La sedimentación es el resultado, tanto el acto como el efecto, de sedimentar. Se trata de un proceso durante el cual diversos materiales que van siendo transportados por distintos agentes se van precipitando o depositando en diferentes superficies. A raíz de este fenómeno, estos sólidos que van surgiendo a partir de la meteorización y la erosión pasan a ser sedimentos.
Constituye una opción muy tenida en cuenta a la hora de desarrollar acciones de separación trabajando con suspensiones que involucran a un sólido y un fluido. También se aplica, apelando a dos modalidades, en el tratamiento de aguas residuales. En este último marco adquieren notoriedad la llamada sedimentación simple (destinada a quitar partículas simples de tamaño grande) y la denominada sedimentación inducida (operación vinculada a partículas coloidales que se concreta en decantadores y persigue el propósito de la decantación, un fenómeno conectado con la floculación y la coagulación).
Tipos de sedimentación
Se reconocen en la práctica varios tipos de sedimentación que se diferencian entre sí en función del campo de aplicación, los lugares en los cuales se produce y las particularidades de los sedimentos.
Cuando, como consecuencia de una precipitación de carácter químico, por ejemplo, se evidencia en una solución acuosa una deposición o separación de partículas en estado sólido, el panorama se describe como sedimentación química.
Por otra parte se distingue la sedimentación en procesos industriales, un fenómeno que se hace necesario cuando la gravedad provoca que se asienten partículas sólidas que habían quedado suspendidas en un determinado líquido. En este contexto consiguen visibilidad la sedimentación de limos y la sedimentación de materiales arenosos.
Frente al considerable grado de sedimentación en embalses, por dar cuenta de otra realidad, expertos en cuestiones medioambientales y científicas deben investigar, trabajar e intentar hallar alternativas para evitar o minimizar la retención de materiales que se trasladan por el agua.
En el fondo del mar, en cambio, se van acumulando partículas que resultan insolubles y salen de rocas y del suelo, siendo transportadas por acción del viento desde la tierra hacia el agua y por el movimiento de los glaciares. A estos depósitos se los conoce, por lo general, como sedimentos marinos.
Tampoco se puede pasar por alto que los sedimentos lacustres suelen analizarse para establecer la calidad del agua y averiguar cómo ha ido modificándose el clima con el correr del tiempo.
La lista se complementa con la sedimentación glaciar (ocasionada cuando se fusiona o se retiran bloques de hielo y responsable de la aparición de múltiples variedades de morrenas) y la sedimentación eólica (la cual tiene como actor principal al viento, un factor que constantemente modela y altera los relieves), por sumar más precisiones sobre el tema.
Sedimentología
El concepto de sedimentología identifica a una división de estudio dentro de la Geología cuyo foco de interés está puesto en cómo se constituyen y trasladan los materiales que, en entornos marinos y continentales, se van acumulando y juegan un rol clave en la formación de una clase de sólido de composición mineral que se conoce como roca sedimentaria.
Resulta enriquecedor saber que esta disciplina mediante la cual se investiga el estado y el perfil de cada cuenca sedimentaria está vinculada a la estratigrafía. Con este nombre se individualiza a otra rama de la Geología que, en este caso, trabaja en la tipificación, representación y conocimiento de rocas estratificadas. Los especialistas en este tema, simultáneamente, se valen de recursos proporcionados por la Paleontología para poder llevar adelante registros estratigráficos que conjuguen referencias en torno a procesos de índole sedimentaria, a cómo están configuradas las placas tectónicas, a cómo ha sido la evolución del cambio climático, etc.
Proceso de sedimentación
El proceso de sedimentación, según se advierte al reconstruir este proceso que se da en diferentes rincones del planeta, engloba instancias y fenómenos que describiremos a continuación.
En primer lugar, el desgaste de suelos, materiales y rocas como consecuencia de la acción del agua, la humedad y el viento, entre otros agentes, se reconoce como erosión. Esos materiales, por razones naturales, se van desplazando, es decir, existe siempre un transporte de sedimentos. Las zonas de acumulación de esas partículas trasladadas, en tanto, se conocen como depósitos sedimentarios.
Más tarde hay espacio para la litificación, un proceso que abarca tanto una fase de compactación como un periodo de cementación y que da como resultado el surgimiento de rocas sedimentarias. En este contexto, por ejemplo, partículas de arcilla aparecen en la composición de las rocas lutitas y la arena pasa a ser clave para la estructura de la arenisca. El desarrollo y la proliferación de organismos, el acopio de partículas así como la precipitación (química) son responsables de la formación de las ya citadas rocas sedimentarias.
De igual modo es necesario tener presente que la deposición de sedimentos provoca en la corteza terrestre estructuras (estratos) y una disposición especial de partículas en capas como parte de un fenómeno bautizado como estratificación.