Evapotranspiración es un concepto propio del ámbito de la ecología. Según se advierte al revisar la teoría, alude a un fenómeno que se caracteriza por el paso de agua hacia la atmósfera a raíz de la transpiración de las plantas (que tiene lugar en tallos y hojas) y por evaporación directa de agua existente en la superficie terrestre.
Resulta enriquecedor conocer en qué consiste, cómo se produce y qué importancia posee la evapotranspiración a fin de sumar saberes sobre el ciclo del agua.
Es un proceso esencial para que la flora pueda mantenerse saludable y se logren conservar óptimos niveles de humedad del suelo. Se destaca, asimismo, por ser un mecanismo de perfil natural y favorecedor de la sostenibilidad mediante el cual se eliminan sustancias contaminantes y el agua se transforma en vapor.
Características de la evapotranspiración
La evapotranspiración abarca dos clases de procesos físicos. Por un lado involucra a la evaporación, un fenómeno que se refleja en la devolución de agua a la atmósfera en estado de vapor (algo que sucede en lagos, vegetación que se ha mojado, suelos, ríos, etc).
La transpiración vegetal es el otro proceso que implica una evaporación de agua, en este caso producido en diversas plantas que habitan la Tierra. La vaporización tiene lugar dentro de las hojas, mientras que que la abertura estomática se encarga de controlar el intercambio de vapor que involucra a las plantas y la atmósfera.
La evapotranspiración posee una enorme relevancia para el balance hídrico y el ciclo del agua. Según estimaciones de expertos en el tema, el mayor porcentaje del agua que llega a una zona específica en forma de precipitación retorna a la franja atmosférica gracias a la evapotranspiración y el resto alimenta a la escorrentía superficial (así como también a la subterránea). Se equilibra, de esta manera, la energía que se pierde y aquella que se recibe.
Hacer, a partir del estudio de la evapotranspiración, un seguimiento de la cantidad de agua perdida posibilita calcular qué disponibilidad hay de dicho recurso en una región. Esa información es útil para implementar medidas o estrategias en pos de un mejor manejo, control y aprovechamiento del agua.
Los registros asociados a la evapotranspiración, más allá de ser valiosos a la hora de gestionar los recursos hídricos, pueden tomarse como indicadores de la aridez que hay en un territorio.
Tipos
Es oportuno señalar que se reconocen diferentes tipos de evapotranspiración. Uno de ellos se conoce como evapotranspiración potencial (ETP) y tuvo impulso de la mano de Charles Warren Thornthwaite, un estadounidense que se especializó en climatología y sumó experiencia como profesor y geógrafo. Esta noción, de uso extendido a escala mundial, con el correr del tiempo ha beneficiado investigaciones de contenido hidrológico y se posicionó como indicadora de aridez o humedad.
Otra de las alternativas se ha popularizado como evapotranspiración del cultivo de referencia (ETo). Esta opción se aplica o destina a una clase puntual de cultivo, de referencia o estándar. Es habitual que se trabaje con alfalfa o gramíneas en panoramas de ausencia de déficit hídrico, un crecimiento activo y una cobertura completa del suelo.
La evapotranspiración efectiva, catalogada incluso como actual o real (ETr), resulta más complicada de calcular debido a que hay que considerar la magnitud que da cuenta de las reservas disponibles en cuanto a humedad del suelo, las condiciones atmosféricas y qué requerimientos tienen los cultivos.
No se puede dejar afuera de este listado a la evapotranspiración del cultivo bajo condiciones no estándar, categoría que engloba a procesos que se dan en cultivos que se desarrollan en marcos de manejo y escenario ambiental que difieren de los parámetros considerados estándar.
Medición de la evapotranspiración
Suma tener en cuenta que hay múltiples maneras de medir y estimar el nivel de evapotranspiración, aunque no es sencillo ni exacto el asunto. Se requiere para ello personal calificado, dispositivos específicos y una considerable inversión económica.
Entre los instrumentos de medición cobra protagonismo el lisímetro. Con este elemento que se introduce en el suelo se consigue una elevada precisión al evaluar variables que intervienen en el balance hídrico. Empleando un lisímetro de succión, por señalar un caso concreto, se extrae una muestra de agua de un suelo determinado para analizar.
Los métodos directos de medición de evapotranspiración son comunes en actividades forestales y agrarias. Se destinan al análisis de pequeñas extensiones de terreno y el procesamiento de datos se realiza en tiempo real.
Hay, asimismo, métodos indirectos, tal como se considera por ejemplo al tanque evaporímetro.
A fin de calcular la llamada evapotranspiración de referencia (ETo), en tanto, se sugiere como procedimiento estándar el método bautizado como FAO Penman-Monteith (alternativa que trabaja a partir de datos climáticos de carácter estándar que no son complicados de medir).
El método de transferencia de masa; la evaluación de flujos de agua para obtener en el suelo datos sobre el balance de agua y el estudio de datos meteorológicos son otros aliados de aquellos que se dedican a establecer cuál es el nivel de evapotranspiración y a interpretar los datos obtenidos.