El derecho laboral regula cómo puede concretarse un despido.
Despido es el acto y el resultado de despedirse o despedir. Este verbo, en tanto, tiene varios usos: puede referirse a esparcir, lanzar algo o prescindir de alguien.
La idea de despido, por lo tanto, suele emplearse para aludir a la decisión de un empleador de finalizar el vínculo laboral que lo relacionaba con un empleado. Despedir a un trabajador, en este sentido, implica echarlo.
Aquel que sufre un despido pierde su empleo debido a que su contrato laboral queda sin efecto. Dependiendo de la situación, a partir de entonces puede cobrar una indemnización, prestaciones por desempleo o no acceder a ningún tipo de protección.
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ResumenTipos de despido
Es importante tener en cuenta que existen diversos tipos de despido. Antes de avanzar, no está de más aclarar que una renuncia no es un despido: en este caso, el propio trabajador opta por no mantener la relación laboral.
Lo habitual es que la ley laboral contemple algún tipo de cobertura para el trabajador despedido cuando la finalización del contrato no tiene causa justa. Dicha asistencia se da si el empleador concluye por decisión propia un contrato indefinido (o sea, no cuando un contrato temporal llega a su fin).
Entre los tipos de despido podemos mencionar:
- Despido procedente: El empleador toma la decisión de extinguir la relación laboral de manera unilateral, ajustándose a derecho. Esto implica que la ley ampara el accionar del empresario. Suele hablarse de despido objetivo cuando obedece a una necesidad asociada al funcionamiento de la compañía.
- Despido improcedente: El empleador termina el vínculo laboral por motivos que no están contemplados en las leyes laborales o sin respetar los procedimientos fijados por la legislación (por ejemplo, haciéndolo de palabra y sin carta de despido).
- Despido nulo: En este caso, la extinción del contrato de trabajo vulnera los derechos laborales o se lleva a cabo bajo circunstancias no consideradas por la ley. El trabajador, de este modo, puede recurrir a la Justicia para que un tribunal laboral ordene su reincorporación con las mismas condiciones existentes antes del despido.
- Despido colectivo: La empresa decide terminar los contratos de muchos trabajadores de forma simultánea. En algunas naciones, el recorte de personal que provocan estos despidos masivos se concreta a través de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE).
Quien sufre un despido suele acceder a un seguro de desempleo.
El trabajo no registrado
El trabajo no registrado supone una vulneración de los derechos del trabajador. Quien trabaja en negro no cuenta con beneficios laborales de ninguna clase: no recibe aportes para su jubilación, no puede exigir el salario mínimo establecido por ley, no tiene vacaciones pagas, no cobra horas extras, etc.
En este marco, el despido puede ser decidido unilateralmente por el empleador sin ningún tipo de contemplación: como el empleado no está registrado, no posee protección legal. Por más que sea un despido sin causa o incluso fruto de una discriminación laboral, el empleador no está obligado por la ley a abonar indemnización ya que el vínculo laboral en cuestión ni siquiera tiene un reconocimiento legal.
Para evitar esta situación, es posible solicitar -incluso de manera anónima- una inspección de trabajo. Así, las autoridades competentes se acercan al lugar de trabajo para determinar si hay empleados que no están debidamente registrados. Si se confirma el trabajo en negro, el empleador es sancionado.
Un empleador puede decidir un despido luego de una evaluación de desempeño.
Ejemplos de despido
Tomemos el caso de una mujer que trabaja en el área de Marketing de una compañía de software. Debido a una reestructuración empresarial, se le comunica a la trabajadora, con la antelación establecida en las leyes laborales, que a fin de mes se dará por concluida la relación laboral. Por eso se le pide que se acerque a la oficina de Recursos Humanos (RRHH) para acordar los detalles. Llegado el momento, y luego de recibir la notificación formal, la trabajadora accede a la liquidación (finiquito) correspondiente y se concluye el vínculo.
Supongamos ahora que a un hombre se desempeña como camarero en un restaurante. Una noche, el dueño del establecimiento le informa su despido y le dice que al día siguiente ya no regrese. Frente a esta situación, el trabajador se acerca a su sindicato para pedir asesoramiento. Allí le comentan que debe enviar a su empleador un telegrama donde le exija que aclare su situación laboral. Mientras tanto, le explican en el sindicato, debe seguir yendo a trabajar. Como el dueño del restaurante no solo no responde el telegrama sino que además le impide ingresar a cumplir con sus obligaciones laborales, el trabajador recurre a un abogado laboralista para accionar legalmente.
Si comparamos ambas situaciones, notaremos que el primer caso (la mujer despedida de la empresa de software) constituye un despido procedente. Por el contrario, el camarero es víctima de un despido improcedente. Si avanza con su reclamo judicial, es probable que se considere que es un despido nulo y el restaurante se vea forzado a reincorporar al empleado.
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