La comprensión y la apreciación del otro son necesarias para la construcción de una comunidad donde prime el respeto.
El respeto es la veneración o el acatamiento que se hace a alguien. Incluye, por lo general, miramiento, consideración y deferencia. La palabra respeto proviene del latín respectus que se traduce como «atención» o «consideración».
Partiendo de esta definición, podemos establecer que un claro ejemplo de respeto se da cuando tenemos que asistir al funeral o sepelio de alguien conocido. Así, nos acercamos a los familiares del fallecido y les mostramos nuestros respetos por este trágico acontecimiento, les transmitimos nuestro apoyo y les damos a conocer también nuestra tristeza.
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ResumenEl respeto como valor
El respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.
El respeto no solo se manifiesta hacia la actuación de las personas o hacia las leyes. También se expresa hacia la autoridad, como sucede con los alumnos y sus maestros o los hijos y sus padres.
Quien se comporta con respeto, lo hace con cortesía y amabilidad. Una conducta respetuosa requiere de empatía para reconocer la dignidad del prójimo. También puede asociarse el valor a la humildad, la integridad y la sensibilidad.
Las reglas de etiqueta, los buenos modales y las normas de urbanidad son algunas de las convenciones culturales que deben tenerse en cuenta para actuar con respeto. Si alguien no saluda al ingresar a un lugar, por mencionar un caso, no estará comportándose de manera respetuosa.
Su importancia para la convivencia pacífica
El respeto permite que la sociedad viva en paz, en una sana convivencia en base a normas e instituciones. Implica reconocer en sí y en los demás los derechos y las obligaciones, por eso suele sintetizarse en la frase «no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti».
Por el contrario, la falta de respeto genera violencia y enfrentamientos. Cuando dicha falta corresponde a la violación de una norma o de una ley, incluso es castigada a nivel formal. Este castigo puede ser una multa económica o hasta el encarcelamiento.
Si en una sociedad no se respeta la diversidad y no hay una aceptación de las diferencias, es probable que susciten conflictos con frecuencia. Solo con inclusión y sosteniendo el principio de la no discriminación pueden desarrollarse interacciones saludables.
El respeto de los derechos humanos es imprescindible en un Estado de derecho.
Las faltas de respeto
Muchas, y de diversa gravedad, son las faltas de respeto que existen en el marco de nuestra sociedad actual. Así, por ejemplo, están las que se acometen en el seno del ámbito laboral, como cuando el jefe no trata a sus trabajadores como seres humanos sino como esclavos. No obstante, también tienen lugar dentro de la familia cuando los hijos realizan a sus padres desplantes o les gritan.
La mala educación, la ausencia de tolerancia con respecto a las ideas o formas de vida del prójimo, la soberbia y el egocentrismo son algunos de los elementos que más frecuentemente originan esas faltas de respeto, las cuales son cada vez más habituales en áreas como, por ejemplo, la escuela, donde ha aumentado el número de alumnos que se enfrentan e insultan a sus profesores.
Cuando un diálogo escapa de las fronteras del debate respetuoso y se traspasan los límites personales, se rompe la armonía. Las faltas de respeto suelen constituirse como el primer paso de una escalada de violencia que, en ocasiones, incluso llega a la agresión física.
El multiculturalismo
El multiculturalismo se basa en el respeto a la multiculturalidad (es decir, a la convivencia de diferentes culturas). Esta posición reconoce lo positivo del pluralismo en la construcción de una sociedad.
Los principios del multiculturalismo incluyen el respeto a las tradiciones y el respeto a la religión. La libertad de pensamiento y la libertad de expresión, en este marco, deben estar garantizadas.
Tomemos el caso de una ciudad cosmopolita. En ella conviven cristianos, judíos, musulmanes, budistas e hinduistas. Son personas con distintas formas de vestir, que tienen diferentes costumbres y que realizan rituales de diversa índole. Para que en dicha urbe exista la paz, cada habitante tiene que respetar los valores y los hábitos del otro.
Para fomentar la colaboración en un equipo, todos los miembros deben actuar con respeto y generosidad.
Respeto a la naturaleza
El respeto a la naturaleza es la actitud que asume un individuo o una entidad cuando su accionar no incide negativamente en el medio ambiente. Esta postura de responsabilidad ambiental contribuye a la sostenibilidad.
Una familia que acampa junto a un río y que, al regresar a su hogar, levanta todos los residuos que generó, muestra respeto hacia el entorno. Este grupo no deja una huella en el lugar, con lo cual su actividad no produce un impacto.
La ética también lleva a mucha gente a considerar el bienestar animal. Así, el respeto por los derechos de los animales hace que no se consuma carne ni se utilicen productos obtenidos mediante la explotación de otras especies.
Otras maneras de entender el concepto
Asimismo, tampoco podemos pasar por alto el hecho de que en otras ocasiones el término respeto es utilizado con distintas acepciones. Así, nos encontramos con que en la forma de hablar de delincuentes (germanía), se alude al respeto para referirse a dos cuestiones. En primer lugar, se puede emplear como sinónimo de espada, y en segundo lugar para definir a toda aquella persona que está manteniendo relaciones de tipo amoroso y sexual con otra.
Por otra parte, mirar a algo o alguien con respeto también puede hacer referencia al temor o al recelo. Por ejemplo: «Al mar hay que tenerle respeto, ya que puede ser peligroso», «Nunca le pierdas el respeto a la montaña», «En la cárcel me gané el respeto con la fuerza de mis puños».
