El trabajo social es una profesión que busca favorecer el desarrollo de vínculos humanos saludables y fomentar cambios sociales que deriven en un mayor bienestar para las personas. Los trabajadores sociales, de este modo, actúan sobre ciertos factores relacionados a las interacciones de los individuos con el entorno.
Puede decirse, por lo tanto, que el trabajo social está orientado a las relaciones que los sujetos mantienen con sus ambientes. La finalidad de este oficio es que cada ser humano pueda desarrollarse de forma plena: por extensión, el trabajo social logra cambios en las comunidades.
La titulación de trabajo social
En muchas universidades del mundo se pone al alcance de la mano la titulación de Trabajo Social, que se enmarca dentro de la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas.
Quienes realicen esa formación y obtengan su título podrán desarrollar una de las once funciones básicas que se considera que tienen esos profesionales:
- De atención directa, que se trata de atender a los individuos que se encuentran en una situación de riesgo o peligro social.
- Docente, impartiendo clases en centros formativos de trabajo social.
- De mediación, posibilitando que las partes implicadas en un conflicto lleguen a un punto de acuerdo.
- De evaluación, para certificar los resultados conseguidos en determinadas acciones.
- De investigación, para descubrir una realidad concreta.
- Preventiva, para evitar situaciones que puedan generar problemas a individuos o colectivos.
- De planificación. Con esta función lo que se indica es que debe ordenar y planificar los pasos a dar en una actuación determinada.
- De inserción social, para conseguir que determinados individuos o colectivos puedan formar parte de la sociedad de una manera saludable.
- De supervisión, controlando que estudiantes que están haciendo la carrera de Trabajo Social están trabajando adecuadamente para lograrlo.
- Gerencial. En este caso nos referimos a cuando se encarga de estar al frente de un centro o servicio concreto.
- De coordinación, para que distintas partes implicadas en un mismo proyecto trabajen en pro del resultado común que pretenden alcanzar.
Un titulado en Trabajo Social puede cumplir estas funciones mientras está realizando sus labores en servicios de atención a la mujer, centros de salud, centros de día para personas mayores, servicios de acogida o centros de menores, por ejemplo.
Formas de intervención
El diseño de estrategias para favorecer la intervención de las personas y de los grupos en la vida pública, la formación para lograr la autonomía de los individuos y la gestión de los recursos económicos son algunas de las tareas que llevan a cabo los trabajadores sociales.
Un trabajador social, por ejemplo, puede reunirse con los integrantes de una familia para ayudarlos a resolver sus conflictos mediante el diálogo. Supongamos que un matrimonio que tiene un hijo biológico de 8 años decide adoptar un niño de 13 años. Como parte del proceso de adopción, la Justicia ordena que un trabajador social visite la casa familiar una vez por semana para analizar la convivencia y para ayudar a estas personas a superar distintos obstáculos que pueden surgir.
El trabajo social también es muy importante en las cárceles para contribuir a la resocialización de las personas que están privadas de su libertad por algún delito. La finalidad, en este caso, es que los individuos logren reinsertarse en la sociedad de manera efectiva una vez que cumplen con sus penas.
El trabajo social, en definitiva, implica en un sentido amplio una intervención comunitaria. A través de la planificación de servicios, el desarrollo de políticas y la asistencia social, busca favorecer el empoderamiento de los individuos y garantizar los derechos humanos.
El trabajo con grupos o el trabajo con familias y la terapia individual son algunas de las formas de intervención en crisis y de gestión de casos. En última instancia, los expertos intentan eliminar la desigualdad social y que aquellos que sufren la pobreza, la marginación u otra problemática puedan progresar.
Historia del trabajo social
La historia del trabajo social comienza en la Antigua China. Se menciona al filósofo Xun Zi como el pionero en considerar, en el siglo II a. C., que la vida en sociedad instituye por sí misma una disciplina que hace posible el surgimiento de la razón y el bien.
En el Imperio romano, se hizo hincapié en la importancia de la solidaridad y la beneficencia, centrándose en la relevancia del buen trato recíproco y de la educación infantil y el respeto por los derechos del niño para el bienestar social.
Así, de la asistencia social se pasó al servicio social y luego se llegó a la noción de trabajo social. Este concepto refiere a la concientización, la planificación y la actuación comunitaria para aportar al desarrollo de las personas y las sociedades. La finalidad es superar la marginación o dominación y alcanzar la autonomía.
Con el paso de los años, el trabajo social se constituyó como una disciplina que forma parte de las ciencias sociales. De este modo, hoy es una licenciatura que requiere unos cinco años de formación universitaria para especializarse y estar preparado para asumir sus funciones.