Se denomina faringe a la estructura tubular que se encuentra a continuación de la boca, en la zona del cuello del ser humano y del resto de los mamíferos. Revestida con una membrana, la faringe permite vincular las fosas nasales y la cavidad bucal con la laringe y el esófago, respectivamente.
Situada delante de la columna vertebral, la faringe humana se extiende aproximadamente trece centímetros, desde la base del cráneo hasta la séptima vértebra cervical. Una masa de músculos le confiere sostén.
Por la faringe, por lo tanto, pasan el aire y los alimentos. De este modo se puede decir que forma parte del aparato respiratorio y del aparato digestivo. Una pieza cartilaginosa llamada epiglotis permite separar ambas vías.
En la faringe se pueden reconocer tres sectores. La faringe inferior, también conocida como laringofaringe o hipofaringe, va desde el límite con el esófago hasta debajo de la epiglotis. La faringe media, orofaringe o bucofaringe se desarrolla entre la epligotis y el velo del paladar. La faringe superior, nasofaringe o rinofaringe, por último, tiene extensión desde el velo del paladar hasta la zona posterior de la cavidad nasal.
La faringe interviene en la respiración (ya que el aire pasa por ella), la deglución (el bolo alimenticio ingresa por la boca, atraviesa la faringe y sigue rumbo al esófago), la fonación (actúa como resonador) y la audición (está unida a la trompa auditiva).
Entre las enfermedades y los trastornos que pueden afectar a la faringe, la faringitis es uno de los más usuales. Sucede cuando la mucosa que rodea la estructura se inflama, provocando dificultades para deglutir y otros problemas. La faringitis puede producirse por una infección causada por un virus o una bacteria o por una reacción de tipo alérgico.
Una de las enfermedades más graves en este marco es el cáncer de faringe, el cual también acarrea otros tres: el de nasofaringe, el de orofaringe y el de hipofaringe. En otras palabras, este tipo de cáncer habla de varios tumores malignos ubicados en diferentes puntos específicos, aunque todos afecten a la garganta. Esto se da cuando las células tumorales empiezan a propagarse en los tejidos de la faringe.
El primer paso en el surgimiento de cualquier forma de cáncer es una anómala mutación celular y su posterior reproducción. Cuando maduran, estas células pueden multiplicarse sin morir, y esto explica su crecimiento en número hasta que se forma el tumor.
El cáncer de faringe puede surgir por varias causas, aunque la Organización Mundial de la Salud asegura que casi la mitad de los casos de cáncer a nivel mundial aparecen por el consumo de tabaco, actividad que se considera causante del 90 por ciento de los cuadros que tienen lugar en la cavidad bucal.
La mala alimentación, basada en el abuso de azúcares y grasas, y el consumo de alcohol en exceso son otros factores de riesgo para el cáncer de faringe. Con respecto a los síntomas, podemos señalar los siguientes:
* tos y dolor de garganta persistentes;
* dolor de oído o de cuello;
* presencia de protuberancias en la zona de la garganta donde se halle el tumor;
* dificultades para deglutir;
* pérdida de peso considerable a causa del síntoma anterior;
* alteraciones en la voz a causa del avance del cáncer sobre los tejidos, al punto de producir ronquera.
Sobra decir que fumar es perjudicial para la salud, por lo cual todos deberían hacer el esfuerzo por alejarse de este hábito. Dado que en este caso no se puede decir «nunca es tarde para dejarlo», se recomienda comenzar el proceso de desintoxicación cuanto antes. Mejorar la alimentación, reducir el consumo de alcohol y hacer ejercicio físico con frecuencia son otros consejos útiles para prevenir el cáncer de faringe, entre otros.