico. Puede almacenarse en forma gaseosa a alta presión, como líquido a bajas temperaturas, o mediante la absorción en materiales sólidos. Avances en materiales como los hidruros metálicos y tecnologías de compresión están mejorando su viabilidad para aplicaciones móviles y estacionarias.

Electrólisis del agua

Un proceso que utiliza electricidad para descomponer el agua en hidrógeno y oxígeno. Cuando se emplea electricidad proveniente de fuentes renovables, la electrólisis permite producir hidrógeno de manera sostenible. Este hidrógeno verde es esencial para una transición energética limpia.

Un futuro energético sostenible

La integración de energías renovables en los sistemas energéticos globales es esencial para alcanzar la autonomía energética y reducir la dependencia de combustibles fósiles. Para lograrlo, es crucial la educación en energías renovables, que fomente la conciencia ambiental y prepare a las nuevas generaciones para enfrentar los desafíos energéticos. La adopción de combustibles alternativos, como el hidrógeno producido de manera limpia, es un paso clave hacia la sostenibilidad.

La legislación ambiental juega un papel vital en impulsar políticas que apoyen estas transiciones, promoviendo la inversión en investigación y desarrollo. Este enfoque integral garantiza que el progreso hacia un sistema energético sostenible sea no solo tecnológico, sino también socialmente consciente y regulado para el bien común.

Glaciares derritiéndose

El bajo nivel de emisiones de las celdas de combustible las vuelve esenciales contra el calentamiento global.

La lucha contra el calentamiento global

Las celdas de combustible se posicionan como una de las tecnologías de baja emisión más prometedoras en la lucha contra el calentamiento global. Al producir energía limpia a partir de hidrógeno, generan electricidad y agua como subproductos, lo que las convierte en una fuente de energía de cero emisiones. A diferencia de las fuentes tradicionales, las celdas de combustible no emiten gases de efecto invernadero ni contribuyen a las emisiones de carbono, factores claves en la aceleración del cambio climático.

En este contexto, las políticas de energía y las normativas de emisiones están enfocándose cada vez más en incentivar el desarrollo y la adopción de estas tecnologías. Los acuerdos climáticos internacionales, como el Acuerdo de París(firmado en 2015 por 196 países, con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales), subrayan la importancia de reducir las emisiones globales y promover la transición hacia energías limpias. Las celdas de combustible juegan un papel crucial en el cumplimiento de estos objetivos, apoyando el esfuerzo global por mitigar los efectos del calentamiento global y proteger el medio ambiente.

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Cómo citar este artículo Tes NehuénPublicado por Tes Nehuén, el 20 de agosto de 2024. Celdas de combustible - Qué es, tipos, definición y concepto. Disponible en https://definicion.de/celdas-de-combustible/
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