La soberanía alimentaria es la potestad de una comunidad para elegir sus estrategias y políticas vinculadas a la producción, el reparto y el consumo de alimentos. Se trata de la capacidad para determinar, de acuerdo a sus necesidades y su cultura, qué tipo de sistema adoptar en materia alimenticia.
La idea de soberanía hace referencia al poder y la autoridad. Lo alimentario, en tanto, es aquello relacionado con la alimentación (la nutrición necesaria para la subsistencia y el desarrollo). Puede decirse que un pueblo con soberanía alimentaria está en condiciones de elegir qué comer.
Características de la soberanía alimentaria
La soberanía alimentaria es la condición de un grupo social que puede seleccionar qué alimentos producir y consumir. La noción fue propuesta por el movimiento conocido como Vía Campesina, que reúne a más de un centenar de organizaciones rurales de todo el mundo.
En el marco de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que tuvo lugar en noviembre de 1996 en la sede de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas, Vía Campesina postuló que cada pueblo debe tener derecho a determinar su alimentación. De este modo, relacionó la soberanía alimentaria con la posibilidad de acceder a alimentos saludables y producidos de forma sostenible en sintonía con los valores y las prácticas culturales de cada colectividad.
Por lo tanto, la noción de soberanía alimentaria abarca cuestiones diversas como la agroecología, la biodiversidad agrícola, los derechos de los campesinos y el comercio justo. El desarrollo rural y el consumo de alimentos locales están entre sus pilares.
Diferencias con las seguridad alimentaria
Muchas veces se confunde la soberanía alimentaria con la seguridad alimentaria. Sin embargo, refieren a ideas diferentes.
La seguridad alimentaria se vincula con la disponibilidad de alimentos. Para que exista, tiene que haber suficientes alimentos nutritivos a disposición de toda la comunidad para la satisfacción de sus necesidades de manera estable. Esto quiere decir que la noción está ligada al derecho a la alimentación. La soberanía alimentaria, por su parte, hace alusión a la libre elección y desarrollo del sistema alimentario, desde la producción hasta la distribución y el consumo de los alimentos.
Es posible reconocer distintas fases de la seguridad alimentaria. La peor situación es la hambruna: la imposibilidad de acceder a alimentos provoca desplazamientos y víctimas fatales. La denominada seguridad alimentaria general, por el contrario, es el mejor estadio ya que existe un acceso estable y adecuado a los alimentos para la totalidad de las personas.
Importancia de la soberanía alimentaria
La soberanía alimentaria, como ya vimos, va más allá de la seguridad alimentaria porque se preocupa también por el modo de producción de los alimentos. En este contexto, promueve la agricultura ecológica y la agricultura orgánica como medios para una explotación adecuada de los recursos naturales. Por lo tanto incentiva la obtención de alimentos saludables sin utilizar agroquímicos que atenten contra el medio ambiente. De igual forma, fomenta el cuidado de las tierras agrícolas, evitando la sobreexplotación.
Por otra parte, la idea de soberanía alimentaria ayuda a incrementar la oferta de alimentos de calidad a un precio justo. Es importante señalar que se opone al dumping (la venta a pérdida que pretende lograr la eliminación de la competencia).
Las políticas que apuntan a la soberanía alimentaria le dan prioridad a la producción local e intentan garantizar el acceso a la información de los alimentos a los consumidores. También apuesta por políticas agrícolas que fortalezcan la economía local con la gestión comunitaria de recursos, la protección de cultivos nativos y la puesta en marcha de mercados de agricultores, entre otras medidas.
Lucha de poderes y conflicto de intereses
Uno de los principios fundamentales de la soberanía alimentaria es que los consumidores puedan decidir qué alimentos llevan a la mesa. Esto supone que deben contar con un margen de acción que no dependa de los principales productores de la agroindustria. Dicho de otro modo: tienen que contar con una oferta variada a disposición y no verse forzados a consumir aquello que le ofrecen los grupos más grandes con sus propias condiciones.
Otros aspecto central de la soberanía alimentaria es que la capacidad de decisión de una comunidad o incluso de una nación no esté supeditada a la voluntad de otros países. De esta forma, no existe soberanía alimentaria si la satisfacción de las necesidades se encuentra atada a la producción extranjera.
Una nación que no puede producir los alimentos que demanda su población no puede alcanzar la soberanía alimentaria ya que las vicisitudes de la política exterior y el comercio internacional limitan su poder de decisión. Por supuesto, las desigualdades sociales y económicas internas también hacen que muchas personas no puedan decidir qué comer o que ni siquiera accedan a los alimentos que necesitan.
Cómo lograr la soberanía alimentaria
Lograr la soberanía alimentaria es un reto que exige el compromiso de distintas partes. Es esencial que desde el Estado se apliquen políticas públicas que impulsen la agricultura sostenible y se refuercen los sistemas alimentarios locales.
Salvaguardar las prácticas agrícolas tradicionales, promover el uso de fertilizantes orgánicos y disponer medidas para la conservación del suelo son otra acciones necesarias.
Las autoridades, por otro lado, deben trabajar para la educación alimentaria dado que la formación resulta imprescindible para la soberanía alimentaria y la seguridad nutricional. Se debe informar sobre los riesgos de padecer obesidad y enfermedades relacionadas con la dieta si se consumen alimentos procesados y no se privilegia la comida saludable, por ejemplo.
Las normativas de etiquetado de alimentos son otro recurso valioso para el consumo responsable, un elemento clave para la soberanía alimentaria.