Novela es un término que procede del vocablo italiano novella. El concepto hace referencia a una obra literaria de carácter narrativo que tiene una extensión considerable; a partir de este significado, también recibe este nombre un género de la literatura.
El adjetivo policíaco (o policíaca, en su versión femenina), por otra parte, alude a aquello vinculado a la policía. Además, permite calificar a la obra de ficción que gira en torno a algún tipo de crimen y a la búsqueda de su responsable.
Una novela policíaca, por lo tanto, es una obra narrativa cuya trama tiene que ver con episodios criminales. Detectives, ladrones y asesinos son personajes habituales de este tipo de relatos.
Características de una novela policíaca
Puede decirse que la novela policíaca, también conocida como novela criminal o novela policial, es un subgénero de la novela. Por lo general, el protagonista principal es un investigador que pretende resolver un misterio. Puede tratarse de un policía, un detective privado, un abogado o un periodista, por ejemplo. Partiendo de sus indagaciones, el lector accede a datos que le permiten ir reconstruyendo la historia y tomando conocimiento de lo sucedido.
El antagonista del investigador es el responsable de los crímenes en cuestión. Habitualmente su identidad es una incógnita hasta el final del libro, aunque a veces puede saberse quién es el culpable y el enigma, pues, pasa por otras cuestiones.
Su recorrido histórico
Suele indicarse que la novela policíaca nació en el siglo XIX. Sin embargo, sus antecedentes son remotos: hay quienes mencionan al Antiguo Testamento y a autores de la Antigua Grecia como precursores de este subgénero.
Si nos centramos en una concepción moderna de la noción, el estadounidense Edgar Allan Poe es señalado como el padre de la novela policíaca gracias a trabajos como «Los crímenes de la calle Morgue» (publicado en 1841), «El escarabajo de oro» (de 1843) y «La carta robada» (1844).
En años siguientes, escritores como Arthur Conan Doyle y Agatha Christie contribuyeron a afianzar y popularizar la novela policíaca. El paso del tiempo propició, asimismo, el desarrollo de múltiples estilos y corrientes.
Tipos de novela policíaca
Hoy en día, la novela policíaca incluye una amplia variedad de narraciones que pueden resultar muy distintas entre sí. Diversas corrientes han forjado varias clases de obras que, si bien se enmarcan en este grupo, tienen particularidades que las distinguen.
La novela negra, en este marco, está entre las más populares. Sus rasgos característicos son el elevado nivel de violencia y el límite difuso entre héroes y villanos. En la novela negra no importa tanto el misterio del crimen, sino que los autores se orientan a la personalidad de los individuos y a la descripción de la sociedad, muchas veces centrándose en ámbitos marginales.
El thriller, asimismo, puede formar parte de la novela policíaca. En este caso, lo primordial consiste en mantener la tensión, ya sea sobre el conflicto o sobre la situación de los personajes.
La novela histórica y la ciencia ficción pueden enmarcarse, en determinadas ocasiones, en el campo de la novela policíaca. Como se puede apreciar, los géneros, subgéneros y estilos no tienen una estructura estricta o invariable, sino que se combinan con asiduidad.