Un antojo es el deseo o la pretensión que suele surgir por capricho y que cuya satisfacción resulta imperiosa.
Por ejemplo: “Tengo antojo de helado de chocolate”, “No puedes hacer las cosas a tu antojo: en la empresa hay una estructura que debes respetar”, “Estoy harto de tus antojos”.
Antojos en el embarazo
El concepto suele asociarse a los deseos súbitos que tienen las mujeres que están embarazadas. La creencia popular indica que dichos antojos deben satisfacerse para evitar distintos problemas en el bebé en gestación (como la aparición de manchas en su piel). De este modo, si una mujer, en medio de la madrugada, tiene antojo de tarta de manzanas, su esposo seguramente tratará de hornear o de adquirir la tarta en cuestión, aún cuando resulte complicado debido al horario.
Los cambios hormonales que se experimentan, la posible deficiencia de vitamina B en el organismo, la ansiedad que se puede sentir e incluso la necesidad de recibir atenciones son algunas de las posibles causas que se barajan como responsables de los antojos entre las embarazadas.
Ya existen diferentes listas que señalan cuáles son los antojos más frecuentes entre las futuras mamás. Se indica, de este modo, que los más habituales son el chocolate, el bacón (panceta o tocino), la fruta, los helados, el queso, las patatas fritas (papas fritas) y las galletas saladas.
Pretensiones poco usuales
No obstante, también se ha dado forma a otro tipo de ranking en el que se viene a indicar cuáles son los antojos más raros que se han detectado entre las gestantes. Este sería el caso, por ejemplo, del helado con salsa de chile (pimiento o morrón), salchichas con mermelada, sandía con mantequilla (manteca) e incluso galletas con pasta de dientes.
Como es lógico, ante esos extraños antojos que pueden ser nada saludables, los doctores recomiendan que las gestantes tomen otras medidas. En concreto, les indican que coman algo diferente en su lugar que pueda ser sano, que piensen en que hay productos que pueden no ser beneficiosos para sus hijos o bien que salgan a la calle para distraerse. Asimismo, se establece que también se puede optar por hacer algo de ejercicio e incluso por ponerse a escuchar música o ver la televisión.
El antojo como voluntad personal
La idea de antojo además se utiliza para nombrar al anhelo o la ambición personal que un individuo busca satisfacer de manera egoísta, sin tener en cuenta la voluntad de los demás ni las posibles consecuencias de su acción. La persona que actúa a su antojo, en este marco, hace lo que quiere. Esta clase de conductas, por supuesto, puede generar todo tipo de inconvenientes (a nivel laboral, en la familia, con la ley, etc.).
Aquello que se desea de forma caprichosa, más allá de lo racional y de la lógica, también se conoce como antojo: “Desde que empecé a trabajar, el automóvil fue mi antojo”, “En mi adolescencia, recorrer Europa como mochilero era mi antojo”, “Esos zapatos son mi antojo: algún día los compraré”.