La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene de otro individuo o de algo. También se trata de la presunción de uno mismo (asociándose en este caso a la autoestima) y del ánimo o vigor para obrar.
Por ejemplo: «Este hombre no me inspira confianza, creo que no voy a aceptar el trato», «Juan le dio su confianza y ella lo traicionó», «Tengo la confianza necesaria para derrotar al rival».
Confianza, creencia y familiaridad
Para la psicología social y la sociología, la confianza es una hipótesis que se realiza sobre la conducta futura del prójimo. Se trata de una creencia que estima que una persona será capaz de actuar de una cierta manera frente a una determina situación: «Voy a contarle todo a mi padre, tengo confianza en que me entienda y me ayude».
En este sentido, la confianza puede reforzarse o debilitarse de acuerdo a las acciones de la otra persona. En el ejemplo anterior, si el padre ayuda a su hijo, la confianza saldrá fortalecida; de lo contrario, la confianza se verá traicionada y, en el futuro, lo más probable es que el hijo no actúe de la misma forma.
Esta confianza prevé un apoyo. Se espera colaboración, cooperación, comprensión y compromiso del otro gracias a la existencia de una conexión emocional y de la empatía en las relaciones interpersonales.
La confianza, asimismo, puede referirse a la familiaridad en el trato: «No hace falta que te peines cada vez que voy a tu casa, ya tenemos bastante confianza», «¿Cómo te atreves a hablarme de esa forma? Nunca te di semejante confianza».
Esa confianza se da en la amistad y en el parentesco. Las personas, cuando se encuentran en un marco de confianza, actúan con autenticidad y sinceridad ya que saben que se encontrarán con comprensión y tolerancia por parte de los demás.
La confianza o familiaridad también representa una garantía de confidencialidad, privacidad y discreción. Lo que se expresa o se realiza en un entorno de confianza queda allí, sin que se haga público. Alguien en confianza deja aflorar sus emociones, comparte sus sentimientos e incluso puede confesar secretos; en otro ámbito, dichas conductas no se llevan a cabo, una censura que funciona como un mecanismo de protección.
Suspensión de la incertidumbre
La confianza, en definitiva, supone una suspensión, al menos temporal, de la incertidumbre respecto a las acciones de los demás.
Cuando alguien confía en el otro, cree que puede predecir sus acciones y comportamientos. La confianza, por lo tanto, simplifica las relaciones sociales.
Dicha suspensión de la incertidumbre puede estar asociada a códigos de ética, buenas prácticas y otros factores que contribuyen a la credibilidad en una comunidad. Cuando alguien confía en algo o en otro individuo, entiende que hay una estabilidad en el accionar, con lo cual las interacciones se basan en la fiabilidad.
Esto es muy importante, sobre todo, en la imagen pública. Un político, por mencionar un caso, debe mostrarse como alguien confiable si pretende construir un liderazgo y contar con el acompañamiento de la población. Tiene que estar en condiciones de demostrarle a la gente que, en lo que respecta a su labor, no hay ningún tipo de incertidumbre: no va a hacer nada imprevisto ni inesperado.
El abuso y el voto de confianza
Es posible encontrar una serie de términos que también emplean el concepto que ahora estamos analizando. Este sería el caso de la expresión «abuso de confianza». Con ella lo que se quiere expresar es que alguien al que otra persona le ha respaldado y le ha dado crédito en todo momento se ha aprovechado de esa circunstancia, consciente o inconscientemente, para perjudicarla o burlarse de ella.
De la misma manera, tampoco podemos pasar por alto que existe otro término, que de igual modo, emplea la palabra que ahora nos ocupa. Se trata de «voto de confianza». Con esta expresión lo que se quiere dejar de manifiesto es que alguien autoriza a otra persona para que lleve a cabo una acción determinada.
El concepto en la política
La idea de confianza también se utiliza en el ámbito político. Y es que con ella se establece que, en el seno de unas cámaras legislativas, los miembros de las mismas dan su respaldo y aceptación a las acciones que el gobierno reinante está llevando a cabo en un ámbito o situación concreta. De la misma forma, también se emplea para referirse a cuando aquellas le dan la autorización a la entidad gubernamental para que acometa unas tareas determinadas.
Precisamente dentro del citado sector político, está también la expresión «cuestión de confianza». Con ella se viene a hacer referencia a un proceso por el cual el jefe del Estado o el gobierno son analizados por el resto de miembros de la cámara legislativa para, mediante una votación correspondiente, dictaminar si deben seguir o no realizando sus funciones.