El diseño de producto es el proceso que se lleva a cabo para la creación de nuevos bienes y servicios. Se trata del conjunto de acciones que permiten planificar, desarrollar y generar una propuesta comercial para satisfacer una necesidad.
Cabe destacar que la idea de diseño refiere a una idea para delinear algo o al plan destinado a la configuración y la concreción de una obra o un proyecto. Un producto, en tanto, es un objeto fabricado que se destina a la comercialización.
Principales características
La noción de diseño de producto abarca la totalidad de las tareas que se realizan para generar una oferta comercial. Ese desarrollo de producto incluye desde la conceptualización hasta la maquetación o la simulación digital, pasando por la investigación y las pruebas.
Lo que guía al diseño de producto es la intención de resolver un problema mediante una propuesta que se pone a disposición de la población a través del mercado. Por eso incluye el análisis de factores económicos y de cuestiones logísticas relacionadas con la llegada del producto a los consumidores o del servicio a los usuarios.
Por lo general, el diseño de producto se ejecuta pensando en un cliente ideal. La meta de los diseñadores es anticipar los potenciales requerimientos de ese individuo y cumplirlos.
Hay que considerar que el diseño de producto puede recurrir a la innovación y la creatividad para elaborar algo totalmente novedoso. Pero también puede enfocarse a la introducción de cambios en un elemento ya conocido. En este caso, se busca una actualización o una refuncionalización.
Etapas del diseño de producto
El diseño de producto se lleva a cabo en una serie de etapas sucesivas. Todo comienza con la idea matriz, fruto de la reflexión o la observación. Luego hace falta una investigación para darle forma y para estimar su viabilidad. Dicha tarea investigativa exige un análisis de mercado para examinar las condiciones.
El siguiente paso es la planificación del producto. En esta instancia se puede realizar un borrador o boceto que precede al desarrollo en sí mismo. El proceso continúa con la elaboración y la prueba de un prototipo o modelo. Finalmente, tras un estudio de la cadena de suministros, se completan las labores de diseño.
Todas estas fases, por supuesto, no solo se orientan a la generación de un producto: el objetivo es lograr un producto de calidad, competitivo y que logre satisfacer a las demandas de los clientes. Si el diseño no es exitoso, el producto puede resultar poco útil, ineficaz o poco atractivo, por ejemplo.
La estrategia
Es necesario definir una estrategia para avanzar con el diseño de producto. Esto permite lograr una concordancia entre aquello que se producirá, las demandas de los clientes, las oportunidades del mercado y los objetivos trazados a nivel comercial.
Al trazar la estrategia se tiene que definir qué necesidad se pretende satisfacer, cómo se hará eso y para quién. Esta visión ayuda a concentrarse en las características más importantes del producto, organizando los recursos para cumplir con los objetivos.
Una vez establecida, la estrategia de diseño de producto debe ejecutarse correctamente. La medición de métricas ayuda a determinar si se están alcanzando los propósitos.
Importancia del diseño de producto
El diseño de producto es clave para una empresa. Gracias a él se puede mejorar la experiencia de usuario al ofrecerle artefactos funcionales y atractivos o servicios de utilidad.
Satisfacer las necesidades o resolver los problemas de los compradores y usuarios, a su vez, lleva en el corto, mediano o largo plazo a un incremento de las ventas. Si bien para aumentar la cuota de mercado hay que considerar otras variables, que un producto tenga una buena recepción es un gran paso.
Así como hay que considerar las ventajas de este proceso, también se deben tener en cuenta los problemas que surgen cuando esas etapas no se concretan de la manera adecuada. Un producto con diseño deficiente, ya sea por su poca usabilidad o funcionalidad, su ergonomía o su estética, difícilmente pueda conquistar el mercado. En el mejor de los casos, puede tener un impacto positivo transitorio gracias a ofertas y promociones o como fruto de una campaña publicitaria o de marketing exitosa, pero su éxito no será sostenible en el tiempo.
Distintos enfoques
No puede dejar de mencionarse que el diseño de producto suele estar muy ligado al diseño industrial. Para producir en serie, es imprescindible lograr una estandarización, para lo cual se requiere la intervención de un diseñador especializado: el diseñador industrial.
Si bien el diseño de producto puede realizarse a distintas escalas, se vincula generalmente el concepto a la producción masiva. Es clave la iteración (la repetición de acciones hasta lograr el objetivo) para alcanzar el estandar pretendido.
También puede relacionarse el diseño de producto con el diseño centrado en el usuario. Sin embargo, ambas ideas aluden a cuestiones diferentes. Mientras que el diseño de producto atiende tanto necesidades comerciales como del usuario, el diseño centrado en la UX (user experience) piensa exclusivamente en el cliente. Por lo tanto, puede considerarse que el diseño de producto incluye las cuestiones que estudia el diseño centrado en el usuario y suma otras.