Hipo es un espasmo del diafragma seguido por el cierre inmediato de la epiglotis (una especie de válvula que cubre la entrada de la laringe), lo que genera un sonido agudo que se proyecta hacia adentro, como si se aspirara y se hablara a la vez. El espasmo es involuntario y puede repetirse varias veces por minuto; el hipo puede durar, en los casos más extremos, hasta varios meses, lo que requiere de una consulta médica. Sin embargo, el hipo suele ser algo común y que no debería generar preocupación.
Las causas del hipo suelen ser desconocidas. De todas formas, hay ocasiones en las que el hipo aparece por fallos del duodeno, una cirugía abdominal, un accidente cerebrovascular, un tumor o alguna enfermedad que afecte a los nervios que controlan el diafragma. Los alimentos picantes y excesivamente condimentados también pueden propiciar la aparición del hipo.
Hipo al comer
En el caso de la alimentación, el hipo se produce al comer muy rápido o en grandes cantidades. Esta situación, sumada a los posibles condimentos de la comida, genera una irritación del diafragma, que sube de manera brusca y altera la respiración. Cuando esta irregularidad alcanzar la laringe, surge el hipo.
Existen varios remedios y consejos para detener el hipo. Los más usuales son contener la respiración, beber agua sin respirar y asustar al afectado por el problema. Los casos más graves pueden ser tratados con medicamentos como haloperidol, metoclopramida, clorpromazina y baclofeno.
Respiración incorrecta
Otra causa no tan conocida de su aparición es la respiración incorrecta. Sin embargo, así como la postura corporal, se trata de una cuestión básica que la mayoría de las personas hacemos mal, sea por motivos culturales, tales como nuestro ritmo de vida, las características de los asientos y de las camas, y la transmisión de las malas costumbres de generación en generación; dado que nunca vemos a un animal salvaje yendo a un traumatólogo o con un ataque de hipo que dure minutos, es probable que nuestro mobiliario y los trabajos que realizamos colaboren con todas estas deformaciones de nuestras funciones fisiológicas.
La respiración correcta, en teoría, la perdemos al poco tiempo de nacer, y es muy diferente a la utilizada por la mayoría de las personas adultas, a excepción de ciertos deportistas y de los cantantes líricos. Consiste en aprovechar menos de un tercio de los pulmones, comenzando por la base; tomar aire para alojarlo en dicha región tiene como resultado visible que se hinche el abdomen, y esto se nota en los bebés recién nacidos y en los animales. Ante un ataque de hipo, seguir los pasos recién descritos, acompañados por la retención del aire durante unos segundos antes de soltarlo lentamente es un excelente consejo.
De acuerdo al Libro Guinness de los Récords, el caso más extenso de hipo que haya sido documentado fue el de Charles Osborne, quien tuvo un ataque que duró desde 1922 hasta 1990, nada menos que 68 años.
Hipo como prefijo
Por otro lado, hipo es un prefijo que puede denotar varios significados: en algunos casos se utiliza para formar vocablos relacionados con los caballos, como es el caso de hipódromo; sin embargo, su uso más frecuente indica una condición de inferioridad, de estar por debajo de otra cosa, e incluso de subordinación.
Algunas de las palabras más comunes que comienzan por este prefijo son hipotermia (fenómeno caracterizado por un descenso atípico de la temperatura corporal), hipocentro (región profunda de la corteza de la Tierra en la que tiene origen un sismo) e hipoglucemia (baja excesiva del nivel de glucosa en la sangre).
Uno de los casos más curiosos es el de hipopótamo, que recibe dos interpretaciones: entendiendo que pótamo deriva de un vocablo griego que puede ser traducido como «río» o «arroyo», el término antes mencionado puede significar «caballo del agua» o «por debajo del agua», aunque el primero es el significado aceptado por la mayoría.