El vocablo latino incĭdens, que alude a aquel o aquello que «sobreviene o cae», derivó en el latín medieval incidentia. Este es el antecedente etimológico más cercano de incidencia, un término de nuestra lengua que tiene varios usos.
En un sentido amplio, la idea de incidencia puede referirse a un suceso que irrumpe en el desarrollo de un asunto, guardando algún tipo de vínculo con él. La incidencia, por otro lado, también puede ser un efecto o una influencia.
Incidencia según la epidemiología
En el terreno de la medicina, se denomina epidemiología a la rama dedicada al análisis de las epidemias (enfermedades que afectan de manera simultánea a muchos individuos y cuya propagación tiene lugar durante un cierto periodo en una determinada región).
La noción de incidencia aparece en el contexto de la epidemiología para nombrar a la relación proporcional que se registra entre la aparición de nuevos casos de una enfermedad en un periodo temporal y la cantidad de personas que están expuestas al posible contagio. Dicho de otro modo: la incidencia es la cantidad de nuevos contagios confirmados de una enfermedad en una población específica y en un momento dado.
Suele decirse que la incidencia refleja la probabilidad de que un sujeto de una comunidad sea afectado por la enfermedad en cuestión. Mientras que la incidencia se centra en los casos nuevos, la prevalencia apunta a los casos existentes.
Supongamos que, en una población de 100 personas, 20 contrajeron una enfermedad en un periodo de observación de un año. La incidencia, en este caso, es del 20%.
El concepto en el derecho
En el marco del derecho, se llama incidencia a un incidente. Puede señalarse que una incidencia es una cuestión que resulta diferente del asunto principal de un proceso. En algunos casos, la incidencia implica una situación anómala que se produce por la falta de cumplimiento de un procedimiento formal.
Para el derecho internacional, una incidencia jurídica supone la aplicación de herramientas para garantizar los derechos humanos o fortalecer un estándar internacional mediante la utilización de mecanismos de salvaguarda o del litigio estratégico.
A nivel fiscal, la incidencia surge cuando un impuesto alcanza a una persona que no puede traspasar la carga a otra. Así, la incidencia del impuesto hace que recaiga en el contribuyente sin posibilidad de traslado, con lo cual se erige como el pagador final.
Puede apreciarse la incidencia en el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Este gravamen alcanza al consumidor final, quien no tiene la chance de transferirlo a un tercero.
Incidencia en las TI
El concepto de incidencia también se usa en las tecnologías de la información (TI). Su utilización está vinculado a un comportamiento imprevisto de un servicio.
Ante el surgimiento de una incidencia, la calidad del servicio se resiente. De este modo se produce un impacto negativo que afecta la capacidad de satisfacer las necesidades del usuario o cliente.
Las compañías de servicios de TI, pues, deben contar con una adecuada gestión de las incidencias. Su finalidad tiene que ser la rápida recuperación de la calidad normal del servicio y la minimización de las consecuencias perjudiciales.