El hígado es una víscera u órgano de los seres vertebrados, que tiene forma irregular y color rojo oscuro. Se encuentra ubicado en la parte anterior derecha del abdomen y está recubierto por una cápsula fibrosa. Este órgano cumple con diversas funciones que resultan vitales, como filtrar y almacenar la sangre en el organismo y colaborando en la conversión de los alimentos en energía.
En los seres humanos, el hígado es la glándula más voluminosa. Se encarga de la síntesis de las proteínas plasmáticas, almacena vitaminas y elimina de la sangre las sustancias que son dañinas para el organismo, entre otras funciones.
Funcionamiento del hígado
En concreto, el hígado produce bilis (una sustancia necesaria para la digestión de los alimentos), metaboliza los carbohidratos y los lípidos (con lo que sintetiza el colesterol), elimina la insulina, sintetiza las proteínas, transforma el amonio en urea y actúa como depósito de glucógeno y vitaminas, por ejemplo.
El hígado, que tiene un peso aproximado de 1,5 kilos, se encuentra dividido en cuatro lóbulos: el derecho, el izquierdo, el cuadrado y el lóbulo caudado o de Spiegel. Las principales relaciones de este órgano se realizan con aquellas estructuras que se sitúan a la izquierda del abdomen.
Enfermedades y trastornos
Entre las enfermedades, puede mencionarse a la hepatitis (A, B y C), la cirrosis hepática, el hepatocarcinoma (cáncer de hígado), la esteatohepatitis no alcohólica y varias enfermedades congénitas como el síndrome de Dubin-Johnson y el síndrome de Gilbert.
Para evitar la intoxicación del hígado, los médicos recomiendan una alimentación sana, con un amplio consumo de frutas y agua, y el abandono de las bebidas alcohólicas (este tipo de bebidas causan la cirrosis).
Cáncer de hígado
Otra dolencia común y muchas veces grave en este órgano, es el cáncer. Dicha enfermedad tiene lugar cuando las células del hígado comienzan a desarrollarse de forma acelerada y aquéllas que deben morir no lo hacen, convirtiéndose en células anormales y formando un tumor. El cáncer de hígado más conocido es el que recibe el nombre de hepatoma maligno, carcinoma hepatocelular o cáncer primario y puede desarrollarse en cualquier edad; cuando lo hace en niños muy pequeños recibe el nombre de hepatoblastoma.
En algunos casos el cáncer de hígado deriva de una propagación (la enfermedad se ha iniciado en otra zona del organismo), en este caso se conoce como cáncer metastásico. Además según lo devuelven ciertos estudios, esta enfermedad se encuentra relacionada con la hepatitis B (VHB) y la hepatitis C (VHC) ya que, entre un 10 a un 20 por ciento de las personas que alguna vez han tenido esta otra, posteriormente han sufrido de este tipo de cáncer.
Otras causas que pueden provocarla son el abuso indiscriminado de alcohol o la desnutrución; las mismas pueden llevar a que el individuo padezca primero de cirrosis (un trastorno que va cicatrizando el hígado de forma progresiva afectando sus funciones fundamentales) y que posteriormente se haga presente el cáncer de hígado.
Entre los primeros síntomas de esta enfermedad se encuentran pérdida del apetito, de peso, fiebre, fatiga y debilidad; sin embargo es muy difícil de detectar debido a que sus señales son vagas y podrían encontrarse relacionadas con otras dolencias.
Posteriormente se presentan síntomas más claros como dolor en la parte superior del abdomen que va extendiéndose a la espalda y hombros; además suelen presentarse crisis de vómitos e ictericia (la piel y lo blanco de los ojos toman una tonalidad amarillenta y la orina se torna oscura).
Para determinar el diagnóstico justo, el médico ordena una serie de estudios para comprobar el funcionamiento de este órgano y verificar la existencia de marcadores tumorales. Además se realizan radiografías de tórax y de abdomen e imágenes por resonancia magnética, entre otros estudios. Finalmente, si todos los resultados han dejado ver la presencia de esta enfermedad, se realiza una biopsia que es lo que confirmará el diagnostico definitivamente. La misma consiste en remover con una aguja el tejido del hígado, extrayendo una muestra que será analizada en un microscopio para ver si existen células cancerosas.
Una vez se ha confirmado la enfermedad se procede al tratamiento adecuado; aunque éste es uno de los cánceres más difícil de controlar, existen muchos tratamientos que pueden ayudar a los que lo padecen. De acuerdo a su estadio y de las condiciones en las que se halle el hígado se puede recomendar cirugía, quimioterapia o tratamiento con rayos de alta energía o una combinación de diversos tratamientos.