Un alérgeno es un agente que, cuando ingresa a un organismo, lo deja en una situación vulnerable al desarrollo de los fenómenos vinculados a una alergia. El concepto de alergia, por su parte, alude a un conjunto de sucesos eruptivos, nerviosos y/o respiratorios que afectan a un ser.
Los alérgenos, por lo tanto, generan una reacción en los individuos que tienen un cierto grado de susceptibilidad a ellos. Al advertir que el alérgeno (también aceptado como alergeno, con acento en la segunda E) es un elemento extraño al organismo, se desencadena el mecanismo que deriva en la irrupción de los fenómenos de la alergia.
Lo que provoca un alérgeno es una desestabilización de la homeostasis, ya que el organismo libera diferentes sustancias como reacción. Así aparecen los síntomas que caracterizan la alergia.
Ejemplos de alérgenos
Existen proteínas animales, microorganismos y sustancias químicas que actúan como alérgenos. El pelo de los gatos, los productos cosméticos, el polen de las flores, los mariscos y el níquel están entre los agentes alérgenos.
El excremento de los ácaros es uno de los alérgenos más habituales. Los ácaros son parásitos microscópicos que se instalan en las alfombras, las frazadas, los almohadones y los colchones y que se alimentan de escamas de piel, ya sea de las personas o de las mascotas. Sus excrementos, volátiles, son inhalados por los seres humanos y generan una reacción en las mucosas.
La alergia causada por este alérgeno forma parte del grupo de las rinitis e incluye un incremento de las secreciones nasales, estornudos y otros trastornos. También puede causar molestias en los ojos y en la garganta.
La Ley de Información Alimentaria
Si bien en cada hogar la elaboración de alimentos debe llevarse a cabo con responsabilidad, cuando esto se realiza a nivel industrial las exigencias son de tipo legal, y no pueden pasarse por alto ya que podrían poner en riesgo la salud de los consumidores.
Ciertas sustancias pueden resultar riesgosas para aquellas personas que sufren de alguna intolerancia alimentaria o alergia, y por esa razón las leyes obligan a los fabricantes a indicar en los envases y envoltorios de sus productos la presencia de todos los alérgenos, ya sea que se utilicen como ingredientes principales o que puedan haber dejado trazas durante la preparación de otros alimentos.
Entre los alérgenos que los fabricantes tienen la obligación de destacar en sus productos se encuentran los cereales que contienen gluten, como ser los siguientes: centeno, avena, kamut, trigo, cebada y espelta. De este grupo deben excluirse los jarabes de glucosa a base de trigo (como ser la dextrosa) o de cebada, las maltodextrinas a base de trigo y los cereales que se usan en la elaboración de destilados alcohólicos (como el alcohol etílico).
Por otro lado tenemos los cacahuetes y cualquier producto derivado de ellos, grupo en el cual están los artículos que contienen maní o trazas de cacahuetes. La soja y los artículos a base de ella también son alérgenos; sin embargo, no debe informarse de la presencia de grasa o aceite de semilla de soja que hayan sido refinadas completamente, d-alfa tocoferol natural, toferoles naturales mezclados, succinato de d-alfa tocoferol natural que derive de la soja, acetato de d-alfa tocoferol natural o ésteres de fitosterol que deriven de aceites vegetales de soja.
Los productos de origen animal son los más dañinos, no sólo para quienes tienen alergias relacionadas con ellos, sino porque de por sí su consumo suele estar asociado a enfermedades tan graves como el cáncer. Los crustáceos, los huevos, el pescado y la leche, entre otros, forman parte de la lista de alérgenos que deben ser destacados entre los ingredientes de los productos alimenticios para evitar graves consecuencias en la salud de los consumidores.