El oxígeno circula por múltiples franjas, sistemas, capas o estratos de la Tierra, abarcando a la atmósfera, la biósfera y la hidrósfera, por ejemplo.
Ciclo del oxígeno es el nombre que recibe un proceso complejo de carácter biogeoquímico a través del cual se garantiza que el oxígeno vaya moviéndose a fin de circular dentro y fuera de la superficie terrestre.
Según se advierte al analizar cómo va transformándose el oxígeno (elemento químico presente además en el ciclo del agua –o hidrológico- y en el ciclo del carbono), son múltiples los fenómenos que se vinculan a la mencionada cadena de procedimientos que se analizan desde la ciencia con la intención de seguir sumando conocimientos y reunir información que permita inferir, por ejemplo, cómo seguirá la evolución o el futuro de las especies en nuestro planeta.
A lo largo de este artículo ofreceremos datos de interés sobre las fases, el valor y las particularidades del ciclo del oxígeno con la intención de ayudar a comprender en qué consiste, qué abarca y por qué es tan necesario dicho circuito.
TemasCaracterísticas del ciclo del oxígeno
Antes de enumerar las características del ciclo del oxígeno es constructivo resaltar que el oxígeno es imprescindible para que cada organismo pueda llevar a cabo funciones indispensables para vivir.
Este elemento aparece, por ejemplo, en el agua (H2O), una sustancia clave para la subsistencia de vegetales y animales. Su fórmula es H2O dado que cada molécula de ella se constituye a partir de dos partes que corresponden al hidrógeno y una parte de oxígeno. Tampoco se puede pasar por alto que se hace presente, incluso, en el dióxido de carbono (CO2), un gas generador de efecto invernadero que se forma al combinarse un átomo de carbono con un par de átomos de oxígeno. En la atmósfera, por sumar otra referencia, hay, de manera natural, un surgimiento de ozono (O3), gas señalado como una forma alotrópica del oxígeno. El ozono atmosférico se aglutina en la denominada capa de ozono, que sirve como barrera protectora gracias a su capacidad de impedir que una porción considerable de radiación solar dañe a los habitantes de este planeta: por este motivo hay que prestar atención a cualquier daño o disminución en esta capa ya que esto se traduce en más radiación ultravioleta alcanzando la superficie terrestre, una realidad que repercute negativamente en la salud porque el sistema inmunológico queda debilitado y hay más chances de enfermar o de cambios en la información genética de cada individuo.
Gracias al llamado ciclo del oxígeno, éste puede ir desde los seres vivos hasta sus respectivos entornos y viceversa. En este contexto en el cual influyen e intervienen numerosos procesos de orden geológico, físico, químico y biológico se consigue una extensa circulación de oxígeno que engloba a cada rincón de la Tierra.
Un par de átomos de hidrógeno junto a un átomo de oxígeno conforman al agua, una sustancia indispensable para la existencia y la conservación de la vida.
Etapas
Al estudiar el ciclo del oxígeno se identifican dos etapas, dicen los expertos en el tema.
Una de ellas es rápida y se da gracias a procesos biológicos. El fitoplancton, por ejemplo, se encarga de absorber dióxido de carbono y producir oxígeno gracias a la fotosíntesis, un proceso de raíz metabólica que se da en plantas y árboles con clorofila.
En la respiración celular, asimismo, también tiene un rol central el oxígeno. Se distinguen en este marco la respiración aeróbica (modalidad en la cual se observa una reacción de la glucosa frente al oxígeno surgiendo así energía) y la respiración anaeróbica (concretada en un escenario que no contempla la presencia de oxígeno).
La etapa lenta, en cambio, se conecta con fenómenos o procesos de orden geológico y químico. En este conjunto figuran la descomposición, la oxidación y, en relación al agua, la evaporación, la escorrentía y la precipitación, entre otras posibilidades.
Al respirar, los seres humanos incorporamos oxígeno y eliminamos, gracias al buen funcionamiento de nuestro aparato respiratorio, dióxido de carbono.
Importancia del ciclo del oxígeno
El ciclo del oxígeno es de vital importancia para cada ser vivo que habita la Tierra.
No hay que perder de vista que el oxígeno molecular (O2) es uno de los gases más abundantes dentro de la atmósfera (el primero es el nitrógeno). Para que los seres humanos y otras especies podamos sobrevivir manteniendo un buen funcionamiento metabólico es clave que las células se oxigenen y puedan, por lo tanto, generar energía.
Para que tanto la producción de oxígeno como la calidad del aire que respiramos sea óptima es imperioso comprometerse individual y colectivamente con el cuidado del entorno natural. Reforzar la educación ambiental e implementar políticas ambientales apropiadas para promover la sustentabilidad o sostenibilidad ambiental son parte del plan de acción que se requiere a escala universal. Es preciso trabajar en la conservación de ecosistemas, evitar la contaminación (especialmente en los océanos) y no olvidarse ni minimizar la importancia de proteger bosques y de reforestar.
Porque el oxígeno es indispensable para la respiración y es un componente del agua, una sustancia que es aliada de la vida y la subsistencia (cabe recordar que el agua contribuye a mantener regulada la temperatura de nuestro cuerpo y ayuda a la eliminación de toxinas, por ejemplo), es evidente que el ciclo del oxígeno es sumamente beneficioso.
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