Magnitud es un término derivado del vocablo latino magnitūdo, que puede traducirse como “grandeza”. El concepto se usa para aludir al tamaño de un elemento.
Por ejemplo: “En la empresa no tenemos espacio para instalar una máquina de esa magnitud”, “Es difícil estacionar un automóvil de dicha magnitud”, “En este local usted puede encontrar muebles de todas las magnitudes, así que seguramente va a hallar un producto apropiado para su hogar”.
La noción también se utiliza respecto a la relevancia o la gravedad de algo: “El club nunca había conseguido un logro de tal magnitud”, “Para solucionar un problema de una magnitud tan grande necesitamos contar con la colaboración de todos”, “Nunca pensé que estaríamos ante un desafío de esta magnitud”.
En el ámbito de la física, la magnitud es una propiedad que puede medirse. Esto quiere decir que a estas propiedades se les asigna un valor de acuerdo a una medición o una fórmula.
Para medir una magnitud física es necesario usar un patrón en el cual ésta se encuentre bien definida para luego tomar esta cantidad como unidad. Un ejemplo de esto podemos apreciarlo en la magnitud física conocida como longitud, para la cual el Sistema Internacional de Unidades declaró que el el patrón principal es el metro.
Algunas magnitudes son básicas y otras, derivadas. Entre los ejemplos más comunes tenemos el peso, la velocidad, la masa, la carga eléctrica, la energía, la aceleración, el tiempo, la densidad y la temperatura son ejemplos de magnitudes físicas. En pocas palabras, podemos decir que se trata de cualquier propiedad posible de ser medida de un cuerpo o sistema.
El instrumento con el cual se realiza la medición de una magnitud física varía según el caso. Tomemos el caso de un automóvil: a través de diferentes componentes internos, se pueden conocer valores de sus diversas magnitudes físicas tales como la temperatura del motor y la cantidad de combustible. Por otra parte, con herramientas externas podemos determinar el peso total del vehículo, así como sus dimensiones.
A través del Vocabulario Internacional de Metrología, la Oficina Internacional de Pesas y Medidas establece que la magnitud es un atributo de una sustancia, un cuerpo o un fenómeno que podemos distinguir de forma cualitativa y determinar de forma cuantitativa. Las unidades para expresar su valor no deben escribirse en cursiva, pero las magnitudes físicas, sí, como puede apreciarse en el siguiente ejemplo: en la expresión m = 14 kg escribimos la variable de «masa» como m, mientras que la de «kilogramo», como kg.
En el terreno de la matemática, en tanto, una magnitud es una medida que se le asigna a un objeto que forma parte de un conjunto. A diferencia de las magnitudes físicas, las magnitudes matemáticas pueden definirse de manera abstracta.
Para los griegos existían diversos tipos de magnitudes matemáticas, entre las que se encontraban las siguientes: fracciones positivas, segmentos de acuerdo con su longitud, polígonos de acuerdo con su superficie, sólidos de acuerdo con su volumen y ángulos de acuerdo con su magnitud angular.
Creían que no era posible que los dos primeros fueran iguales ni isomorfos (no podían tener la misma estructura). Además, para ellos las magnitudes negativas no eran significativas sino que el concepto de magnitud matemática se usaba especialmente cuando el menor valor era el cero.
Para cada magnitud matemática hay una función en la cual se pueden expresar los objetos medibles, a cada uno de los cuales les corresponde un valor numérico. Por lo general, la magnitud de un número se conoce como «módulo» o «valor absoluto», y en este caso se ignora su signo ya que la magnitud siempre es positiva.
La astronomía, finalmente, apela a la idea de magnitud para aludir la medida logarítmica que presenta la intensidad relativa del brillo emitido por los objetos celestes.