El primer paso que vamos a dar es conocer el origen etimológico del término glúcidos que ahora nos ocupa. En concreto, tenemos que exponer que es una palabra que deriva del griego, concretamente es fruto de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-El sustantivo «glykys», que puede traducirse como «dulce».
-El sufijo «-ido», que se utiliza en el ámbito de la química para hacer mención a «derivado de».
Así se denomina a la sustancia orgánica compuesta por oxígeno, hidrógeno y carbono, en la cual los primeros dos elementos aparecen en proporción de dos a uno.
Qué son los glúcidos
También llamados hidratos de carbono o carbohidratos, los glúcidos son biomoléculas que aportan energía a los seres vivos, ya sea para su uso inmediato o para su almacenamiento. Estas moléculas presentan enlaces covalentes que son difíciles de romper.
Gracias a los glúcidos, las personas obtienen la energía necesaria para desarrollar su actividad neuronal y muscular. Por eso los deportistas suelen consumir alimentos con elevadas cantidades de glúcidos (como las pastas), ya que los ayudan a realizar esfuerzos físicos intensos. Los carbohidratos también permiten que la temperatura corporal y la presión arterial se mantengan estables.
Los glúcidos, por lo tanto, siempre deben estar presentes en la alimentación debido a que son una fuente de energía. Aunque muchos creen que estas sustancias provocan un aumento de peso, en realidad lo que engorda es el exceso de calorías (las calorías que no se queman se convierten en grasa).
Su importancia para el organismo
Además de porque otorgan energía al organismo, los glúcidos se considera que es necesario que estén presentes en la alimentación de cualquier persona si esa quiere llevar a cabo una dieta sana, completa y equilibrada. Y es que dichos elementos traen consigo otra serie importante de beneficios, entre los que destacan los siguientes:
-Ayudan a lo que es el desarrollo muscular.
-Permiten mantener bajo control lo que son los niveles del colesterol.
-Favorecen lo que es la salud cardíaca.
-Ayudan a que el cerebro se encuentre en las mejores condiciones.
-De la misma manera, no hay que pasar por alto tampoco que otro importante beneficio de que los glúcidos estén presentes en la alimentación es que ayudan a reducir o a prevenir situaciones tales como la ansiedad, el estrés e incluso la depresión. Eso lo logran porque favorecen la producción de la serotonina.
-Asimismo, hay que tener en cuenta que el consumo de forma prolongada y controlada de ciertos glúcidos favorece no solo la quema de la grasa sino también lo que es la pérdida de peso. Este sería el caso, por ejemplo, de alimentos como la avena.
Clasificación de los glúcidos
Según sus características, se puede distinguir entre diversas clases de glúcidos. Los más simples, que cuentan con una única molécula, reciben el nombre de monosacáridos. En este grupo podemos encontrar a la ribosa y a la glucosa. Los glúcidos formados por dos monosacáridos, como la sacarosa y la lactosa, se conocen como disacáridos.
Cuando el glúcido dispone de entre tres y nueve moléculas de monosacáridos, es llamado oligosacárido. Además existen los polisacáridos, cuya estructura se compone de diez o más monosacáridos.