Obesidad es la cualidad de obeso. Este término procedente del latín obesitas hace referencia al exceso de peso corporal.
La obesidad está considerada una enfermedad ya que el exceso de peso acarrea grandes problemas de salud. Una persona obesa corre el riesgo de sufrir diabetes tipo 2, hipertensión arterial y trastornos cardíacos, entre otras complicaciones físicas.
Esta enfermedad, que se caracteriza por la acumulación de grasa en el cuerpo, puede tener múltiples causas, ya sean genéticas, ambientales o psicológicas. Esto quiere decir que la obesidad no se asocia únicamente a una dieta con una ingesta de alimentos en grandes cantidades.
La obesidad según la OMS
Para la Organización Mundial para la Salud (OMS), la obesidad se presenta cuando el índice de masa corporal (IMC) del adulto supera los 30 kg/m2. Puede afectar tanto a hombres como a mujeres de cualquier raza, nacionalidad o estrato social.
Es importante tener en cuenta que en la antigüedad se creía que el sobrepeso era sinónimo de buena alimentación y, por lo tanto, condiciones saludables de vida. Hoy en día los médicos saben que se trata de un factor que incide en el desarrollo de numerosas enfermedades, tanto físicas como mentales.
En muchos países, la obesidad es un problema de salud pública que ya se ha transformado en una epidemia debido a la gran cantidad de casos reportados por las instituciones de salud. Una de las razones reside en el ritmo de vida actual, que lleva a las personas a adoptar un estilo de vida sedentario y a alimentarse de forma poco saludable.
Quienes sufren la obesidad, por otra parte, suelen ser discriminados y recibir burlas y apodos despectivos. La enfermedad, de esta forma, también constituye un estigma social.
El impacto en la vida social
En principio, es importante hacer una distinción entre quienes sufren de obesidad y logran superarla, y aquellos que deben padecerla hasta el final de sus vidas. Cuando esta enfermedad se presenta durante la niñez, poco importa a los protagonistas de esta pesadilla las repercusiones en su sistema circulatorio y en sus articulaciones, ya que tienen suficiente con las burlas y el desprecio que reciben por parte de sus pares.
Los niños obesos son tildados de afeminados, mientras que las niñas, de masculinas. Ambos géneros son sometidos a un sinnúmero de chistes maliciosos y de apodos, que la sociedad misma renueva periódicamente para su cómodo usufructo por parte de los desalmados agresores. ¿Alguien cree, realmente, que una persona obesa disfruta de ser llamada «gorda»? ¿Dónde queda la consideración por los demás a la hora de emitir un comentario en tono burlón hacia alguien que sufre de una enfermedad?
Es sabido que las generalizaciones no deberían ser tomadas como referencia a la hora de realizar un estudio de ningún tipo, pero no sin razón existe una supuesta relación entre la falta de confianza en uno mismo y la obesidad o cualquier otro trastorno que afecte el aspecto físico de una persona.
Retomando la distinción hecha en el primer párrafo, la obesidad parece ser un estigma que persigue de por vida a quienes la sufren, incluyendo a quienes consiguen superarla. Dentro de este grupo, son muy frecuentes las actividades deportivas o gimnásticas, así como la alimentación responsable, buscando por todos los medios no regresar a la etapa funesta del sobrepeso.
Es probable que sea necesario tan solo un poco de atención para detectar quién ha sufrido de sobrepeso en su infancia y quién no; la constante preocupación por el aspecto físico, las preguntas del tipo «¿esto me hace ver gordo?» y las excesivas críticas hacia la apariencia de los demás son claros indicios de un pasado relacionado con la obesidad, vestigios de un padecimiento que sólo puede conocer quien lo haya vivido en primera persona.
La obesidad y la salud emocional
Es evidente que la obesidad no solo afecta al organismo, sino también a la salud emocional. Debido a las críticas al estado físico y a la estigmatización del peso, el obeso suele sufrir discriminación y bullying.
Ante esta realidad, el individuo con sobrepeso puede sufrir problemas de autoestima y ansiedad o hasta caer en la depresión. Si bien un cambio de hábitos alimenticios es necesario para lograr un peso saludable, sin el asesoramiento dietético de un experto se puede sufrir anorexia, bulimia y otros trastornos alimentarios vinculados a una distorsión de la imagen corporal.
Los grupos de apoyo, en este marco, son importantes para superar la problemática. Más allá de la asistencia institucionalizada o formal, el apoyo familiar y el apoyo de amigos también es clave.
Prevención y tratamiento
La prevención de la obesidad y su tratamiento contemplan diferentes acciones. Por un lado, es necesario minimizar el consumo de alimentos procesados y bebidas azucaradas y optar, en cambio, por alimentos bajos en grasa, vegetales y frutas.
Debe considerarse que la lucha contra la obesidad no siempre está asociada a reducir las porciones de comida. Los objetivos de pérdida de peso deben ser trazados por un experto en nutrición: es el nutricionista quien, atendiendo la realidad específica del paciente, tiene que diseñar el plan de alimentación correspondiente y encargarse del seguimiento del progreso.
Es crucial comer conscientemente, prestando atención a los alimentos que se eligen y disfrutándolos. Siempre que resulte posible, es mejor evitar la comida rápida y optar por elaboraciones caseras y saludables.
Por supuesto, la alimentación no es el único aspecto a considerar para prevenir y tratar la obesidad infantil y la obesidad en adultos. La actividad física ayuda a aumentar las calorías quemadas cada día, ya sea al caminar, correr, hacer senderismo, practicar ciclismo, levantar pesas en un gimnasio, practicar pilates, recurrir a la natación o realizar cualquier otro tipo de ejercicio. El yoga y la meditación también pueden ayudar.