La huella hídrica indica cuántos litros de agua se utilizan para la producción y utilización de servicios y bienes de consumo.
Huella hídrica es el nombre de un indicador de carácter medioambiental que da cuenta de qué cantidad (volumen) de agua dulce emplea un productor a la hora de llevar adelante el desarrollo de un servicio o bien de consumo. Más allá de informar cuánto se usa de este recurso en el marco de un proceso industrial también sirve para reflejar la utilización indirecta y englobar así el consumo de agua cotidiano por parte de comunidades o sujetos particulares.
Calculando la huella hídrica se advierte de cuánta agua se sirve a diario una persona ya sea para actividades habituales (comer, higienizarse, lavar, etc) o para un trabajo. Cabe resaltar que es posible determinar la huella hídrica de toda clase de conjunto concreto, ya sea dentro del segmento de productores (agrupando empresas del sector privado y entidades públicas, entre otras) o de consumidores (considerando a integrantes de familias, poblaciones, urbes, provincias y países).
A fin de ofrecer datos de interés e información constructiva en torno a qué es la huella hídrica, cómo surgió el concepto, cuál es la importancia de este indicador y qué particularidades presenta, a continuación repasaremos su origen, mencionaremos sus rasgos más destacados, aludiremos a su aplicación práctica y detallaremos las variedades que existen al respecto.
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ResumenHistoria de la huella hídrica
La historia de la idea de huella hídrica se remonta al año 2002, según se desprende de los registros. Fue Arjen Hoekstra, un profesor universitario que llegó a integrar el Departamento de Medioambiente y Recursos Hídricos del IHE Delft Institute for Water Education, quien motorizó este concepto que no tardó en trascender épocas ni fronteras.
Temporadas más tarde, el promotor del citado indicador ambiental le dio impulso a Water Footprint Network, una red que apuesta por fomentar, a escala universal, la eficiencia hídrica. En este marco se creó un manual de evaluación de la huella hídrica y se vienen alentando y respaldando acciones destinadas a la conservación del agua y a fortalecer un modelo de sostenibilidad.
De allí en adelante se fueron sumando informes, estudios e iniciativas que han ido enriqueciendo a la noción y sumando precisiones para mejorar a esta herramienta fundamental para delinear políticas de seguridad hídrica y definir acciones de carácter estratégico focalizadas en la gestión del agua.
Características
Al analizar las características de la huella hídrica queda al descubierto su vínculo cercano con la idea de agua virtual. Esta última expresión no es tan amplia como la primera (abarcando en ese caso variables de color, origen y a los momentos de utilización y desplazamiento), ya que se reserva a indicar el volumen puntual de agua que exige cierta actividad productiva. Entra en juego así la mirada sobre el “contenido de agua virtual” de un determinado producto o servicio que, ya sea en su versión terminada o a lo largo de su producción, precisa un elevado porcentaje del recurso vital que todo ser vivo necesita para subsistir.
En un escenario preocupante en materia medioambiental es necesario cuidar los recursos naturales y ocuparse de, por ejemplo, prevenir y/o remediar las problemáticas vinculadas a la contaminación y la escasez de agua.
Es necesario saber que la huella hídrica contempla en concreto al agua dulce y analiza cuatro cuestiones: el momento en el cual se lleva a cabo la extracción, el punto de origen del recurso, el volumen y la clasificación o el color del agua.
Para determinarla se realiza un cálculo en el cual intervienen cifras relacionadas al consumo doméstico del recurso hídrico, se restan las exportaciones que haya en materia de agua virtual y se suman las importaciones de la misma.
Tipos de huella hídrica
Existen, según se ha determinado en función del lugar del cual procede el agua, varios tipos de huella hídrica.
Se identifica como huella hídrica gris, en este contexto, al indicador que se centra en el volumen de agua que se precisa para que se diluya el agua que se ha contaminado durante un proceso productivo. Esta categoría, por lo tanto, pone la lupa en los parámetros afines a la calidad del agua.
La huella hídrica azul, en tanto, informa acerca del nivel del agua que se consume o utiliza (incorporándose a un bien o servicio, evaporándose en alguna instancia o arrojándose al mar) a partir de extracciones subterráneas o a partir de una fuente superficial. Este índice demanda intervención por parte del ser humano (desde el funcionamiento de una industria, la utilización doméstica del agua, la agricultura de regadío, etc).
También hay que considerar a la huella hídrica verde, conformada por el agua procedente de precipitaciones que se conserva en la tierra y se utiliza en vegetación y cultivos. Se producen en este escenario fenómenos de evaporación y transpiración.
El agua es indispensable para garantizar la vida humana (y la supervivencia del resto de las especies), para la producción de alimentos, para la ganadería, etc.
Ejemplos
En los últimos años se han realizado cálculos destinados a determinar la huella hídrica de elementos, productos y servicios que tienen un uso masivo a escala mundial.
Así, pues, se determinó que, a nivel general, la fabricación de un automóvil que pesa una tonelada exige aproximadamente cuatrocientos mil litros de agua contemplando el recurso utilizado al elaborar los componentes y la etapa de armado, ensamblado, etc.
Una hoja de papel tamaño A4 de ochenta gramos, en tanto, requiere diez litros de agua, mientras que producir un teléfono móvil demanda alrededor de trece mil litros de agua.
Es interesante saber, incluso, que temporadas atrás la marca Mango anunció la implementación de una estrategia sostenible que permitió reducir en casi cuatro millones de litros de agua la huella hídrica asociada a la producción de jeans.
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