Inmensas nubes de polvo y gas conforman a las nebulosas, donde suelen surgir sistemas planetarios y estrellas.
Una nebulosa planetaria es aquello que se forma en el espacio interestelar a base de polvo y gas interestelar a partir del agotamiento del combustible de una estrella. Cuando ella, ya sin hidrógeno a disposición y apelando a la reserva de helio, no consigue resistir el peso que posee su propia masa, pasa a ser una gigante roja y expulsa esa envoltura en estado gaseoso comúnmente definida como nebulosa planetaria que cautiva por su brillo.
Estos fenómenos resultan de gran interés para los astrónomos y astrofísicos ya que, al devolverle metales pesados y otros resultantes de la nucleosíntesis estelar, son relevantes en cuanto a la formación y evolución de las galaxias. En algunas de estas zonas, además, se produce el nacimiento de las estrellas como consecuencia de la agregación de la materia y de la condensación.
A fin de poder analizarlas con precisión (ya que no se las logra divisar a simple vista) y registrar imágenes de ellas, los expertos hacen uso de potentes telescopios espaciales, entre los que se puede mencionar al Hubble y al Spitzer.
Temas
ResumenFormación y evolución de una nebulosa planetaria
Es interesante y enriquecedor instruirse sobre la formación y evolución de una nebulosa planetaria.
En este marco es necesario hacer foco en el diagrama Hertzsprung-Russell y observar atentamente la evolución estelar. Al individualizar una estrella en la secuencia principal y hacerle un seguimiento se detectará que, si se trata de un luminoso objeto astronómico de una masa solar de menos de diez cuyo combustible nuclear se terminó, surge una enana blanca que terminará generando una nebulosa planetaria. Claro que otras, por sus características, estarán catalogadas como gigantes rojas, etapa donde disminuye la luminosidad y se contrae la estrella, hay apelotonamiento rojo en el caso de figuras con metalicidad alta o un período de rama horizontal si son estrellas con metalicidad baja. También se detecta, en todo este transcurso, una rama asintótica gigante.
En estos procesos hay inestabilidad estelar dados los cambios de temperatura experimentados por la reacción de fusión del helio y la considerable liberación de energía. Hay, en este escenario, una expansión y enfriamiento de la capa conformada por helio así como pulsaciones muy intensas. Los gases que terminan eyectándose fundan una nube que rodea a cada núcleo de las estrellas y que, tras un desplazamiento de la atmósfera y su ionización (fenómeno que la hace brillar), adquiere la denominación de nebulosa planetaria.
En esta situación, los gases que se expulsaron se alejan muy rápidamente de la estrella central, la cual en principio suma temperatura y se contrae pero su luminosidad no se altera (es en esta instancia que el hidrógeno presente en la capa externa del núcleo se quema). Después, al consumirse el manto exterior, la estrella se enfría y la radiación ultravioleta que se irradia no alcanza para lograr la ionización del gas apartado. Tras una recombinación de la nube de gas que le pone fin al llamado estado de plasma y la torna invisible, la nebulosa planetaria deja de existir.
En la constelación de Acuario se ha descubierto a la nebulosa de la Hélice (o del ojo de Dios), cuyos rasgos físicos la asemejan a la nebulosa Dumbbell y su apariencia, a la nebulosa del Anillo.
Ejemplos
Vale la pena recopilar información sobre nebulosas planetarias que se tornaron populares a escala internacional para tener a disposición referencias puntuales o ejemplos concretos sobre estos objetos celestes.
En la constelación de Lyra, por indicar un caso específico, se ha detectado a la nebulosa del Anillo. Gracias al telescopio espacial James Webb, hace algún tiempo se obtuvieron extraordinarias imágenes de la también llamada, en honor al astrónomo de origen francés Charles Messier, Messier 57. Asociada a este científico está, además, la nebulosa Dumbbell (u objeto Messier 27) que se sitúa en la constelación de Vulpecula.
Se ha identificado en la constelación de Géminis, en tanto, a la nebulosa Medusa y a la NGC 2392, reconocida a nivel general como nebulosa del Esquimal.
A alrededor de tres mil años luz de la Tierra se ha detectado, dentro de la constelación de Cygnus, a una clase de nebulosa de reflexión a la nebulosa del Huevo.
La nebulosa del Cangrejo (generada en base a una supernova y contemplada al detalle mediante el telescopio James Webb), la nebulosa Saturno (correspondiente a la constelación de Acuario y con una identidad que da cuenta de la semejanza entre la apariencia de la nebulosa y el planeta del mismo nombre), la nebulosa del Gato Sonriente (o Sh2-284, situada en la constelación de Monoceros) y la nebulosa de la Hormiga (una nebulosa bipolar localizada en la constelación de Norma) son otras opciones a tener en cuenta al querer conocer más en profundidad a las nebulosas planetarias.
En el cinturón de Orión se halla una nebulosa difusa (muy brillante) a base de polvo y gas bautizada como Messier 42 o nebulosa de Orión.
Tipos de nebulosas planetarias
Existen múltiples tipos de nebulosas planetarias.
En función de su formato o apariencia, por ejemplo, se las clasifica como nebulosas bipolares (estructurada con un par de lóbulos y simetría axial, como lo son las nebulosas Alas de Mariposa y Homúnculo), nebulosas espirales (como la de Andrómeda) y nebulosas esféricas (tal el caso de la Abell 39).
Hay, asimismo, nebulosas irregulares, otras que son cuadrupolares y unas que exhiben una marcada forma anular, por sumar más precisiones que dejan al descubierto el gran abanico existente en el ámbito de las nebulosas, conjunto donde conviven, incluso, la nebulosa de emisión, la nebulosa de absorción (o nebulosa oscura) y la nebulosa de reflexión.
Publicado por 
