La botánica es la disciplina científica dedicada al estudio de las plantas. También conocida como fitología, forma parte de la biología y está centrada en la descripción, la clasificación y el análisis de todas las características de los vegetales.
El término tuvo un largo recorrido etimológico antes de llegar a nuestra lengua. El vocablo griego botánē, que puede traducirse como «hierba», derivó en botanikós. Luego, en el latín medieval, se convirtió en botanicus.
La botánica se nutre de saberes de la fisiología, la citología, la fitografía, la histología, la ecología y otras especialidades, siempre vinculadas a las plantas. Esto le permite abarcar todos los aspectos de los vegetales.
Tipos de botánica
Es posible diferenciar entre la botánica pura (que busca incrementar los conocimientos existentes acerca de la naturaleza) y la botánica aplicada (pretende producir información útil para el desarrollo de tecnología).
Contar con datos de interés sobre las plantas permite, a su vez, ampliar el alcance de numerosas ciencias: por eso la botánica es una materia de interés para los ingenieros, los farmacéuticos y otros profesionales.
Cabe destacar que las plantas permiten la obtención de alimentos, la producción de medicinas, el desarrollo de fibras textiles y la generación de energía, por ejemplo. La botánica, de este modo, es una disciplina imprescindible para el progreso de la humanidad.
El concepto en distintas expresiones
El concepto de botánica (o su versión masculina, botánico) permite, a su vez, construir diversas expresiones: jardín botánico (una superficie que se destina al cultivo de plantas), geografía botánica (rama de la geografía centrada en la distribución de las plantas en el planeta), etc.
Los jardines botánicos deben ser habilitados por un organismo privado, asociativo o público, aunque a veces los administran entre dos o más. Su finalidad es estudiar, conservar y divulgar la diversidad vegetal. Uno de sus rasgos principales es la exhibición de colecciones científicas de ejemplares vivos, que son cultivados para alcanzar alguna de las metas antes mencionadas, además de colaborar con la formación académica.
Historia de los jardines botánicos
La historia de los jardines botánicos se remonta al renacimiento, período durante el cual existió un marcado interés en la enciclopedia. La inspiración de este tipo de instalaciones fue sin lugar a duda el diseño de los jardines medievales. En un primer momento, los jardines botánicos se dedicaban de forma exclusiva al cultivo de plantas medicinales y alimenticias, y poco a poco se fue volviendo más específica la clasificación y la nomenclatura.
Según las evidencias halladas hasta el momento, fue en Al-Andalus que tuvo lugar la construcción de los primeros jardines botánicos durante el siglo XIII por parte de los musulmanes. En Francia, recién se vio el primero en 1593; se trata de El jardín de las plantas de Montpellier, el cual aún al día de hoy gestiona la universidad.
También hay varios jardines botánicos en Italia, los cuales se fundaron en el norte del país a mediados del siglo XVI en Padua, Pisa y Bolonia, conectados con sus respectivas universidades. Otro países europeos en los cuales podamos encontrar estos espacios dedicados al cultivo de plantas son Alemania, Suecia, Países Bajos, Dinamarca y España.
En la actualidad son varias las universidades que se encargan del mantenimiento de sus propios jardines botánicos, donde llevan a cabo importantes trabajos de investigación. Por ejemplo, algunas construyen un jardín botánico para dedicarlo al estudio del conjunto molecular y la investigación genética; gracias a una inversión de esta clase, colaboran con la preservación del saber científico e histórico.
Además de coleccionar y conservar plantas locales y exóticas, los científicos que trabajan en un jardín botánico llevan a cabo la difícil tarea de proteger aquellas especies que se encuentran en peligro de extinción.