El fruncimiento de ceño, el encogimiento de hombros y el movimiento de manos o pies son gestos que aportan información vinculada a cómo se siente o qué está pensando alguien.
Gesto es un vocablo de utilización frecuente que alude a cada expresión facial y movimiento (en especial de manos y partes de la cara) que nos permite manifestar algo. Más allá de identificar a un recurso de comunicación no verbal, esta palabra se aprovecha al momento de describir una acción o actitud. Por ejemplo: «El arquero rival tuvo el buen gesto de pedirle perdón al jugador que terminó lesionado a raíz de su golpe no intencional», «Gestos como éste de venir a ayudar a víctimas de la inundación emocionan y demuestran el espíritu solidario de la comunidad».
Un gesto tiene el poder de potenciar o de reemplazar al habla. Una seña, mímica o un guiño alcanzan para transmitir un mensaje, tal como se comprueba al observar la presentación de artistas que se dedican a la pantomima.
Temas
ResumenTipos de gestos
Si uno observa tanto a personas como a ejemplares de diferentes especies del reino animal no tardará en advertir la existencia de una considerable variedad de tipos de gestos.
Las mascotas, por detallar una realidad sencilla de reconocer en la práctica, constantemente tienen gestos de amor y cuidado hacia los integrantes de su hogar, así como también son capaces de enviar señales de agrado, relajación o enfado apelando a movimientos faciales.
De centrarnos en conductas humanas, en tanto, podremos distinguir entre gestos adaptativos (cuya finalidad es adecuarse con ademanes o una postura corporal a una situación o lugar que, a lo mejor, incomoda, provoca ansiedad, etc), emblemáticos (de simbología o representación fácil de comprender dentro de una cierta cultura o colectividad por ser de alcance popular o universal) e ilustrativos (aquellos que complementan a la comunicación verbal matizando, enfatizando o enriqueciendo de alguna manera lo expuesto oralmente). También hay gestos reguladores (los cuales sirven para indicar que se ha concluido una alocución y se aguarda una respuesta como parte del circuito de la comunicación) y gestos afectivos (destinados a transmitir emociones, pensamientos y sentimientos).
Dentro del enorme conjunto de los gestos corporales aparecen numerosos movimientos que se estudian desde la ciencia para descifrar qué revela el cuerpo cuando, incluso, no llegamos a ser plenamente conscientes del porqué de posturas, ademanes o contorsiones.
La postura corporal, la mímica y los gestos son las herramientas de los mimos a la hora de comunicarse, ya que apuestan a expresarse sin pronunciar palabras.
El arte de gesticular
El arte de gesticular acompaña a los seres humanos desde la infancia. Los bebés hacen mohínes para comunicarse y la gente a su alrededor también se vale de muecas para conectarse con ellos.
Los gestos abundan y son usuales tanto en ámbitos formales como en contextos informales. El lenguaje corporal siempre aporta información, es cuestión de aprender a prestarle atención y a interpretar de modo adecuado cada reacción.
Al hacer contacto visual con alguien, lo conozcamos o no, podemos tener de inmediato una idea o un panorama rápido de cómo se siente a partir de observar su mirada. Quizás, si algo le preocupa, presente su ceño fruncido, mientras que si se le dibuja una sonrisa en los labios será indicio de que todo va bien.
En algunas culturas, el saludo entre familiares, amigos y conocidos se nutre de un beso y un abrazo como signos de afecto y cercanía. Las reglas de cortesía y buena educación en un marco laboral o estructurado, en cambio, marcan un saludo con la mano realizado con el brazo extendido guardando una cierta distancia personal.
El arte de gesticular, por sumar más precisiones, caracteriza a los hombres y a las mujeres que se dedican a la actuación, aunque también en otras disciplinas creativas cobran relevancia los gestos. En el plano de la expresión artística se valoran las habilidades para cautivar con el dibujo de una figura que transmita sensación de movimiento y presente facciones o guiños verosímiles; la destreza del artista detrás de una pintura para moldear un gesto pictórico y la pericia de un experto en fotografía para inmortalizar muecas o movimientos impactantes, por ejemplo.
Así como al término de una función de teatro o de un espectáculo de danza el público demuestra su respeto, admiración y gratitud hacia los artistas mediante el aplauso, las personas que están sobre el escenario deben ensayar y preparar con anticipación la obra a desplegar. No se puede descuidar, en este proceso, ni el guion, ni el vestuario, ni la disposición del elenco en escena y, mucho menos, el lenguaje corporal.
El aplauso es un símbolo que surge al chocar las palmas de las manos generando un efecto sonoro para transmitir aprobación o mostrar que se aprecia una actividad, acción o performance que se ha disfrutado.
Gestos para cada situación
Tal como se desprende de la observación de la realidad, hay gestos que se adecúan a cada situación.
Un puño cerrado en una circunstancia de discusión o pelea puede estar simbolizando la rabia o la tensión contenidas, pero también podría llegar a ser una amenaza o acción violenta que dé inicio a agresiones físicas.
En el medio de un partido, asimismo, la mano de un jugador con el pulgar hacia arriba le transmite al entrenador que todo está bien y que se encuentra en condiciones de permanecer en el campo de juego.
De llevar su pulgar hacia abajo, en cambio, la interpretación es negativa porque revela un malestar, impedimento o que algo va mal. Cuando la distancia impide un diálogo fluido, normal y a un volumen acorde, entonces los gestos son herramientas indispensables: los movimientos de la cabeza en señal de asentimiento funcionan como respuesta afirmativa ante alguna consulta formulada mediante señas; de lo contrario, se apelará a simbolizar una negación con la cabeza o la mano.
Publicado por 
