Una norma religiosa es toda regla o disposición que marca cómo debe comportarse, qué hábitos tiene que adoptar y de qué modo tiene que cultivar sus creencias toda persona de fe.
Independientemente de cuál sea la doctrina religiosa y de qué culto profese, los fieles cumplen las directivas y órdenes de la autoridad correspondiente a su credo. La Escritura sagrada de cada religión contiene normas que deben cumplirse para no caer en el pecado, es decir, para no desobedecer la voluntad del Creador.
Tipos de normas religiosas
Existen múltiples tipos de normas religiosas que van direccionadas hacia cómo rezar, cómo vincularse con el prójimo, a qué divinidades venerar y de qué manera hay que encarar cada día para vivir de acuerdo a lo que dicta la religión.
Vale la pena tener en cuenta que esta clase de disposiciones son de cumplimiento voluntario y es cada uno, en su interior, quien sabe si las respeta y pone en práctica a diario.
Cada doctrina cuenta con un dogma y una Enseñanza Sagrada. También existen mandamientos, preceptos, leyes divinas, celebraciones, festividades, rituales y costumbres que van variando en función de la creencia que se posea.
Los católicos, por ejemplo, encuentras revelaciones de Dios, es decir, a la ley divina, en la Biblia. Y tienen como código de conducta a los llamados diez mandamientos. «No matarás», por ejemplo, es un mandamiento presente en el listado. «No robarás» es otro.
La oración del Padre Nuestro, el rezo del Santo Rosario, la abstinencia y el ayuno durante el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, cada peregrinación en honor a la Virgen y asistir frecuentemente a misa son parte de las acciones cumplidas y respetadas dentro del catolicismo.
Organizaciones e instituciones religiosas
Hay, a nivel mundial, un montón de organizaciones e instituciones religiosas.
En cada una existe un líder y se respeta una jerarquía. Se distinguen, asimismo, numerosas comunidades y órdenes religiosas, al igual que se distribuyen en todos los países varios lugares de culto (como lo es una iglesia o un templo para los cristianos; una sinagoga para los judíos o una mezquita para aquellos que profesan la fe islámica). También la formación y educación religiosa presenta diferencias y similitudes al comparar un credo con otro, ya que las interpretaciones, las transmisiones y las traducciones de textos religiosos no se ajustan a una única verdad.
A lo largo de la Historia, por apuntar una información que enriquece el aprendizaje sobre religiones, la Iglesia Católica implementó el celibato y el voto de castidad a hombres y mujeres aspirantes a ser ordenados como sacerdotes y monjas. Un obispo, en este marco, es quien se encarga con sus manos de brindar el sacramento del orden sacerdotal. Así, un individuo bautizado que se adecua a lineamientos religiosos puede ser admitido como sacerdote, rol desde el cual adquiere el poder suficiente tanto para conceder el perdón frente a un pecado como para realizar la conversión del pan y del vino en cuerpo y sangre, respectivamente, de Jesucristo.
En cuanto a las características y la aplicación o el alcance del voto religioso, por otra parte, es importante señalar que cada orden religiosa lo concibe de modo particular. A diferencia de los laicos, los integrantes del clero hacen promesas o cumplen votos referidos a la renuncia de los placeres terrenales (comprometiéndose a la castidad, la obediencia y a la humildad o pobreza material) y priorizan tener un estilo de vida austero como el que llevó Jesús a fin de poder, de ese modo, alcanzar la salvación.
Creencias y enfoques teológicos
Resulta necesario, interesante y útil descubrir la multiplicidad de creencias y de enfoques teológicos que conviven en el planeta, aunque muchas veces lamentablemente se desencadenen serios conflictos y enfrentamientos por cuestiones religiosas.
Hay credos, como el Islam y el cristianismo, se encuadran en el monoteísmo. Esta corriente admite o postula la existencia de un único creador o dios, al cual se le atribuyen rasgos de todopoderoso, calificándolo como omnisciente, omnipresente y omnipotente. En la vereda opuesta se posiciona el politeísmo ya que reconoce el poder de múltiples divinidades. Los romanos y los mayas, por puntualizar dos casos, eran politeístas. Y también existe el panteísmo, una filosofía que entiende a la divinidad como la conjunción de naturaleza y universo.
Si posamos la mirada sobre la teología, tal el nombre de la disciplina que se centra en los saberes vinculados a Dios, se abren subcategorías como las de teología nórdica, teología celta, teología ortodoxa oriental, etc. Tampoco se puede pasar por alto a la teología feminista que promueve una interpretación no patriarcal de prácticas, tradiciones y textos propios de la religión. La teología queer, por su parte, se enfoca en la diversidad en materia de orientación sexual y género para exigir que no haya discriminación sino aceptación, respeto y visibilidad desde la religión.
En pos de una convivencia mundial armoniosa y una tolerancia religiosa, por resaltar otra cuestión importante, desde muchos sectores se estimula el diálogo interreligioso y, desde el movimiento bautizado como ecumenismo, se anima a la unidad cristiana.