Un cambio organizacional requiere de una planificación estratégica.
Un cambio organizacional es un proceso que se lleva a cabo en una compañía para modificar su estructura o funcionamiento. Se trata de un conjunto de procedimientos que suponen una innovación para la entidad y que le permiten mejorar su eficiencia y competitividad empresarial.
Cabe destacar que un cambio implica una modificación, una alteración o una conversión. En el caso de una transformación organizacional, suele constituirse como un cambio estratégico que puede incluir desde una reingeniería de procesos hasta la digitalización y automatización de tareas, por mencionar algunas posibilidades.
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ResumenObjetivo de un cambio organizacional
Un cambio organizacional se plantea como objetivo lograr una optimización de la gestión interna y de las actividades desarrolladas por una empresa. La noción puede abarcar diversas cuestiones que se asocian a la estrategia empresarial: por eso es habitual que también se recurra a la mencionada denominación de cambio estratégico.
Es importante tener en cuenta que, antes de avanzar hacia el cambio organizacional, los directivos primero deben realizar un análisis exhaustivo para detectar las falencias y los defectos de la organización. De este modo, al identificar aquello que debe subsanarse, corregirse o mejorarse, se establecen los motivos del cambio en cuestión.
El cambio organizacional puede obedecer a la necesidad de asegurar la sostenibilidad empresarial.
Las etapas
El cambio organizacional se ejecuta en una serie de etapas sucesivas. La cantidad de fases y las características de las mismas dependen de cada firma, pero pueden identificarse pasos generales que, más allá de las variaciones y los matices, siempre están presentes.
- La evaluación general: La tecnología, la competencia, los trabajadores y los clientes son los factores que se mencionan como los principales estímulos del cambio organizacional, con lo cual deben ser estudiados para establecer un diagnóstico de la situación.
- El análisis del desempeño: Los expertos aluden a la importancia de determinar la distancia entre aquello que la empresa está haciendo en la actualidad y lo que aspira a realizar en un futuro.
- El diagnóstico de los problemas: En esta instancia se identifica qué es lo que funciona como una barrera para avanzar hacia las metas.
- El diseño de un plan: En este punto ya se puede diseñar el plan a aplicar para llevar a cabo el cambio organizacional, teniendo en cuenta lo examinado con anterioridad.
- La aplicación de las medidas: Una vez que se pone en marcha el plan, es clave monitorear los efectos y enfrentar la eventual resistencia al cambio organizacional para no detener el progreso.
La participación de los empleados en el cambio organizacional es muy importante.
Tipos de cambio organizacional
El cambio organizacional puede clasificarse de distintas maneras según su origen. Lo habitual es que el concepto se asocia a una planificación, como mencionamos líneas arriba. En este contexto, se trata de un cambio organizacional planificado.
Otra posibilidad es que el cambio organizacional sea inesperado. Este tipo de transformaciones surgen por una emergencia o una crisis abrupta, que obliga a la organización a modificar su rumbo de forma imprevista. Si fallece el dueño o el presidente de una empresa que ejercía un liderazgo unipersonal, el cambio organizacional debe llevarse a cabo de manera forzada.
En 2020, casi todas las compañías del mundo debieron ejecutar un cambio organizacional inesperado por la pandemia de COVID-19. Cada entidad tuvo que adaptarse a las limitaciones impuestas por las autoridades sanitarias para reducir los riesgos de contagio, lo que llevó a modificar las formas de trabajo y comercialización.
El cambio organización también se puede calificar de acuerdo a su magnitud. Hay cambios estructurales, integrales y a gran escala que generan modificaciones de importancia en la corporación. En estos casos se apuesta por un nuevo modelo de desarrollo organizacional con criterios diferentes en lo referente a la gestión corporativa, los equipos de trabajo, los mecanismos de producción, etc.
En contrapartida, existen cambios organizacionales que son adaptativos y tienen un impacto interno más acotado. Estas renovaciones son pequeños ajustes que generalmente responden a una necesidad de adecuación al entorno o que pretenden solucionar un problema concreto.
Algunos ejemplos
Un cambio organizacional puede incluir múltiples modificaciones. Entre las más frecuentes se encuentra la incorporación de recursos tecnológicos: máquinas que reemplazan tareas manuales, herramientas informáticas más avanzadas, etc.
Asociado al cambio tecnológico, pero centrado directamente en los recursos humanos, se encuentra la implementación del trabajo remoto. Esta clase de medida, que permite a los trabajadores desempeñarse desde el hogar, suele incrementar la satisfacción laboral. De acuerdo a distintos estudios, la motivación de los empleados tiende a crecer cuando logran un buen equilibrio trabajo-vida.
El cambio organizacional, por otra parte, puede vincularse a una renovación de los directivos. Esta realidad exige una adaptación a los empleados y tiene consecuencias directas en la operatoria de la empresa.
Una nueva política de comunicación interna y externa y la adopción de un estilo de liderazgo diferente también forman parte de los cambios organizacionales más asiduos.
No se puede dejar de mencionar que la fusión de empresas, en todos los casos, siempre lleva a una reestructuración organizacional. Por otra parte, hay compañías que desarrollan una cultura de innovación que posibilita transformaciones recurrentes para lograr una mejora continua.
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