Digital es aquello relativo a los dedos (las extremidades de las manos y los pies del ser humano). El concepto, de todas formas, está estrechamente vinculado en la actualidad a la tecnología y la informática para hacer referencia a la representación de información de modo binario (en dos estados).
Los sistemas digitales (como las computadoras, las laptops, las tabletas y otros dispositivos tecnológicos) utilizan una lógica de dos estados que se representan por dos niveles de tensión eléctrica: alto (high o H) y bajo (low o L). A modo de abstracción, dichos estados se reemplazan por unos y ceros, facilitando la aplicación lógica y la aritmética.
Este sistema binario compuesto por unos y ceros permite almacenar, procesar y transmitir cualquier tipo de información. Es posible hablar de sistemas digitales combinacionales (cuyas salidas dependen del estado de las entradas en un momento dado) y sistemas digitales secuenciales (las salidas también se ven afectadas por los estados previos).
Las señales y los circuitos digitales
Las señales digitales, por su parte, utilizan valores discretos o discontinuos, a diferencia de las señales analógicas (que apelan a una serie continua de valores). Al funcionar con valores limitados, resulta más fácil y fidedigna la transmisión de la información.
Entre las ventajas que aporta una señal digital (de televisión, por ejemplo), se encuentran la posibilidad de amplificación y reconstrucción al mismo tiempo, la corrección de errores en la recepción y la generación infinita sin pérdidas de calidad.
En el ámbito de la electrónica, los circuitos digitales trabajan con información codificada en dos únicos estados (unos y ceros, de acuerdo a los distintos niveles de tensión).
El concepto en la música
Cuando se habla de música digital, es posible hacer dos interpretaciones muy diferentes: en primer lugar, se puede entender como un sinónimo de música electrónica, ya que se produce utilizando instrumentos que no se apoyan en los principios de la acústica para emitir sus sonidos, sino que los generan digitalmente; por el otro, el concepto puede hacer referencia a los formatos digitales de distribución, tanto los descargados a través de tiendas virtuales como aquellos que se almacenan en CDs o DVDs.
Dada la mayor comodidad que ofrece la música distribuida digitalmente, son pocos los que se detienen a pensar en las ventajas que tenían los medios analógicos, tales como el disco de vinilo. Antiguamente, las ondas sonoras emitidas durante la grabación de un álbum se plasmaban produciendo marcas físicas en la superficie del disco, lo cual aseguraba que cada sonido dejara una huella única. En esto se apoyan quienes aseguran que la música digital no parece natural, que no transmite el calor de los artistas.
Además, se sabe que los discos de vinilo recogían todo el espectro sonoro emitido en las salas de grabación, incluyendo aquellas frecuencias que resultan imperceptibles para nuestro oído. Cuando se emite una nota naturalmente, si el instrumento se encuentra bien afinado y consigue una proyección adecuada, junto con ella suenan muchas otras, que se conocen con el nombre de armónicos; esto aumenta la riqueza de una interpretación, y es algo que no puede apreciarse en un CD del mismo modo que en un medio analógico.
Ventajas del sonido digital
Sin lugar a dudas, el sonido plasmado en un disco de vinilo es más natural que una grabación realizada enteramente con equipos digitales, pero esto no indica que esta última opción no ofrezca diversas ventajas. Por ejemplo, y quizás la mayor de todas, no se deteriora con el uso ni con el paso del tiempo; cuánto darían los amantes de la ópera y la música de la primera mitad del siglo XX por contar con grabaciones limpias y estables de sus cantantes favoritos.
Otro de los puntos fuertes de la música distribuida digitalmente es que puede reproducirse en un sinfín de dispositivos, de variados tamaños y tecnologías, y que no ocupa lugar. Gracias a servicios de la nube de almacenamiento, además, el espacio en disco local ha dejado de ser un problema, ya que se puede tener un número potencialmente ilimitado de canciones guardadas en memoria remota.
El impacto en la sociedad
El impacto en la sociedad de los recursos y las herramientas digitales es notorio. No hace falta más que comparar la vida cotidiana de hace treinta años con el día a día de la actualidad.
Internet es una presencia constante en casi todos los ámbitos. Lo mismo ocurre con los smartphones. Esto lleva a que la enorme mayoría de las personas haga uso de lo digital desde la primera hora de la mañana hasta el momento de irse a dormir.
Aunque obviamente hay excepciones, casi no hay individuos que no cuenten con perfiles en redes sociales. El crecimiento de la infraestructura digital, con facilidades de acceso a una conexión a Internet, mayor ancho de banda gracias a la fibra óptica y Wi-Fi en espacios públicos, permite que resulte bastante simple utilizar múltiples servicios en línea.
Si nos centramos en el mundo laboral, la tecnología digital permite el teletrabajo (trabajo a distancia). La innovación tecnológica, asimismo, introdujo grandes cambios en el terreno educativo (con la educación en línea que permite el e-learning y los contenidos que se distribuyen mediante e-libros o e-books) y el sector de la salud (aparición de la telemedicina).
El comercio electrónico, por otro lado, no deja de crecer a partir del desarrollo de los medios de pagos digitales, las transferencias electrónicas y la opción de recurrir a un monedero electrónico. En este marco también adquieren importancia las criptomonedas como el Bitcoin, que suponen un nuevo recurso para pagar e invertir.
El acceso a la información, en tanto, se revolucionó con los medios de comunicación digitales (portales, blogs, podcasts) y la transmisión en streaming (con YouTube a la cabeza). Las noticias están a disposición al instante en diferentes dispositivos móviles y de escritorio.
No se puede dejar de mencionar, por último, a la inteligencia artificial que aún tiene un largo trecho por recorrer. El software que apela a algoritmos avanzados promete modificar muchos aspectos de la vida, propiciando la automatización de tareas que hoy llevan a cabo los seres humanos.