Un cepillo es un instrumento de limpieza que dispone de un mango y de una base con cerdas. El usuario debe tomar el cepillo por su mango y arrastrar las cerdas sobre la superficie que desea limpiar, para que éstas quiten la suciedad a su paso.
Existen distintos tipos de cepillo según su uso. Uno de los más populares es el cepillo que se utiliza para barrer el piso. Por lo general se emplea junto con una pala que permite recoger el polvo y el resto de las partículas que se amontonan al barrer.
El cepillo de dientes, como su nombre lo indica, se utiliza para la higiene bucal. Sobre las cerdas de estos cepillos se coloca dentífrico o pasta dental, un producto químico que contribuye a la limpieza de los dientes y de las encías.
La higiene bucal es uno de los hábitos más necesarios, ya que de su puesta en práctica depende la salud de nuestra cavidad bucal y el cuidado de nuestra imagen. En este caso no hablamos de una cuestión meramente estética; los trastornos de los dientes, las encías y la lengua suelen venir acompañados de un olor desagradable, y esto condiciona el desempeño social de quien los padece, tanto a nivel personal como profesional.
Por lo general, la etapa de aprendizaje de la técnica de cepillado dental no es fácil para los niños; en parte se debe a que la motricidad necesaria para superarla con éxito es de relativa complejidad, quizás mayor a la que están acostumbrados a usar. Sin embargo, es de gran importancia que los padres enseñen a sus hijos a lavarse los dientes después de cada comida y que insistan en la necesidad de mantener la higiene durante toda la vida.
Aunque el orgullo de algunos individuos no les permitiría admitir en público que no saben utilizar el cepillo de dientes de forma adecuada, lo cierto es que la mayoría de la gente no aprende un procedimiento bien definido, y por eso descuida ciertas zonas a pesar de lavarse los dientes todos los días.
Uno de los principales consejos de los odontólogos es utilizar un cepillo de cerdas suaves y nunca ejercer una fuerza excesiva, ya que esto no resulta en una limpieza más efectiva sino en el deterioro del producto. Además de la superficie de los dientes, tanto la exterior como la interior, es necesario masajear la zona en la que se unen a las encías para intentar remover los restos de alimentos más rebeldes.
Independientemente de la técnica utilizada, la base que se aplica a todas es cepillar todos y cada uno de los dientes, en todas sus caras, sin prisa, sin presionar con demasiada fuerza, disfrutando del proceso y siendo conscientes de los resultados que obtendremos. Por otro lado, debemos sustituir el cepillo cada tres o cuatro meses, dependiendo del desgaste de las cerdas, y usar una pasta dental de buena calidad.
Cuando una persona desea peinar y desenredar su cabello, puede usar un cepillo diseñado especialmente para pasarlo por la cabeza. Al deslizarlo con suavidad por la cabellera, las cerdas permiten alisar el pelo.
Es importante mencionar que las cerdas de los cepillos pueden estar hechas con pelo natural de algún animal o tratarse de fibras sintéticas. En el caso de los cepillos para el cabello, por ejemplo, pueden tener cerdas de pelo de jabalí o cerdas de nailon.
Se denomina cepo o cepillo, por otra parte, a una caja que se emplea para recolectar limosnas o donaciones. Estos cepillos suelen instalarse en las iglesias y contar con una cerradura para garantizar que solo pueda extraer el dinero aquel que dispone de la llave correspondiente.
