Fotofobia es el miedo irracional a la luz que posee una persona. Tres palabras procedentes del griego son las que dan sentido y establecen el origen etimológico del concepto. Por un lado está la palabra photos que significa luz; por otro el término phobos que se traduce como miedo irracional; y finalmente el sufijo -ia que es sinónimo de cualidad.
La fotofobia se diagnostica cuando se detecta un rechazo de nivel patológico hacia las fuentes de luz. Se trata de una intolerancia fuera de los estándares normales que se observa con frecuencia en las personas que padecen albinismo. La fotofobia también puede ser atribuida a enfermedades asociadas al globo ocular o al sistema nervioso.
Acerca de la fotofobia
Este trastorno es un inconveniente de relevancia que no debe ser minimizado en casos de glaucoma agudo, cefalea tipo migraña, queratitis, uveítis, cefalea en racimo ni en abrasiones y erosiones corneales traumáticas.
Hay unas personas que son más propensas a padecer este rechazo a la luz y entre ellas se incluyen quienes tienen ojos de colores claros, quienes se encuentran con que padecen cataratas, quienes cuentan con escasa pigmentación o también entre quienes es frecuente que sufran de dolores de cabeza o migrañas.
Posibles causas
La fotofobia puede presentarse como consecuencia de varias condiciones médicas, tales como la meningitis, la hemorragia subaracnoidea, la encefalitis, la conjuntivitis, la afaquia, la iritis, la cistinosis y la chikungunya, entre otras.
El uso de ciertas drogas también puede desencadenar un cuadro de sensibilidad a la luz. En este marco, hay que tener en cuenta que las anfetaminas, la cocaína, el ciclopentolato, la escopolamina, la trifluridina, la fenilefrina, la vidarabina y la atropina pueden ocasionar fotofobia.
Por otra parte, existen soluciones oculares para uso habitual que pueden causar fotofobia. En estos casos, se recomienda discontinuar la aplicación para que la reacción desaparezca, ya que el problema es provocado por los compuestos presentes en ciertas sustancias desinfectantes que permiten la conservación de las lentes de contacto blandas.
Prevención y tratamiento de la fotofobia
Cabe destacar que, en general, la fotofobia no es un trastorno de gran importancia. El mismo puede suavizarse con el uso de gafas oscuras o evitando exponerse en forma directa a la luz.
De todas maneras, los especialistas afirman que siempre es recomendable determinar la causa de la sensibilidad, ya que un tratamiento apropiado puede curarla. Si el dolor es agudo incluso en condiciones de luz baja, se debe buscar atención médica en forma urgente.
Varias son las recomendaciones que se deben llevar a cabo a la hora de prevenir o de tratar la citada fotofobia. En este sentido, una de las reglas fundamentales es llevar a cabo una reducción considerable de lo que es la exposición al sol.
Junto a ello también se aconseja de manera frecuente el utilizar gafas oscuras y con protección contra los rayos UVA a la hora de salir al exterior para eliminar así la sensación de malestar que se puede producir. En este sentido, al estar en la calle también se debe llevar a cabo el uso de sombreros de ala ancha.
El evitar el consumo de bebidas alcohólicas o que tengan cafeína así como oscurecer la habitación cuando el malestar sea muy grande son otros de los consejos más importantes que debe seguir toda persona que sufra de fotofobia.