Las coenzimas son componentes de las enzimas. Se trata de sustancias orgánicas no proteicas que participan de las reacciones catalizadas por las enzimas.
Una enzima, por su parte, es una molécula de tipo proteico con la capacidad de catalizar reacciones químicas, siempre dentro del marco de la termodinámica; en otras palabras, vuelve cinéticamente favorable una reacción química, o sea que la hace transcurrir a una velocidad mayor. La acción de las enzimas tiene lugar una vez que se encuentran con los sustratos, unas moléculas que pasan a convertirse en «productos».
Entre los componentes de las enzimas aparecen las coenzimas.
TemasCaracterísticas de una coenzima
Una coenzima es un cofactor: una molécula que es imprescindible en las actividades que desarrollan las enzimas. Estos cofactores no proteicos se vinculan a las apoenzimas (proteicas) para formar holoenzimas.
Las coenzimas experimentan modificaciones en el marco de las reacciones químicas. Pueden ceder o aceptar grupos funcionales o electrones, por ejemplo, los cuales pasan de una enzima a otra.
Vinculos con las enzimas
Hay coenzimas que mantienen una relación permanente con la enzima. Otras, en cambio, solo experimentan una unión esporádica. El vínculo comienza cuando una coenzima se acopla a una enzima, la cual se encarga de captar su sustrato. La enzima luego transfiere electrones que recibe la coenzima. Finalmente la coenzima, ya reducida, puede desprenderse de la enzima y cede sus electrones, retornando a su estado inicial.
Es importante tener en cuenta que no todas las coenzimas aceptan los mismos tipos de átomos. Pueden recibir grupos acetilos, hidrógenos, aminos u otras clases según cada caso. En cuanto a las enzimas a las que cuales se adhieren, no existen restricciones: una misma coenzima se puede unir a distintas enzimas.
El brócoli es fuente de la coenzima Q10.
Ejemplos de coenzimas
El flavin mononucleótido (FMN) es una coenzima. Esta biomolécula es sintetizada por una enzima llamada riboflavina quinasa. El FMN es un agente oxidante que se involucra en la transferencia de uno o de dos electrones.
La ubiquinona o coenzima Q10, por su parte, se encuentra en gran parte de las células ecuariotas. Esta coenzima actúa en la respiración celular aeróbica y permite producir energía en forma de adenosín trifosfato.
Relevancia de la ubiquinona
En los últimos años, la importancia de la coenzima Q10 ha crecido considerablemente, ya que los medios de comunicación y los médicos han comenzado a recomendarla como complemento nutricional para tratar diversas enfermedades, como ser la hipertensión arterial, la gingivitis, algunos trastornos del corazón y ciertos problemas neurodegenerativos.
Es importante resaltar que este nutriente se encuentra en todo el cuerpo, aunque en especial se puede observar en el hígado, el páncreas, los riñones y el corazón. Para obtener la coenzima Q10, una de las opciones es incluirla en nuestra dieta.
Con respecto a los efectos de esta coenzima en nuestro organismo, podemos destacar su acción antioxidante, similar a lo que nos provee la vitamina E aunque con una efectividad mucho mayor. Además, puede generar energía a nivel celular, razón por la cual la sensación anómala de cansancio suele estar relacionada con la falta de coenzima Q10.
Otra de las funciones de este nutriente es que contribuye a oxigenar los órganos mediante su participación de la respiración de las células. Todo esto lo convierte en un suplemento altamente recomendado para fortalecer el sistema inmune y el cardiovascular, entre muchas otras ventajas que nos ofrece.
Fuentes de la coenzima Q10
Con el correr de los años, la coenzima Q10 se agota, y esto explica que quienes experimentan su déficit con mayor frecuencia sean las personas de la tercera edad. Por otro lado, existen ciertos factores que pueden acentuar su disminución: abuso de tabaco, alimentación que no la incluya en proporciones suficientes, deficiencia del organismo que impida su producción en cantidades adecuadas, estrés y candidiasis.
Para asegurarnos de tener los valores suficientes, se recomienda incluir en la dieta cereal integral, aceites vegetales, frutos secos, espinacas, zanahoria, coliflor, brócoli y germen de trigo, entre otros productos vegetales.
