La terapia de grupo es beneficiosa para personas que están atravesando un duelo, padecen algún trastorno o necesitan acompañamiento terapéutico para sobrellevar situaciones de estrés o de patologías crónicas, por ejemplo.
La terapia de grupo es una herramienta aplicada en el ámbito de la salud mental que tiene fines terapéuticos, es guiada por alguien que se especializa en psicoterapia y engloba a más de dos individuos a la vez (trascendiendo así el formato de la terapia de pareja).
Consiste en encuentros coordinados por un moderador o facilitador de grupo en los cuales distintas personas se escuchan y acompañan mutuamente, sin que se concentre la atención en alguien en particular como sí ocurre en la terapia individual, donde el abordaje es personalizado. Se trata de espacios para compartir experiencias o problemas personales que pueden llegar a ser útiles para el autoconocimiento, la evolución de cada sujeto, potenciar habilidades relacionadas a los vínculos interpersonales, comprender determinadas realidades y conseguir mejoras respecto a la calidad de vida.
Aprovechar esta modalidad se sugiere a quienes padecen traumas, afrontan un duelo, están diagnosticados con enfermedades específicas (adicciones, cáncer, depresión, etc), necesitan fortalecer o alcanzar competencias asociadas a las habilidades sociales o han desarrollado problemas de inseguridad o autoestima, por ejemplo. Son válidos también en casos de requerirse un trabajo personal respecto al manejo de la ira o del estrés, a trastornos de la personalidad, etc.
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ResumenTipos de terapia de grupo
Existen múltiples tipos de terapia de grupo, cada uno con rasgos que permiten diferenciarlos en cuanto a tamaño, organización y composición, entre otras variables.
Alguno de estos tratamientos y talleres grupales tienen tamaño pequeño (aquellos que admiten hasta diez participantes), mientras que otros son grupos de mayor magnitud (con más productividad, propicios para establecer una división de tareas interna y subgrupos).
Hay, asimismo, grupos homogéneos (integrantes de similar nivel socioeconómico, edad, problemáticas) y grupos heterogéneos (miembros de diferentes características o agrupados en base a criterios disímiles).
Otra alternativa a considerar es la terapia de grupo de carácter dinámico (con el foco puesto en las interacciones que se dan entre los asistentes para ofrecer apoyo y estimular el crecimiento personal y la comunicación sin prejuicios ni condicionamientos).
De igual modo, se pueden encontrar psicoterapias que funcionan con grupos abiertos (autorizando la asistencia de nuevos participantes, sin una cifra fija de asistentes ni obligación de presentismo) y otras que poseen un formato cerrado (conformados por la misma gente desde el principio hasta el fin del proceso).
También es interesante saber acerca de la existencia de la terapia cognitivo-conductual grupal, de grupos de autoayuda, de psicoterapia grupal para enfermedades crónicas y de consejería grupal. No hay que pasar por alto, tampoco, que en una gran variedad de ciudades hay servicios de terapia de grupo para niños, otros que se dedican a la terapia de grupo para adolescentes y otras redes destinadas a adultos.
Las dinámicas de grupo propician la integración social, el conocimiento y la conexión entre los participantes, la comprensión mutua y la comunicación.
Dinámicas de grupo
En las sesiones, el o la terapeuta a cargo suele proponer ejercicios de índole vivencial y dinámicas de grupo en pos de favorecer el autoconocimiento, la introspección, la cohesión, la transmisión de información, la escucha activa, la retroalimentación grupal, la catarsis y el enriquecimiento colectivo.
Una dinámica grupal empleada con frecuencia se vale del método del psicodrama, el cual invita a actuar o recrear situaciones que angustian, generan preocupación o bloquean. Al interpretarlas con el cuerpo y darles voz, esas circunstancias o cuestiones conflictivas pueden visualizarse mejor, analizarse y resolverse de modo efectivo desde la liberación emocional y la comprensión de ciertos patrones de comportamientos o conflictos internos.
Se distinguen y aplican, asimismo, dinámicas de presentación (orientadas al conocimiento y la identificación entre los miembros del grupo, especialmente al comenzar la serie de sesiones previstas), dinámicas pensadas para la resolución de conflictos y otras que estimulan la relajación y el alivio de tensiones.
Otros recursos constructivos dentro de las terapias de grupo giran en torno a instrucciones direccionadas hacia la autoafirmación o el entrenamiento de la psicomotricidad, por describir otras posibilidades.
Un feedback descriptivo, constructivo y positivo es útil para estimular cambios beneficiosos y potenciar conductas o hábitos deseables.
Ventajas de la terapia de grupo
Son varias las ventajas o los beneficios que se asocian a la terapia de grupo.
En primer lugar, le da a cada paciente un rol de sujeto activo y capaz de ser algo más que alguien que atraviesa un inconveniente o está sufriendo. En este sentido, cada asistente desde su experiencia y a través de su testimonio puede ayudar y motivar a los demás y, al mismo tiempo, tiene la posibilidad de sentirse acompañado, escuchado y ayudado en su propio padecimiento.
Impulsa, asimismo, el desarrollo de una extensa y fuerte red de apoyo capaz de garantizar contención y sostén en trances difíciles, además de incitar un sentido de pertenencia eficaz para calmar el desconsuelo, los miedos y desalentar las ideas o sensaciones de soledad o incomprensión social.
Es un buen espacio, incluso, para abrir la mente, modificar pensamientos, derribar prejuicios o creencias limitantes y cambiar algún punto de vista. Las sesiones también pueden servir como incentivo para que los participantes deseen progresar, mejorar o superarse a sí mismos.
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