El ciclo de vida del producto es un concepto que refiere a un modelo de carácter teórico en el cual se nuclean las fases que se van atravesando desde la concepción y surgimiento de un artículo o prestación hasta su retirada del mercado marcando el fin de dicho elemento o servicio.
El proceso, según se desprende de la realidad, se inicia con una instancia de desarrollo de producto y su introducción en el mercado para dar por comenzadas las ventas a través de los canales de distribución previamente definidos. El periodo de incremento de la demanda y la rápida expansión de su alcance marca un despegue que se traduce en un crecimiento del producto. Más tarde se produce una estabilidad acompañada por una profundización de la competitividad: es el tiempo que los expertos en el tema definen como la época de madurez del producto.
El tramo final está caracterizado por el declive del producto a raíz de la aparición de opciones superadoras que despiertan un mayor interés en los consumidores y, por lo tanto, opacan al artículo original, generándose cada vez menos ventas.
Importancia del ciclo de vida del producto
Conocer y seguir de cerca el ciclo de vida del producto es de suma importancia para el ámbito empresarial/comercial dado que a través de su seguimiento es posible advertir si los planes iniciales son viables y si van avanzando de acuerdo a las previsiones.
Analizando los datos que se van obteniendo en cada instancia se va estableciendo el éxito de un proyecto, si el negocio resulta rentable o qué se debe mejorar a fin de reducir las chances de fracaso en próximos desarrollos o lanzamientos. Es un aprendizaje constante pero se requieren claridad, espíritu emprendedor, visión estratégica y dominio de cada tarea, objetivo o etapa a la hora de asumir el riesgo de concebir, diseñar, lanzar y sostener un producto.
La investigación de mercado y la innovación de producto son acciones imprescindibles para ofrecer una idea original que resalte frente a la competencia y pueda seducir a los potenciales compradores. Si se falla en estas etapas por desconocimiento del mercado o debido a estrategias desacertadas o insuficientes será difícil cosechar buenos resultados.
En toda empresa es fundamental comprender, respetar y hacer análisis del ciclo de vida de un producto o servicio si se buscan planificaciones eficientes en materia de marketing y una óptima gestión de proyectos.
Estrategias para cada fase
Pensando en el posicionamiento de productos y en cubrir espacios inexplorados de mercado con sus novedades o aportar soluciones, las compañías diseñan y ponen en marcha múltiples estrategias en cada fase del ciclo de vida de los artículos que desarrollan.
Para presentar en sociedad un elemento nuevo, específicamente, se apela a las estrategias de lanzamiento. Organizar un evento, hacer sorteos y realizar campañas de difusión en medios masivos de comunicación y/o redes sociales son acciones muy útiles que conviene acompañar con contenido audiovisual promocional, un kit de prensa, ofertas o descuentos por tiempo limitado, etc.
Sobresalir entre tanta competencia, es decir, distinguirse y no ser una firma más del montón, es otro de los desafíos corporativos. En ese punto es vital definir e implementar una estrategia de diferenciación que puede centrarse ya sea en los costos/precios, en tácticas de marketing o en acciones publicitarias.
Cuando ya se transita el lapso del declive, la revitalización de marca o una estrategia de salida son oportunas cuando se aspira a renovar el interés general respecto a una cierta mercadería, se pretende que los ingresos se mantengan un tiempo más y se busca que, en definitiva, se pueda ir retirando de manera gradual y ordenada dicho producto.
Además de las mencionadas líneas arriba, en el universo de los negocios conviven y se retroalimentan o complementan las maniobras de promoción y publicidad, las estrategias de precios y los procedimientos destinados a la fidelización y retención de clientes. Sin perder de vista que al comprador se lo atrae, convence y mantiene brindándole una experiencia de primer nivel sostenida por un excelente servicio al cliente y productos de gran calidad, siempre suman y son necesarias las inversiones en merchandising, campañas de email marketing, publicidad en línea y presencia en redes sociales, por ejemplo.
Filosofía sostenible en el ciclo de vida del producto
La sostenibilidad está consiguiendo cada vez más valor en el mundo actual. Por eso no deja de aumentar el número de consumidores y empresas que se enmarcan en estilos de vida y filosofías que toman distancia del derroche y del fast fashion abrazando los lineamientos de la moda sostenible, los productos ecológicos y la economía circular.
El empaque y etiquetado, en tanto, van acompañando las conductas respetuosas con el medioambiente siendo sustentables.
Por parte de las compañías, cuidar cada instancia del ciclo de vida del producto es esencial para que a lo largo del proceso se genere el menor porcentaje posible de impacto ambiental o huella de carbono. Los usuarios, en tanto, ahorran dinero y cuidan al planeta cuando reciclan y reutilizan calzados, prendas de vestir, accesorios u otros elementos con la intención de prolongar su vida útil.