La acumulación excesiva de basura genera un olor fétido insoportable.
La noción de fétido procede del vocablo latino foetĭdus. Se trata de un adjetivo que hace referencia a aquello que huele mal.
Lo fétido, por lo tanto, es algo hediondo. El elemento calificado de este modo emana un hedor que resulta muy desagradable.
TemasAlgunos ejemplos
Antes de continuar debemos aclarar que este término no suele usarse en el habla cotidiana, donde simplemente se reemplaza por «olor» o bien este sustantivo acompañado de un adjetivo como «desagradable». Veamos, de todos modos, tres oraciones para entenderlo en contexto: “Por culpa del basural, tenemos que convivir con un olor fétido que se cuela en cada rincón de nuestros hogares”, “El olor fétido me hizo advertir que algún alimento se estaba pudriendo en la alacena”, “Nadar en un río fétido no me parece una buena idea…”.
La ineficiencia de los recolectores de residuos, o bien las eventuales huelgas pueden generar una situación muy difícil de sostener para los ciudadanos, dejándolos sometidos al olor fétido de la basura. El segundo ejemplo se da con cierta frecuencia en los hogares, sobre todo cuando compran más productos alimenticios de los que necesitan. Por último, si un río huele mal, probablemente sea un foco de contaminación, de manera que no se aconseja nadar en él.
Animales fétidos
Hay animales que son calificados como fétidos por la fragancia que desprenden. Ese es el caso de varios hemípteros (insectos con pico chupador que desarrollan una metamorfosis sencilla). A los zorrinos, zorrillos o mofetas también se los menciona como fétidos por las segregaciones de sus glándulas anales.
Estas especies de mamíferos emiten una pestilencia penetrante cuando están en peligro. Pueden levantar sus patas traseras o su cola y expulsar una sustancia fétida a unos dos metros de distancia.
Descomposición
La materia orgánica en descomposición, por otra parte, se torna fétida por el accionar de microorganismos que impulsan la fermentación y la putrefacción. Gracias a la intervención de bacterias y otros seres, que lleva a la liberación de gases y fluidos, la materia se reduce a formas más simples.
En el caso de los alimentos, dependiendo del tipo existen diferentes signos que debemos atender para saber si se encuentran en proceso de descomposición, antes de que se tornen fétidos. El pan, por ejemplo, suele exhibir hongos de color verde, además de un sabor ácido, similar al del alcohol. Verduras como el tomate, por otra parte, pierden su consistencia al punto de volverse demasiado blandas. Las setas se cubren de una capa blanquecina de aspecto algodonado.
Bomba fétida
Una bomba fétida, también conocida como bomba de olor o bomba apestosa, es un producto que se emplea a modo de broma. Estas cápsulas, cuando se rompen, liberan sustancias de olor nauseabundo, como el sulfuro de amonio, el etanotiol o el escatol.
Una hogaza de pan en estado de descomposición
Si bien su uso suele tener como objetivo incomodar a alguien en tono de broma, también puede servir como represalia ante un robo, como parte de un dispositivo que se coloca en lugar de la mercancía para engañar al ladrón. Una de las estrategias más comunes de los delincuentes modernos consiste en pasearse por los barrios donde más pedidos a domicilio se realizan y hacerse con los paquetes que los mensajeros dejan frente a las puertas.
Hartos de esta injusticia y de los problemas que les ocasionan, muchas de las víctimas deciden tomar cartas en el asunto. Entre las diferentes formas que encuentran de hacerles pagar a los ladrones está la fabricación de bombas fétidas, que colocan en lugar de los paquetes, para que estallen al abrir las cajas. Esto suele combinarse con otras sustancias, como ser pintura o pegamento, o con materiales como el papel picado, que manchen la ropa y se adhieran a ella para darles una lección difícil de olvidar.
