El vahído es un desvanecimiento como consecuencia de una indisposición.
Un vahído es un desvanecimiento. Se trata de la consecuencia de una indisposición que afecta el sentido de la persona.
Muchas veces vahído se utiliza como sinónimo de desmayo (un desfallecimiento con privación del sentido). Los vahídos o desmayos pueden deberse a diferentes tipos de trastornos. Como veremos a continuación, el vahído puede ocurrir por muchas causas.
TemasCausas
Las causas de un vahído pueden ser muy diversas, y entre ellas destacan un síncope, padecer vértigo, ingerir ciertos medicamentos y tener un ataque de pánico. Cuando se asocia a un síncope, el individuo se desvanece porque el cerebro recibe menos sangre de la que necesita, generalmente por una caída de la presión arterial o de la frecuencia cardíaca. Un problema cardíaco o un ataque cerebral pueden causar esta clase de vahído, al igual que inconvenientes leves como la hipotensión provocada por ponerse de pie demasiado rápido.
Con respecto al vértigo, lo padece aquel que registra una perturbación en su equilibrio al sentir que su cuerpo o lo que lo rodea se mueven. Una inflamación o una infección en el oído pueden producir vértigo y derivar en un vahído. Los medicamentos que pueden llegar a generar vahídos también suelen causar mareos que preceden la pérdida de conocimiento. El ataque de pánico, por su parte, provoca hiperventilación como síntoma previo al desmayo.
Frente a esta situación, lo mejor es acudir a un médico para obtener un diagnóstico. El profesional puede realizar un examen y ordenar diversos estudios para determinar la razón de los vahídos y así establecer si existe alguna enfermedad u otro problema que esté afectando la salud. En ningún caso es conveniente que quien padece los vahídos trate de descubrir el supuesto motivo ni que se automedique.
Señales de advertencia
El vahído suele ocurrir luego de diversas señales de advertencia, que deberíamos atender para actuar a tiempo y reducir al mínimo el riesgo de lesiones por caídas o golpes. Dado que las causas pueden ser tantas y tan diversas, no se puede elaborar una lista definitiva de sus señales o síntomas, sino que cada persona deberá aprender a detectarlas, generalmente con ayuda de un médico.
Los mareos no sólo son una causa, sino que también pueden servir como un aviso de que estamos a punto de sufrir un vahído. Si se trata de un signo de accidente cerebrovascular, entonces por lo general viene acompañado de dificultades para expresarse o para mover los brazos, además de notar que una mitad del rostro ha perdido la elasticidad.
A su vez, los mareos pueden aparecer al cambiar de posición de manera repentina; por ejemplo, al pararse o sentarse rápidamente, algo que es más frecuente en personas mayores, pero la edad no es un factor privativo. En cualquier caso, ante un signo como éstos es importante buscar un sitio seguro para recostarnos o sentarnos con la espalda apoyada para evitar una caída si el cuadro deriva en un vahído.
Los mareos son tanto una causa como una señal del vahío.
Incluso si estamos cruzando la calle, los médicos recomiendan recostarnos y confiar en que los conductores actúen de forma compasiva, ya que correr hacia el cordón puede resultar más peligroso. Bajar una escalera es otra acción que puede ponernos en riesgo si sufrimos un vahído; en este caso tampoco debemos preocuparnos por el resto de la gente, ya que nuestra integridad física puede depender de actuar en una fracción de segundo.
Etimología
La etimología del término vahído nos remite al latín vagar, que deriva del verbo vacare («estar vacío o desocupado, mostrar un comportamiento errante»). Éste, a su vez, se vincula con el adjetivo vagus («inconstante, vagabundo, flotante»). Nótese que hay otras palabras del castellano que se relacionan con ellas, como ser vacío, vacante, vagar y vacuo.
