Definición de

Fallo

Fallos judiciales

En el mundo de la abogacía y el Derecho, el fallo judicial es un pronunciamiento imperativo llevado a cabo por un tribunal o un juez.

Fallo es una palabra cuya aplicación e interpretación exige conocer el contexto en el cual se aprovecha. En el campo del Derecho, por ejemplo, se asocia al dictamen, la resolución o la sentencia emitida por un tribunal o juez a fin de efectuar un pronunciamiento que marque el cierre de un juicio (como sucede cuando se da a conocer algún fallo de la Corte Suprema de Justicia o uno de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, por indicar dos alternativas a modo de referencia).

En el diccionario de la Real Academia Española (RAE) también se detalla que este término posee un sentido más general ya que sirve para dar cuenta de la decisión que toma todo individuo competente en torno a una cuestión que se ha vuelto motivo de disputa, conflicto o duda.

Además se lo presenta como el acto y la consecuencia de fallar; como un vocablo vinculado a un error, defecto o falta de un servicio, objeto o similar; como la falta o ausencia de un determinado palo en ciertos juegos de naipes y como una noción popular en territorio cubano que permite aludir al turno que se libera cuando un paciente cancela la cita programada con un profesional de la salud (o no acude a la consulta).

Si tienes poco tiempo, revisa el índice o el resumen con los puntos clave.

Tipos de fallos

Hay cientos de tipos de fallos, por eso es conveniente conocer las características y diferencias de unos y otros.

Uno de los grupos más sencillos de identificar es el de los fallos humanos. Estos pueden producirse como resultado de un error de cálculo, una mala decisión, una imprudencia o negligencia o por incompetencia. En unos contextos son más serios, peligrosos y delicados que en otros, pero sin excepción hay que luchar por no cometer equivocaciones: un error médico, por ejemplo, puede llevar a la muerte a alguien, mientras que un fallo del sistema operativo de un ordenador puede complicar y generarle inconvenientes a un individuo o compañía, siendo éste último caso una situación que no resulta mortal.

Hay, asimismo, fallos técnicos que impiden que un sistema o programa tecnológico funcione correctamente. Se encuadran en este segmento el error o la falla de software, hardware, seguridad o de red.

Los fallos estructurales, por su parte, derivan en destrucciones, roturas, colapsos y daños en una estructura cuando ella, por algún motivo a analizar (inestabilidad de la obra, corrosión, un desastre natural, uso de materiales defectuosos, etc), pierde resistencia y capacidad para poder soportar peso o carga. Así se considera, por detallar casos concretos, a una falla de diseño o una falla por deformación permanente.

Tampoco se puede dejar de señalar a fallos relacionados con el mercado y/o la economía. Una situación de insolvencia, una quiebra o bancarrota y un incumplimiento que deriva en un default o impago modifican negativamente una realidad y pueden provocar desde reclamos hasta presentaciones legales que culminan con un fallo judicial.

El plano de la comunicación, asimismo, puede perturbarse o entorpecerse por fallos o problemas en la generación, transmisión o recepción de un mensaje a raíz de una falta de claridad por parte del emisor del contenido, algún error de tipeo u ortografía, un lenguaje en particular (coloquial, técnico, formal, informal) o un error de interpretación, entre otros.

Fallos estructurales

Un fallo estructural puede evidenciarse mediante grietas, quiebres y hasta el derrumbe o colapso de una obra o estructura.

Causas frecuentes

Al analizar el origen de los distintos fallos que se registran a diario se pueden reconocer algunas causas frecuentes de anomalías, deterioros y rupturas.

Una falla de seguridad o el desmoronamiento de una edificación, por ejemplo, en muchas circunstancias se ocasionan por un error humano. Tampoco es extraño que lleguen quejas o reclamos a una empresa por un defecto de fabricación que le resta calidad o arruina a un producto.

Deficiencias en el proceso de diseño de alguna pieza y condiciones ambientales adversas que pueden afectar negativamente o limitar un sistema o servicio también aparecen como fuentes u orígenes de una amplia variedad de fallos.

Prevención y manejo de fallos

En todos los ámbitos conviene minimizar el riesgo de fallos y orientar los esfuerzos en una óptima gestión y manejo de las deficiencias.

Hacer evaluaciones y pruebas para medir el rendimiento de un programa o sistema, poner en marcha estrategias de recuperación ante eventuales fallas y capacitarse para poder prevenir y solucionar fallos es lo más recomendable.

No hay que perder de vista que hay defectos (especialmente en dispositivos o equipos) que no siempre pueden ser eludidos o anticipados. Aunque alguien se instruya para evitar una falla mecánica, por ejemplo, los imprevistos y los malos funcionamientos pueden desencadenarse igual.

Falla eléctrica

Cuando falla algún componente o elemento de la red de suministro eléctrico surgen desde inconsistencias en la tensión eléctrica hasta apagones, por ejemplo.

Lamentablemente también es frecuente que una equivocación o una falta humana tengan consecuencias indeseadas que, a veces, se traducen en episodios fatales con daños materiales y/o pérdida de vidas. Por esa razón hay que actuar permanentemente con profesionalismo y responsabilidad en pos de reducir las chances de cometer errores.

Es deseable, incluso, estudiar casos específicos de fallos (judiciales, económicos, eléctricos, de sistema, estructurales, etc) y qué secuelas o resoluciones han tenido a fin de aprender la lección. Con ese tipo de informaciones es posible tomar recaudos y saber cómo actuar cuando se detecta una anomalía.

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Cómo citar este artículo Verónica GudiñaPublicado por Verónica Gudiña, el 11 de abril de 2024. Fallo - Qué es, definición, tipos y causas. Disponible en https://definicion.de/fallo/
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