El vocablo latino aestuarium llegó al castellano como estero. El término, de acuerdo al contexto y a la región, puede utilizarse de distintos modos.
Un estero puede ser un estuario: el sitio donde un río desemboca en el mar y las aguas fluviales se unen con las aguas marítimas. Además se llama estuario a una superficie pantanosa que, por una filtración (de una laguna o de un río) o por la acumulación de lluvia, se llena de agua. Por otra parte, un charco, un riachuelo y un arroyo también pueden recibir este nombre.
El uso más habitual de la noción está asociado al pantano que se forma en una zona baja como consecuencia de un drenaje que no es eficiente. Esta inundación o anegación confiere características particulares al estero en cuanto a su flora y su fauna.
Los Esteros del Iberá y el Gran Pantanal
Los Esteros del Iberá, que se encuentran en el noreste argentino, se ubican entre los más conocidos del mundo. Pertenecientes a la provincia de Corrientes, más precisamente a su zona nordeste, se desarrollan en más de 12 000 kilómetros cuadrados y se destacan por su biodiversidad. En cuanto a su extensión, solamente lo supera el denominado Pantanal o Gran Pantanal, una llanura aluvial que se encuentra al oeste de Brasil y en las regiones aledañas de Paraguay y Bolivia.
Juntos, el Pantanal y los Esteros del Iberá conforman un humedal tan extenso que se encuentra en segundo lugar a nivel mundial y forman parte del llamado macrosistema del Iberá, un sistema hidrográfico que ronda los 45 000 kilómetros cuadrados de superficie, donde podemos encontrar un ecosistema tropical y subtropical de una diversidad realmente considerable.
Diversidad biológica
Dada la geografía tan peculiar que caracteriza este estero y las dificultades que presenta a quienes desean visitarlo, incluso al día de hoy goza de una población animal muy variada y rica. Esto no quiere decir que su fauna esté a salvo; varias de las especies que la componen se consideran amenazadas y han hecho de este estero su hábitat precisamente porque no tienen muchas más opciones.
Algunas de las especies animales que habitan en los Esteros del Iberá son las siguientes: el carpincho, el venado de las pampas, el ciervo de los pantanos, el aguará guazú (también conocido con el nombre de lobo de crin), el lobito de río (que es en realidad una nutria), el yacaré overo, el yacaré negro, los monos aulladores, la boa curiyú y una gran variedad de aves, como ser el pirincho.
En los Esteros del Iberá también existe una abundante y diversa ictiofauna (el grupo de los peces que se hallan en una zona bien definida). Entre las especies que destacan de este conjunto se encuentran las siguientes: armados, dorados, pacús, palometas, tarariras, mojarras y surubís. Con respecto al yaguareté, se cree que se extinguió a lo largo de la primera mitad del siglo XX, lo mismo que les ocurrió al pecarí de collar, al lobo gargantilla, al oso hormiguero y al tapir.
La flora de los Esteros del Iberá cuenta con un gran número de especies acuáticas, como ser la amapola de agua y el camalote, de las cuales surge el fenómeno conocido como embalsados, nombre que se les da a unas islas flotantes.
Otros esteros
Esteros de Camaguán, en la zona central de Venezuela, es el nombre de un municipio y de una reserva de fauna silvestre. Estos esteros, sometidos a un régimen estacional, constituyen un humedal formado por médanos y una extensa llanura aluvial.
En Chile, por último, los cursos inferiores de un río e incluso otros torrentes reciben el nombre de esteros, como el estero Arrayán, el estero de Ramón y el estero Chacabuco, entre otros.