Admonición es un sinónimo de amonestación: el acto y la consecuencia de amonestar (regañar, sermonear, castigar o advertir). El término deriva del vocablo latino admonitĭo.
Por ejemplo: “La admonición del Fondo Monetario Internacional al nuevo gobierno del país europeo no se hizo esperar”, “El gerente prometió que iba a tener en cuenta la admonición del auditor”, “Las admoniciones del Papa Francisco no deberían ser ignoradas”.
A nivel general, una admonición suele ser una crítica, una advertencia o una reprensión que se pronuncia con el objetivo de corregir una conducta o de lograr que una cierta falta no vuelva a tener lugar. Dichas amonestaciones pueden llevarse a cabo de distinta manera de acuerdo al contexto.
Ejemplos de admonición
Tomemos el caso de una pequeña empresa. Cuando un empleado llega tarde dos veces seguidas, el gerente de recursos humanos le da una admonición verbal, avisándole al trabajador de que si sus tardanzas se repiten, será castigado con una suspensión. De este modo, la persona ya sabe que si continúa obrando de este modo irresponsable, su permanencia en la empresa estará en riesgo.
Este tipo de admoniciones también podemos encontrarlas en el ámbito estudiantil, ya que los primeros años de formación no son otra cosa que una preparación para la vida adulta, donde nos rigen las estructuras y ya no contamos con esa supuesta libertad que tantas sonrisas nos dibujan en la infancia.
El respeto a los horarios, el cumplimiento de las tareas, la superación de un examen, la atención a las palabras de los maestros y la disciplina en el trato con los demás son algunos de los puntos claves de la convivencia en la escuela, y el incumplimiento de cualquiera de ellos puede dar lugar a una admonición.
Un periodista especializado en asuntos económicos, por otra parte, puede hacer referencia a la admonición de los mercados a un determinado gobierno. Esto ocurre cuando el presidente de un país amenaza con llevar a cabo varias estatizaciones y la respuesta de los mercados financieros es propiciar la caída del valor de las acciones con origen en la nación en cuestión. Esta desvalorización de las acciones es considerada por el experto como una admonición: si el gobierno finalmente realiza las estatizaciones, el país enfrentará inconvenientes financieros.
El término en la religión
En el ámbito de la religión, el término admonición puede usarse como sinónimo de monición, que en este caso se define como una amonestación o un aviso que la autoridad eclesiástica lleva a cabo con carácter oficial. Un ejemplo muy común tiene lugar cuando dos personas están a punto de contraer matrimonio: las autoridades de la iglesia en la que se celebrará la unión emite una admonición pública para que si alguien conoce alguna razón por la cual el casamiento no debiera realizarse, haga la denuncia pertinente.
Por otro lado, a lo largo de la celebración de la misa, es posible valerse de esta palabra para reconocer ciertos puntos de la estructura, como la entrada, donde el cura saluda a los feligreses y les comenta los objetivos principales del encuentro, así como cualquier acontecimiento que haya tenido lugar en los días recientes y que desee proponer para reflexionar; luego de esta admonición (o monición), todos deben ponerse de pie para recibir a los ministros, generalmente entonando una canción.
Más tarde, llega el momento de las lecturas de la Biblia, y allí también debe pronunciarse una admonición para preparar a los presentes acerca de los temas que tratarán, de las enseñanzas que a través del texto intentará transmitir. Como se puede apreciar, en este contexto, el término admonición no hace referencia a una reprimenda, sino más bien a un anuncio importante, a la acción de señalar algo para que los demás le presten especial atención.