El derecho constitucional es la rama del derecho encargada de analizar y controlar las leyes fundamentales que rigen al Estado. Su objeto de estudio es la forma de gobierno y la regulación de los poderes públicos, tanto en su relación con los ciudadanos como entre sus distintos órganos.
Es posible determinar que el derecho constitucional se encarga de llevar a cabo el estudio de la teoría de los derechos humanos. También examina principios legales vinculados al poder, la Constitución y el Estado en general, considerando cuestiones como las libertades civiles y la separación de poderes, por ejemplo.
Cabe destacar que el poder político está formado por las instituciones a las cuales la sociedad les ha otorgado el monopolio del uso de la violencia. Es decir, el poder político tiene la capacidad de coerción para obligar a cumplir sus mandatos imperativos a través de la violencia legítima, siempre y cuando este uso sea necesario.
Características del derecho constitucional
El derecho constitucional, que pertenece al derecho público, se sustenta en la Constitución, un texto jurídico-político que fundamenta el ordenamiento del poder político. La Constitución es la norma suprema de un país, por lo que prevalece sobre cualquier otra normativa o ley. Esto permite hablar de una supremacía constitucional.
La Constitución se caracteriza por su rigidez, ya que sólo puede ser modificada bajo ciertas condiciones excepcionales que se encuentran recogidas en su propio texto. La estructura constitucional contempla un preámbulo, una parte dogmática (con los derechos fundamentales procesales y sustantivos) y una parte orgánica (con la creación de los poderes constituidos).
El caso de España
En el caso, por ejemplo, de la Constitución Española, que data de 1978, está conformada por un preámbulo; una parte dogmática que presenta el título preliminar y el título primero; una parte orgánica que va desde el título segundo hasta el título décimo; y finalmente un conjunto de disposiciones (cuatro adicionales, nueve transitorias, una derogatoria y una final).
Es importante subrayar que en el mencionado preámbulo constitucional adquieren protagonismo el respeto a los derechos humanos, los valores democráticos, la consagración del Estado de derecho y el conjunto de los objetivos fundamentales que establece la Constitución como meta a alcanzar.
En la parte dogmática, por su parte, se dan cuenta de los derechos fundamentales así como de sus garantías, los principios rectores de la política social y económica y finalmente los principios constitucionales. Estos no son otros que los valores superiores del ordenamiento jurídico (igualdad, libertad, pluralismo político y justicia); la afirmación de que España es un Estado social y democrático de derecho; y un conjunto de principios de organización política. En este caso toman protagonismo la monarquía parlamentaria, la unidad de la nación española y la solidaridad interterritorial, entre otras cuestiones y pilares fundamentales dentro del país europeo.
Por otro lado, la parte orgánica lo que hace es desarrollar el diseño de la división de poderes.
Principios doctrinales del derecho constitucional
Entre los principios doctrinales del derecho constitucional, aparece la ya mencionada división de poderes (Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial), que se considera clave en una democracia.
También la protección del Estado de derecho (el poder estatal sometido a un orden jurídico), de la soberanía nacional y de los derechos fundamentales (a través de la estabilidad y el control de la constitucionalidad, que es el mecanismo jurídico que garantiza el cumplimiento de las normas constitucionales).
Los derechos humanos
Suele considerarse que los derechos humanos son un componente clave de las Cartas Magna y, por lo tanto, objeto central de interés del derecho constitucional. Estos derechos se asocian a facultades o potestades inherentes al ser humano o que emanan de su condición. También se vinculan, en muchos casos, a la protección del individuo ante el accionar del Estado.
La mayoría de los países cuenta con una constitución codificada que incluye la declaración de derechos. La Declaración Universal de Derechos Humanos en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es un ejemplo de esta codificación, que busca que los gobiernos promulguen y respeten normas de esta índole. Así, el derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho al trabajo, el derecho a la educación y la libertad de expresión adquieren un rango constitucional.
Hay naciones, no obstante, que carecen de un documento destinado a la consagración de los derechos fundamentales. En esos casos, la Constitución se forma con las leyes, las convenciones y la jurisprudencia.
Por todo esto, el control de constitucionalidad que se lleva a cabo desde el derecho constitucional es muy importante para resolver conflictos normativos. Así se puede asegurar la igualdad ante la ley y preservar las libertades individuales y los derechos esenciales de la ciudadanía. Cuando, por algún motivo, se produce una violación de la Constitución, todos los derechos de las personas pueden verse amenazados ya que emanan de la norma de rango superior.