Ciudadanía digital es un concepto que no tiene una definición exacta o precisa. La noción se vincula al acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para generar, recibir e intercambiar información en línea; desarrollar competencias y habilidades online; y participar de la vida política y social mediante el uso de Internet.
Es importante indicar que el término ciudadanía tiene varios usos. Puede relacionarse al derecho y la condición de ciudadano; al total de los ciudadanos de una cierta nación; y a la conducta que se considera acorde a un buen ciudadano.
Como se puede advertir, para entender qué es la ciudadanía antes hay que centrarse en la idea de ciudadano. Así se menciona a aquel que vive en una ciudad y al sujeto que se toma como un integrante activo de la sociedad, sometido a lo dictado por la legislación y acreedor de derechos políticos.
Digital, por otra parte, es un adjetivo que procede del vocablo latino digitālis. En este caso, nos interesa su acepción como lo relacionado con los sistemas y dispositivos que crean, guardan y trasmiten información que se almacena como una combinación de bits.
Qué es la ciudadanía digital
Un ciudadano digital, en definitiva, puede aprovechar los recursos tecnológicos para involucrarse, de diversas maneras, en los asuntos de su comunidad. Esto quiere decir que, además de acceder a las TIC, está capacitado para usarlas.
Para la construcción de la ciudadanía digital, se necesita un rol activo del Estado. Por un lado, contribuyendo al desarrollo de la infraestructura de conectividad y acercando los dispositivos necesarios a los sectores vulnerables. Por otra parte, impulsando la formación de las personas en esta materia.
Reducir la brecha y fomentar la alfabetización
Puede señalarse que, sin el compromiso estatal, la ciudadanía digital no existe. En un mundo donde millones de habitantes no logran satisfacer sus necesidades básicas, pensar que el acceso a las TIC es una simple decisión individual resulta una utopía.
A nivel general, suele entenderse que el Estado debe trabajar para achicar la brecha digital. Esta brecha surge cuando el acceso y la utilización de las TIC es desigual según el grupo social.
La brecha digital contempla tanto la cuestión de la infraestructura (cableado, dispositivos, etc.) como la capacitación. Además de contar con la posibilidad de conectarse a la red, la gente debe poseer los conocimientos necesarios para explotar todo el potencial de los instrumentos a disposición.
El achicamiento de la brecha digital, pues, debe estar asociado a un proceso de alfabetización digital. La premisa es que los sujetos están capacitados para manejar el hardware y el software, apropiándose de este modo de las TIC para su crecimiento.
Ciudadanía digital y responsabilidad
Es importante indicar que, en el proceso de construcción y puesta en marcha de la ciudadanía digital, entra en juego la responsabilidad de cada uno de los ciudadanos al hacer uso de las herramientas. En este sentido, se relaciona la ciudadanía digital con el buen comportamiento en el entorno virtual.
Respetar la privacidad y las opiniones de los demás, no difundir fake news (noticias falsas), compartir información veraz y de fuentes confiables y denunciar acciones discriminatorias y que incitan al odio son algunas de las sugerencias de los especialistas para contribuir a la convivencia en el mundo digital.
La responsabilidad digital debe estar presente en las redes sociales. Es importante actuar de acuerdo a la netiqueta (etiqueta en la red) y comunicarse con respeto. No se puede dejar de mencionar que el ciberbullying es una problemática muy extendida que afecta a un gran número de personas.
En las comunidades en línea suele estar presente el ciberactivismo. Cuando la defensa de una causa o una idea se convierte en un ataque a quienes piensan distinto, el ciberespacio se transforma en un entorno violento. Por eso, al igual que en el mundo físico, el comportamiento en línea debe atenerse a códigos de conducta para que exista una armonía. Un buen ciudadano digital evita las agresiones y se conduce de manera respetuosa.
El vínculo con el Estado
La idea de ciudadanía digital, como ya hemos indicado, también se asocia al uso de las tecnologías emergentes para interactuar con organismos del Estado y participar de forma activa en la vida política.
Esa participación ciudadana en línea contempla la utilización de programas o aplicaciones (apps) para el acceso a la información pública y llevar a cabo trámites en oficinas estatales, por ejemplo. La participación digital en algunos casos contempla el voto electrónico.
En esta sociedad de la información es indispensable que quienes están al frente de la administración del Estado cuiden la privacidad de datos de los ciudadanos, preservando de igual forma la seguridad del e-gobierno. Es esencial establecer mecanismos de seguridad en línea para salvaguardar los datos personales y la identidad digital de las personas, minimizando los ciberataques y delitos como el phishing.