Derecho a la alimentación es la denominación que recibe el derecho humano basado en el reconocimiento legítimo del valor que tiene para la humanidad tener acceso a una digna y segura nutrición. Gracias a ella se asegura la subsistencia, se cuida la salud, hay calidad de vida y esperanzas de un desarrollo apropiado.
A través de él se apunta a garantizarle alimentos a todas las personas a fin de evitar que sean víctimas de un estado de malnutrición, estén expuestas a situaciones de inseguridad alimentaria o pasen hambre.
Pese a constantes y grandes esfuerzos a escala mundial para que nadie tenga este derecho vulnerado, todavía queda mucho por hacer y lograr en materia de derecho a la alimentación. De acuerdo a estadísticas difundidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en la actualidad millones de individuos siguen sin satisfacer sus necesidades alimenticias a través de una dieta saludable y equilibrada. En este contexto, por conflictos, desigualdades sociales y efectos del cambio climático, entre otras razones, más de 700 millones de seres humanos afrontan problemáticas asociadas al hambre.
Importancia del derecho a la alimentación
El derecho a la alimentación es esencial para gozar de una existencia digna, sana y segura. Todo sujeto, independientemente de su nacionalidad, edad, género, credo, etc, debería ver satisfecho y cubierto su derecho a recibir una óptima alimentación acorde a sus necesidades nutricionales así como también a disponer de recursos suficientes como para conseguir seguridad alimentaria de manera sostenible.
Cada 16 de octubre, desde hace décadas, tiene lugar en todo el planeta el Día Mundial de la Alimentación (World Food Day). Se trata de una jornada que se aprovecha para concientizar acerca de la importancia de tener asegurado el derecho a gozar de una alimentación soberana, segura y sana. Más allá de realizar divulgación científica y campañas de cocientización, es útil que a nivel individual y colectivo se lleven a cabo acciones orientadas a mejorar condiciones y realidades de familias y comunidades.
Es imprescindible saber y recordar que el derecho a la alimentación se relaciona y retroalimenta con otros derechos. Entre ellos, el de la educación, el del trabajo digno, el de la información y el del acceso a los recursos. La gente precisa formación académica para progresar, un empleo adecuadamente remunerado que le permita solventar sus gastos, disponer de datos fiables que le posibiliten elecciones seguras y libres en materia de nutrición y contar con elementos (como agua potable, semillas, etc) para cocinar, elaborar productos alimenticios y preparar comidas saludables.
Características
Es pertinente resaltar que garantizar el derecho a la alimentación no se traduce en la obligación para un Estado de suministrarle alimentos a toda la ciudadanía de forma gratuita. Sí, claro, todo Gobierno debe implementar políticas públicas y actuar en pos del bienestar de la sociedad en su conjunto con la mira puesta en evitar la desnutrición, las crisis alimentarias, la hambruna y la pobreza en general.
Las autoridades de cada país tienen que ocuparse de la salud pública mediante, por ejemplo, una legislación alimentaria que proteja a los consumidores y se encargue de regular la manipulación, la producción y el comercio de alimentos. Resulta necesario inculcar desde edad temprana hábitos alimenticios beneficiosos para que haya cada vez más niños, adolescentes y adultos conscientes de qué y cómo comer para crecer y mantenerse fuertes y sanos. Cuando, por razones de fuerza mayor o situaciones concretas de vulnerabilidad, las personas se ven impedidas o limitadas para nutrirse convenientemente, desde la política tiene que haber soluciones. Permitir que familias de escasos recursos accedan a una ayuda alimentaria o a prestaciones que contemplen la distribución de productos de la canasta básica alimentaria y diseñar programas de alimentación escolar son parte de las acciones esperables y justas.
Son muy valiosas, asimismo, las campañas solidarias que giran en torno a la donación de alimentos básicos que se reparten entre los más necesitados. También suman los trabajos informativos, de prevención y de abordaje que muchos profesionales hacen continuamente con la intención de reducir el porcentaje de individuos con problemas o trastornos vinculados a la comida. Y que los pacientes puedan, con acompañamiento y el tratamiento acorde a cada caso, sobreponerse a diagnósticos como los de obesidad, anorexia y bulimia.
Ejemplos de derecho a la alimentación
Algunos ejemplos de la vida cotidiana sirven para reflejar qué es, en la práctica, tener derecho a la alimentación, así como también es posible describir situaciones que dan cuenta de una violación a dicho derecho.
En escuelas estatales, por indicar un caso extendido geográficamente, hay servicio de comedor para que los alumnos tengan cubiertas sus necesidades nutricionales básicas al recibir, diariamente, desayuno, almuerzo y/o merienda sin tener que pagar por esas comidas.
Se quebranta el derecho a la alimentación, en tanto, cuando un Estado no destina recursos para cubrir las demandas alimenticias básicas, carece de presupuestos y decisiones políticas en pos de la inclusión para que nadie pase hambre o limita la distribución de comestibles con una perspectiva discriminatoria hacia las minorías.