Definición de

Empatía

Guía

En las dinámicas de grupo, el liderazgo empático es indispensable para garantizar la armonía y lograr una buena gestión de conflictos.

La empatía es la habilidad cognitiva de una persona para comprender el universo emocional de otra. Empatía deriva del término griego empátheia y recibe también el nombre de inteligencia interpersonal (término acuñado por Howard Gardner).

Antes de continuar es necesario separar dos conceptos que a veces se confunden: empatía y simpatía. Mientras el primero hace referencia a una capacidad, el segundo se refiere a un proceso absolutamente emocional que posibilita que percibamos los estados de ánimo del otro, pero no exige que los comprendamos.

Empatía e inteligencia emocional

La inteligencia emocional es el sistema en el que se engloban todas las habilidades relacionadas con la comunicación entre el individuo y los sentimientos (ya sean propios o ajenos). Está compuesta por destrezas como la autoconciencia (vinculada al autoconocimiento y a la comprensión del origen de los sentimientos), el control emocional (aprender a canalizar positivamente las emociones), la motivación (encontrar razones para la superación y tener la capacidad de motivar a otros) y el manejo de las relaciones (relacionarse sanamente, con sensibilidad, respetando a los otros y haciéndose respetar). La empatía es otra habilidad de la inteligencia emocional, y es la que nos permite percibir los sentimientos de los otros y hacer que se sientan menos solos. No es un don, todos podemos desarrollarla si lo deseamos, basta con abrir la mente e intentar captar la vida del otro desde su perspectiva y no desde nuestros ojos.

Para que la empatía exista es necesario que se dejen a un costado los juicios morales y los fenómenos de raíz afectiva (simpatía, antipatía), de modo tal que se pueda tener una actitud comprensiva pero no de compasión frente a la circunstancia del otro. Consiste en el esfuerzo de carácter objetivo y racional para llevar a cabo el proceso de comprensión intelectual que permita entender los sentimientos del otro. Por estas razones, es una de las herramientas que aprovechan los psicólogos en su tarea profesional para acercarse a sus pacientes.

La empatía requiere de una escucha activa y atención plena para interiorizarse de las dolencias del prójimo. Es necesario acercarse al otro con respeto y paciencia, teniendo tolerancia, para lograr establecer una conexión emocional. La solidaridad, a su vez, es indispensable para que las relaciones interpersonales sean empáticas y se preste el apoyo emocional que los demás necesitan.

Vivenciar lo que otra persona siente

En otras palabras, la empatía permite hacer referencia a la capacidad intelectiva de todo ser humano para vivenciar la forma en que otro individuo siente. Esta capacidad puede desembocar en una mejor comprensión de sus acciones o de su manera de decidir determinadas cuestiones. La empatía otorga habilidad para comprender los requerimientos, las actitudes, los sentimientos, las reacciones y los problemas de los otros, ubicándose en su lugar y enfrentando del modo más adecuado sus reacciones emocionales.

Resulta interesante resaltar que el desarrollo de la empatía exige una cierta clase de inteligencia: por eso, quienes son diagnosticados con síndrome de Asperger, autismo o padecen algunas psicopatías carecen de esta habilidad cognitiva. Las personas con empatía, destacan los expertos, tienen la capacidad de oír a los demás (con una escucha empática) y de comprender tanto sus problemas como cada una de sus acciones.

Cooperación

La empatía en el ámbito laboral siempre es necesaria, sobre todo cuando se apuesta por el trabajo en equipo.

Desarrollar la empatía

Cuando una persona se siente sumamente angustiada y al ver a otra su estado de ánimo cambia rotundamente por el solo hecho de estar con ella, entra en juego la empatía. Para que esto se produzca no es necesario que ambas personas vivan las mismas experiencias, sino que una de ellas tenga la capacidad de captar los mensajes no verbales, y también los verbales, que el otro transmite y de hacer exactamente lo que el otro necesita para que se sienta comprendido.

Un problema común que se presenta cuando dos personas intentan comunicarse es que cuando una de ellas debe expresar sus sentimientos se retrae, evita el tema o simplemente intenta hacer un chiste que derive la conversación a un espacio donde pueda sentirse segura. Esto ocurre porque ese individuo experimenta la presencia de ciertas barreras que se interponen entre él, los sentimientos, y la otra persona.

No se puede dejar de considerar que, cuando alguien se encuentra en una situación de vulnerabilidad afectiva o psicológica, necesita acompañamiento. Es imprescindible, pues, desarrollar las habilidades sociales necesarias para interactuar de una manera saludable con el resto de la comunidad, recibiendo ayuda o dándola cuando la situación lo demanda.

Actitudes a evitar

Los elementos externos que influyen para que una persona no pueda expresarse, además de sus barreras internas, tienen que ver con la reacción que espera que el otro pueda tener. Para conseguir una buena relación empática es fundamental que al encontrarnos frente a alguien que nos expresa sus sentimientos evitemos las siguientes actitudes:

  • Restarle importancia a aquello que lastima o preocupa a esa persona, buscando el modo de ridiculizar los sentimientos que tiene y de imponer razones para no sentir de esa forma. Esto puede dañar la autoestima.
  • Predisponerse a la conversación con prejuicios, analizando lo que el otro manifiesta en base a nuestras ideas, acercándonos a él con un velo de creencias e ideas.
  • Utilizar frases como «así no vas a lograr nada», «¿por qué siempre terminás haciendo lo mismo?», etc.
  • Tener sentimientos de compasión para con el otro.
  • Mostrarse como un ejemplo positivo, comparando la situación del otro con una experimentada por nosotros con anterioridad.

Con esta forma de actuar lo único que se consigue es que el sujeto afligido se aleje, se esconda en su cascarón y se plantee la posibilidad de no volver a tocar ese tema con ese individuo. Para que entre ambos se desarrolle una relación de empatía se requiere que el interlocutor se olvide de sí mismo y de sus principios e intente acercarse al mundo del otro, como si intentara aprender un idioma desconocido, para actuar así con responsabilidad emocional.

Educación

Sin empatía en la enseñanza, el proceso de aprendizaje puede resultar muy dificultoso.

Crianza y empatía

Antes de terminar, hay que subrayar la verdadera importancia que tiene en un individuo el poder hablar acerca de sus sentimientos, una herramienta imprescindible para vivir en sociedad. Aprender a poner en palabras lo que se siente es algo que debe aprenderse en la infancia y es fundamental para conseguir una buena comunicación emocional.

Son los padres los que deben ayudar a sus hijos pequeños a descubrir y entender sus propios sentimientos y los de los demás. Aquellos que no puedan expresar cómo se sienten, difícilmente puedan desarrollar una verdadera empatía con alguien de su entorno, porque no podrán captar el mundo desde un punto de vista sensitivo.

Tiene que haber, en definitiva, un compromiso social para que estos lazos puedan forjarse y así contribuir al bienestar emocional. Para esto es necesaria, desde la familia, una educación emocional centrada en la aceptación de las vivencias del otro y en el fomento de valores como el altruismo, la generosidad, la humildad, la bondad y la amabilidad.

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Cómo citar este artículo Publicado por Julián Pérez Porto y Ana Gardey. Actualizado el 11 de mayo de 2023. Empatía - Qué es, definición y concepto. Disponible en https://definicion.de/empatia/
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