
La hipótesis alternativa plantea lo opuesto a la predicción de la hipótesis nula.
Una hipótesis alternativa es una suposición sobre el vínculo específico que existe entre dos o más variables. Se trata de una expresión cuya demostración permite el rechazo de la hipótesis nula (que sostiene la inexistencia de relación entre las variables en cuestión o refiere a la ausencia de un efecto).
Cabe destacar que se denomina hipótesis a una proposición que ofrece una explicación sobre un fenómeno, sin que su veracidad haya sido verificada. El adjetivo alternativo, en tanto, alude a aquello que es una opción o que puede asumir una función similar o igual a la que cumple otro elemento.
Retomando la idea de hipótesis alternativa, se presenta como un enunciado que brinda un panorama contrapuesto a la afirmación de la hipótesis nula. Por lo tanto, la contradice.


Características de una hipótesis alternativa
A la hora de llevar adelante un estudio o experimento, los investigadores trabajan con diversas variables. Las hipótesis de investigación son postulados que se establecen acerca de las características, las propiedades o las consecuencias de los fenómenos que examinan, considerando las posibles relaciones entre las variables.
La hipótesis nula supone que no hay vínculo o diferencias entre las variables y que éstas no generan efectos relevantes. Esto implica que se atribuyen los resultados observados al azar y no a factores concretos que se encuentran bajo investigación.
Para estar en condiciones de descartar una hipótesis nula, los investigadores proponen una hipótesis alternativa. Dicho enunciado presenta una asociación novedosa entre las variables o aporta una explicación distinta que tiene que demostrarse a través de evidencias.
Puede decirse, de este modo, que la hipótesis alternativa es comprobable y resulta opuesta a la hipótesis nula. Expresa una relación específica entre variables o un efecto significativo.
Lo que hace la hipótesis alternativa, en definitiva, es probar un vínculo entre las variables o la existencia de un efecto. Para su validación se necesita una confirmación empírica o evidencia estadística que posibilite la verificación de su afirmación.

El planteamiento de la hipótesis alternativa debe responder a los objetivos de investigación.
Cómo se aplica
La hipótesis alternativa surge por contraposición a la hipótesis nula. Aquello que se toma como verdadero hasta que pueda demostrarse lo contrario constituye el enunciado de la hipótesis nula: lo opuesto, en tanto, se erige como la afirmación de la hipótesis alternativa.
Hay una suposición que marca el punto de partida del experimento o estudio y que se da por cierta mientras que una evidencia no revele otra realidad. Frente a este panorama, aparece la hipótesis alternativa que intenta refutar y descartar la hipótesis nula.
Como ya indicamos, la hipótesis nula marca la inexistencia de relaciones entre las variables o la falta de significancia estadística en sus efectos. La hipótesis alternativa apunta a su refutación: hay un contraste de hipótesis que debe llevar a la recolección de datos empíricos para la comprobación o el descarte de las suposiciones iniciales.
Los investigadores deben seguir el método científico desde el planteamiento del problema hasta el trabajo de campo o de laboratorio para un correcto análisis de datos y una adecuada interpretación de resultados. Esa condición es central para la justificación de las conclusiones.

La estimación de certeza de la hipótesis alternativa depende de la evidencia recolectada.
Tipos de hipótesis alternativas
Es habitual que las hipótesis alternativas se clasifiquen en dos grandes tipos: las hipótesis direccionales y las hipótesis no direccionales.
Una hipótesis direccional se basa en una dirección específica para vincular las variables. Por lo tanto, permite realizar un contraste unilateral. El área de rechazo de la hipótesis nula, de este modo, se ubica solamente en un lado de la distribución muestral.
Una hipótesis no direccional, en cambio, se postula cuando se desconoce si una variable será menor o mayor que otra o si se prevé un efecto pero no se sabe si será negativo o positivo. Esto hace que se lleve a cabo un contraste bilateral.
Existen otras clasificaciones con un enfoque diferente. Una hipótesis alternativa causal establece un vínculo de causa y efecto entre las variables; una hipótesis asociativa, en cambio, señala el vínculo pero no reconoce causalidad. Una hipótesis atributiva, por su parte, se orienta a las características del fenómeno.
El grado de certeza
Debe considerarse que una prueba de hipótesis nunca brinda un grado absoluto de certeza. Los investigadores trabajan con niveles de probabilidad.
Cuando los resultados revelan que la afirmación de una hipótesis es extremadamente improbable, se considera que la misma es probablemente falsa. En el otro extremo, cuando las pruebas reflejan una probabilidad elevada de resultar verdadera, la hipótesis se considera probablemente cierta. Para ser más precisos, en el caso específico de una hipótesis alternativa con probabilidades altas de ser verdadera se afirma que hay suficiente evidencia para refutar la hipótesis nula.
Otra cuestión a tener en cuenta es que esas probabilidades de falsedad o certeza pueden cambiar con el tiempo. Nuevas evidencias están en condiciones de modificar la certeza existente en torno a las hipótesis.
Ejemplos de hipótesis alternativas
Tomemos el caso de un investigador que busca examinar si la exposición a pantallas antes de dormir afecta la calidad del sueño. La hipótesis nula es que no existe un vínculo directo entre las variables; la hipótesis alternativa (de tipo direccional) expresa lo contrario, que estar expuesto a una pantalla en los instantes previos a conciliar el sueño genera efectos negativos en el descanso. Según las evidencias que recoja en su investigación, podrá refutar o validar las hipótesis con mayor o menor grado de certeza.
Pensemos ahora en un estudio centrado en la influencia de las opiniones políticas de las celebridades. La premisa inicial es que los famosos no influyen en la toma de decisiones de los ciudadanos en cuanto a sus preferencias electorales. Como hipótesis alternativa, se considera que las personalidades públicas pueden incidir en el sufragio de la población de acuerdo a sus expresiones. A través de encuestas, se pueden obtener datos para llegar a una conclusión estadística y así determinar si son los resultados esperados (planteados en la hipótesis nula) o si hay evidencia contraria (lo que implica que la hipótesis alternativa es plausible y probablemente cierta).