La prevención de riesgos laborales es un conjunto de acciones (disposiciones y actividades) orientadas a minimizar o evitar la posibilidad de que un/a trabajador/a sufra daños, problemas o peligros a raíz del puesto u obligación laboral que tenga.
Es importante tener en cuenta que se engloban como inconvenientes, deterioros y problemas emanados del trabajo a las lesiones, las patologías, los trastornos y las complicaciones de salud que se desencadenan en, o por, un empleo.
Los empleadores deben ocuparse de este asunto mediante una planificación dirigida hacia la prevención de situaciones peligrosas, enfermedades profesionales y accidentes de trabajo. Deben, a la vez, hacer una evaluación de riesgos con el fin de reconocer qué peligros puede haber, considerar el riesgo que supone cada uno (analizando probabilidades y grados de severidad) y establecer acciones de control. Resulta obligatorio, en este contexto, ocuparse de hacer todo lo necesario para alcanzar un óptimo nivel de seguridad en los espacios laborales. Los trabajadores, por su parte, tienen que instruirse y tomar conciencia de la importancia de respetar normativas de seguridad, usar correctamente elementos y equipos de protección personal (EPP), aplicar de modo adecuado ciertas técnicas, etc.
Fundamentos de la prevención de riesgos laborales
Las acciones de prevención de riesgos laborales tienen como objetivo generar condiciones de seguridad en el trabajo y activar mecanismos enmarcados en la denominada salud ocupacional.
Es clave, en pos de este propósito, el rol de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este organismo que nació en 1919 se encarga de cuestiones vinculadas a dinámicas propias de los empleos y a las relaciones que se establecen en entornos laborales. A lo largo de toda su historia, esta entidad formuló cientos de recomendaciones y promulgó una gran cantidad de convenios de carácter internacional sobre seguridad laboral, previsión social y medidas focalizadas en lograr el bienestar en el trabajo. Se efectuó, asimismo, una declaración basada en derechos laborales y derechos fundamentales.
No debe pasarse por alto que todo lugar en el cual alguien realiza un oficio o ejerce una profesión debería estar acondicionado y preparado de modo tal que se genere allí un ambiente marcado por la productividad, la seguridad y la plenitud. Para ello hay que tener la mirada puesta en el equipamiento o elementos de trabajo que se utilizan, los factores ambientales y el estado físico y mental del personal.
Tiene que implementarse, por ejemplo, una sólida cultura de seguridad cimentada en el respeto y cumplimiento de regulaciones y disposiciones de seguridad laboral; el cuidado individual y colectivo; y en una filosofía corporativa que apueste por la mejora continua, la capacitación y la innovación al servicio de la prevención de riesgos laborales.
Tipos de riesgos laborales
Hay, en el mundo actual, una amplia variedad de riesgos laborales que exigen el mayor de los esfuerzos para poder ser, dentro de lo posible, prevenidos.
Son sumamente comunes, en concreto, los riesgos físicos. Dentro de este grupo aparecen la exposición a un prolongado o fuerte ruido en el trabajo (el cual puede derivar en daños en los oídos de los empleados), las vibraciones (suelen ser motivo de dificultades para conservar el equilibrio, entre otros inconvenientes para el organismo) y la extrema temperatura en el ambiente laboral (tanto las altas como las bajas marcas térmicas desestabilizan al organismo), por mencionar algunos.
Es imprescindible, incluso, hacerle frente a la chance de sufrir riesgos ergonómicos (generadores de trastornos, dolores y problemas de salud por malas posturas, aplicación constante de fuerza corporal, etc) o riesgos psicosociales (acoso y estrés laboral, por ejemplo).
Tampoco se pueden dejar de señalar a los riesgos biológicos (causantes de alergias, infecciones, reacciones de toxicidad) ni a los riesgos químicos (por presencia, manipulación o contacto de sustancias peligrosas).
Ejemplos de prevención de riesgos laborales
Observando las dinámicas en los sitios de trabajo para cumplir con los requisitos para la prevención de riesgos laborales surgen de la realidad numerosos recaudos para tener como referencia.
Tener en una oficina instalaciones eléctricas en óptimas condiciones y ocuparse de su mantenimiento para minimizar la posibilidad de que un trabajador sufra lesiones por choque eléctrico, incendio o explosión, así como examinar cada cierto tiempo el estado de los equipamientos son medidas preventivas necesarias y recomendables, por ejemplo.
Autorizar pausas o recesos durante cada jornada laboral, reducir al máximo posible la intensidad asociada a vibraciones, propiciar espacios en los cuales se aproveche la luz natural y ofrecer una iluminación apropiada para el desarrollo de las tareas se suman al listado de acciones para la prevención de riesgos laborales.
Garantizar la higiene, el orden y las comodidades de cada espacio de trabajo, disponer de un kit de primeros auxilios, capacitar al equipo sobre maniobras recomendables en caso de emergencias y facilitarle al personal destinado a quehaceres peligrosos los elementos de seguridad convenientes para protegerlos (cascos, uniformes ignífugos, etc) también son muestras de compromiso en relación al bienestar y la seguridad de los empleados.