Educación en línea es una modalidad de enseñanza y aprendizaje llevada a cabo mediante el empleo de un dispositivo tecnológico con acceso a Internet (desde un ordenador o una computadora portátil hasta una tablet o teléfono móvil).
Para el aprendizaje electrónico, popularmente conocido en inglés como e-learning, se aprovechan plataformas y herramientas que contribuyan tanto a la transmisión de información como a la interacción entre quienes dictan los contenidos y los usuarios que se nutren con ellos.
Las aplicaciones de mensajería instantánea, las videoconferencias, los e-books educativos, los foros, los tutoriales en línea y los webinars, por ejemplo, son de suma importancia a la hora de despejar dudas e instruirse de modo no presencial.
Características de la educación en línea
Aunque la modalidad a distancia en el ámbito académico ya existía antes de la pandemia de COVID-19, las características de la educación en línea alcanzaron una impactante notoriedad cuando, en época de confinamiento, se resolvió apelar a la enseñanza virtual a fin de no suspender los procesos de estudio que hasta entonces se desarrollaban gracias a las tradicionales clases presenciales.
En primer término, es necesario remarcar que la educación en línea puede adaptarse a todos los niveles y asignaturas o disciplinas. A los alumnos estas adecuaciones les resultan convenientes porque evitan interrupciones en la trayectoria estudiantil, aunque en el caso de los niños es indispensable la intervención y el acompañamiento de un mayor responsable para que la experiencia virtual sea fructífera.
Los jóvenes y los adultos, por su parte, necesitan poder de organización, una óptima gestión de tiempo, responsabilidad, disciplina, motivación y autocontrol para sacarle provecho a las capacitaciones online.
Tipos
Las opciones que diversifican a la educación en línea guardan relación con los tiempos en los cuales se brinda y se consume la información. Además, existe una modalidad que permite combinar la enseñanza tradicional y la nacida a partir del uso masivo de Internet.
Así, por lo tanto, es posible distinguir entre un tipo híbrido de formación a distancia, marco en el cual se desarrollan clases presenciales y se recurre, de forma complementaria, al recurso virtual con el objetivo de ampliar los conocimientos valiéndose de materiales multimedia que se comparten en línea.
Hay, por otra parte, un modelo de aprendizaje asincrónico dentro del universo de la educación virtual. En este escenario, la interacción no sucede en tiempo real, sino que los intercambios entre estudiantes e instructores surgen en momentos en los que cada uno se conecta a la plataforma o aula virtual, sin que sean coincidentes. Los contenidos se crean y quedan disponibles para cuando cada uno crea conveniente, o pueda, acceder a ellos al recibirlos en su cuenta de correo electrónico, por indicar una posibilidad. Este estilo, al no contemplar una retroalimentación instantánea y poseer un ritmo más pausado no suele recomendarse para niños que asisten a la escuela primaria ni para jóvenes que recién desembarcan en el nivel secundario.
Distinto es el caso del aprendizaje sincrónico, que sí son simultáneos los encuentros para, paralelamente, transmitir saberes y aprender. Cuando se trata de una dinámica presencial, el grupo recibe lecciones en un espacio y horario en concreto. Un acuerdo similar puede establecerse para la modalidad en línea, pactando reuniones virtuales en una plataforma en donde educandos y educadores se vinculen escuchándose en vivo, participen vía chat o empleando el micrófono a fin de tener una experiencia pedagógica interactiva.
Ventajas de la educación en línea
Son múltiples las ventajas de la educación en línea, por eso cada vez hay más alternativas disponibles en materia de educación virtual y personas interesadas en esta modalidad de formación.
La posibilidad de acceder a entornos de aprendizaje personalizados adaptados a los tiempos y necesidades de cada individuo, los horarios flexibles que ofrece la formación virtual y el ahorro de dinero (ya que la capacitación online evita gastar en transporte y refrigerios, por ejemplo) son parte de los beneficios que agradecen aquellos que eligen instruirse de manera remota a través de algún dispositivo tecnológico con acceso a Internet.
Quienes usan este sistema no dudan en resaltar, además, la comodidad que representa el hecho de no tener que trasladarse a un centro educativo para dar el presente en las clases y la velocidad de la retroalimentación digital entre alumnos y profesores. Resultan enriquecedores, asimismo, el trabajo colaborativo en línea, los espacios de comunicación directa entre compañeros de estudio y los foros de discusión en línea.
Tampoco hay que pasar por alto que, a diferencia del formato presencial, las fronteras, nacionalidades y ubicaciones geográficas no son impedimentos para cursar una carrera o hacer un taller. Hoy en día, si alguien instalado en Uruguay desea ampliar sus saberes accediendo a un seminario dictado por expertos europeos que están distribuidos en diferentes naciones, puede cumplir su propósito a sólo un clic de distancia.
Claro que, más allá de decenas de bondades, hay ciertas cuestiones que requieren un abordaje cuidadoso con el objetivo de no padecer complicaciones ni inconvenientes por elegir la educación en línea, un sistema que puede acentuar el aislamiento social, desmotivar a quienes no han alcanzando un dominio profundo de la tecnología o no funcionarle a personas que carecen de constancia y autodisciplina o que necesitan un acompañamiento o seguimiento que no se consigue en el entorno virtual.